Las claves para elegir un frontal
A la hora de elegir un frontal es muy importante tener en cuenta el uso que le vamos a dar y las prestaciones que queremos priorizar. La oferta es muy extensa y una buena elección es fundamental para poder disfrutar al 100% de la montaña. En la sección de Complementos de La Biblia del Outdoor 2016-17 desgranamos los aspectos fundamentales en los que hay que fijarse para acertar en la compra.
Lúmenes
Básicamente es la cantidad de luz que emite el frontal. No debemos caer en el error de pensar que cuanta más luz mejor: tenemos que pensar en lo que realmente necesitamos. Con unos 100 lúmenes tenemos más que suficiente si nuestro ritmo no es muy alto. Para carreras rápidas por montaña, mejor apostar por lúmenes más altos (200 o más). Evidentemente que tener más lúmenes de los necesarios no es un inconveniente, pero normalmente cuando se gana cantidad se pierden otras prestaciones, como el peso o la autonomía.
Amplitud focal y alcance
¿Iluminar mucho lo que tenemos cerca o tener más alcance a costa de perder claridad? Supongo que va a gustos, pero hay una gran diferencia entre poder iluminar todo lo ancho de un camino, aunque sea pocos metros, e iluminar varias decenas de metros enfrente de nosotros. Si tenemos que sacrificar alguno de los dos aspectos -en pocos frontales van unidos-, siempre es mejor una buena amplitud focal que un gran alcance. Por suerte hay frontales que nos permiten, para momentos puntuales, tener ambas opciones. Eso sí, debemos tener en cuenta que eso afectará directamente a la autonomía.
Confort
En este aspectos influyen varios factores, especialmente el tipo de sujeción que tenga el frontal (una sola goma o sujeción doble) o como se haya solucionado la posición de la batería (y la distribución de su peso). En este sentido la ligereza es muy importante, especialmente en modalidades como el trail. También es importante tener en cuenta la facilidad por encenderlo y por “jugar” con sus diferentes modos de luz.
Autonomía y tipos batería
Todos queremos tener cuanta más luz mejor… y cuanto más tiempo mejor. Pero generalmente la autonomía de los frontales no suele ser excesivamente larga y en apenas 7 u 8 horas habremos perdido la carga. Una carga que puede ser de dos tipos: de pilas o de batería recargable. Ambas opciones son buenas y la elección dependerá mucho de la importancia que se le dé al peso, a la comodidad de recargarlas o, incluso, a la sostenibilidad.
Precio
En la montaña la seguridad no tiene precio y eso es algo que cada vez tiene más claro la gente. La oferta es suficientemente extensa como para encontrar un frontal que, cumpliendo los requisitos que buscamos, no sea excesivamente caro. La clave, como en todo, es tener muy claro lo que necesitamos y adaptar nuestro gasto a ello. Y si podemos, y por su uso nos encaja, subir un escalón más. Eso sí, pon siempre la fiabilidad por delante del precio. Si entre dos frontales parecidos hay mucha diferencia de precio será por algo.