Las peripecias de Javier Campos en el Himalaya

El alpinista andaluz Javier Campos, que intenta realizar la primera travesía invernal en solitario por la Alta Ruta del Himalaya, asegura haber pasado recientemente los cuatro días “más inhumanos” de su vida, cuando las nevadas lo retuvieron en Dolpo. Esta semana ha conseguido avanzar más y se encuentra ya camino de los Annapurnas.
El mensaje del 10 de enero en su blog era suficientemente claro: “Los pasos de Dolpo son inalcanzables, nieve, mucha nieve (…) Me atenaza la preocupación de quedarme bloqueado”.
El 12 de enero las noticias no eran mejores, ya que en una conversación mantenida con la Federación Andaluza de Montañismo, con la que está federado, aseguraba estar “bloqueadísimo en Dolpo”. Campos señalaba que había estado “tres días abriendo huella con la nieve por la cintura y esto era para morirse”.
“El patrón de clima aquí es de invierno seco, pero todos los días nieva a partir de las una, y con un frío intenso. Llevo tres o cuatro días durmiendo en la tienda a más de 4.000 metros, con más de 20 grados bajo cero. Me he intentado quitar un guante con la boca y me he mordido un dedo y por poco me lo arranco, porque estaba congelado”, añadía en la conversación con la Federación.
El pasado martes, sin embargo, por fin llegaron buenas nuevas desde el Himalaya, ya que Campos comenzaba la entrada en su blog con un “Dolpo va quedando atrás”, que sonaba, desde la distancia, a alivio. Según informa en su último post, intentó varios caminos para salir de Dolpo, don encontró “la mayor cantidad de metros cúbicos de nieve que he visto en mi vida”. “Ahora, tras una salida rocambolesca que os contaré en su momento, trato de recuperarme de los días pasado”, añade.
El montañero andaluz, que ha sufrido congelaciones leves en ocho dedos de las manos y dos de los pies, asegura que espera dejar atrás Dhorpatan y llegar en los próximos días a las cercanías del Annapurna. “Será entonces cuando la meteo dictará si esta travesía es posible para una sola persona en autonomía”, destaca.
Mientras continúa esta travesía a pie de 1.800 kilómetros, Campos explica que sigue disfrutando de los nepalíes y su dhal bhat (arroz con lentejas): “Me cuidan como a uno más de la familia”. El trato diario de los locales, asegura Campos, le refuerza “la idea de que los sueños, se hagan realidad o no, son los que mueven el mundo”.