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"El rescate a 7800 m. fue comparable a una subida invernal a un ochomil"

Jorge Millaruelo03/12/2014
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El alpinista de Bérgamo (Italia) es un defensor concienzudo de la exploración en las montañas, tal vez por ello –desde hace casi una década- busca la cima de las montañas más altas del mundo en el momento en el que menos gente las visita: en invierno. Suyas son las primeras al Shisha Pangma (2005, con Piotr Morawski), al Makalu (2009, con Denis Urubko) y al Gasherbrum II (2011 con Urubko y Cory Richards).

Tras sus intentos por hacerse con la primera al Nanga Parbat en 2012 y 2014, este año se ha visto obligado a cambiar de objetivo y, aunque tampoco intentará el otro ochomil que queda virgen en invierno, el K2 (donde estará su amigo Denis Urubko con Alex Txikon y Adam Bielicki).

Sin embargo, la figura de Simone Moro trasciende a su versión de deportista. El italiano también se ha especializado en rescates en el Himalaya y en 2013 compró su propio helicóptero. Con él se ha realizado el rescate a mayor altura hasta la fecha; fue en los 7800 m. del Everest.

Por todas estas razones no podíamos perder la oportunidad de charlas con él, en el marco de las Speaker Series que organizó The North Face, su patrocinador, en Barcelona.

- ¿No encontraste compañero para el Nanga Parbat este invierno? ¿Cómo es que no estás allí?
- Efectivamente no encontré nadie que quisiera ir. Denis Urubko tiene miedo de los terroristas y David Goettler ha preferido quedarse este invierno en su casa con su novia y trabajar como guía.

- ¿Qué sentirás si alguna de las expediciones que están allí consigue la cima después del esfuerzo que has invertido?
- Estoy muy contento de que otra gente esté intentando este objetivo. Son dos expediciones, una rusa y una internacional (una francesa, dos italianos y un polaco), que parece que atacarán por la cara Diamir. Yo creo que lo van a conseguir.

- ¿Pero no te nace cierto egoísmo? Es el penúltimo reto del himalayismo invernal que tú tanto has prodigado…
- No puedo seguir preguntando al destino porque ya escalé tres ochomiles en invierno. El primero es un sueño de una vida, el segundo es una utopia y el tercero no me parece que pueda ser real. Es suficiente ¿no?

- Sabemos que tienes un plan B para este invierno. ¿Qué nos puedes desvelar del mismo?
- Cuando me di cuenta de que no tenía opciones de ir al Nanga empecé a organizarlo. Todavía no tengo todos los detalles cerrados así que no puedo desvelarlo. Sólo te diré que será un equipo pequeño, fuera de Pakistán y me gustaría que fuera una actividad innovadora que esté a la altura del resto de actividades. Empezar un segundo ciclo del himalayismo invernal ahora que están a punto de cerrarse las primeras ascensiones a los ochomiles.

- ¿Cuándo lo harás público?
- Espero hacerlo en segunda semana de diciembre, como tarde.

- También tienes en mente volver al Everest con Ueli Steck en primavera. ¿Verdad?
- Tras la avalancha del Everest del pasado año, el Gobierno de Nepal ha anunciado que devolverá los permisos, también a nosotros, pero con unas reglas muy difíciles de cumplir. Sólo lo obtendrán aquellos que repitan el mismo grupo de expedición.
En nuestro caso yo estoy convencido de volver, pero Ueli tiene miedo de que se repita el conflicto vivido en la primavera de 2013 y no quiero forzar la situación. Los sherpas son muy inteligentes y saben que la discusión no nos favorece a ninguno pero si nuestra presencia puede ser entendida como una provocación será mejor no ir. Por este motivo hemos estado hablando de una alternativa para otoño o el año que viene.

- Pasemos a tu faceta como piloto. ¿Cómo empezaste con esto del rescate?
- En 1997 viví una de las peores experiencias de mi vida. Una gran nevada, similar a la que hace meses volvió a llevar la tragedia a la montaña, nos cogió a Anatoli Bukréyev y a mí. Tuve que ser rescatado en helicóptero mientras que mi compañero falleció atrapado en una avalancha. En este momento nació en mí la idea de crear un equipo de rescate con helicóptero y bueno pilotos.

- ¿Le dedicas mucho tiempo al año al pilotaje?
- Mucho, cada vez más. Diariamente entreno físicamente y también como piloto, además es una pasión paralela que también disfruto. He participado en muchos rescates tanto coordinándolos, como de piloto o de rescatador en long line [descolgándose del helicóptero], lo que me ha dado una visión más completa y me permite saber qué mejorar en cada puesto.

- ¿Con qué infraestructura cuenta tu empresa?
- Nuestra compañía, Fish Tail Air, fue la primera en llevar un helicóptero italiano (de segunda mano) a Nepal, que vuela gracias a cinco pilotos italianos que también son alpinistas. Otras compañías trabajan con gente local pero a mí me parecía más importante que los pilotos conocieran perfectamente las montañas y la situación de los campos de altura.
El equipo crece año a año y ahora también contamos con otro rescatador italiano y dos sherpas. También están creciendo las otras empresas, cada vez hay más helicópteros.

- ¿Puede suponer esto un aumento en la altura a la que pueden realizarse los rescates?
- No lo creo. Nuestro rescate a 7800 metros fue algo realmente difícil, comparable a una subida invernal a un ochomil. Es casi imposible encontrar las condiciones que permitan al helicóptero.

- ¿Nos puedes dar más detalles de ese rescate?
- El aviso era de un cliente de una expedición comercial que no tenía brazos que estaba extenuado y era guiado por dos sherpas. Yo dirigí el rescate desde el Campo II mientras que pilotaba Maurizio Folini un helicóptero al que le habíamos quitado los asientos y la puerta para reducir el peso. El límite técnico del helicóptero estaba es de 7000 metros, por lo que si hubiera ocurrido algo nadie se hubiera responsabilizado.

- Imaginamos que estos rescates tienen un gran coste. ¿Cómo recuperáis la inversión realizada?
- Los rescates generan ganancias, tanto para sufragar los gastos del mismo como para pagar el crédito que pedí para pagar el coste del helicóptero (1.200.000 €). Mi idea es tener también un margen para poder hacer otros rescates gratuitos para la gente local que no tiene recursos.

El pasado mes de abril Simone publicó en Italia su libro ‘In ginocchio sulle ali’ (De rodillas sobre el ala) en el que explica todas las cuestiones referentes a su trayectoria como piloto y los rescates que ha realizado. Espera que se pueda conseguir en España en los próximos meses.