Simone Moro y los hermanos Pou acercan la exploración en montaña a Barcelona
Buena acogida del público catalán que llenó la sala del Palau de la Música de Barcelona en la velada de las terceras Speakers Series que organizó ayer The North Face. Los invitados de excepción –Simone Moro y los hermanos Pou- profundizaron en el concepto de exploración en sus presentaciones, introducidas por el periodista Darío Rodríguez.
Los sueños: el punto de partida de cualquier exploración
El alpinista de Bérgamo (Italia) hizo un recorrido por la exploración en un sentido amplio e histórico, ensalzando la figura de algunos de los pensadores que “gracias a su fantasía fueron capaces de cambiar la vida de las personas”. Leonardo da Vinci, Michelangelo Buonarroti, Galileo Galilei o Cristóbal Colón son algunos de esos personajes ajenos al alpinismo que han inspirado su trayectoria.
Para Simone Moro, el alpinismo debe ser ante todo “exploración y aventura”, debe adentrarse en lo desconocido y proponer actividades innovadoras que generen nuevos conocimientos al ser humano. En este sentido repasó los hitos de Albert Mummery (que murió en la primera expedición con un ochomil como objetivo, el Nanga Parbat), de Irving y Mallory (impulsores de las primeras expediciones al Everest donde fallecieron tras haber superado los 8000 m.) y de Hillary y Tenzing (que coronaron el techo del mundo en 1953).
Los sueños de Moro fueron desde muy joven las grandes ascensiones. Su aportación al montañismo consistió en un primer momento en vincular los mundos de la escalada deportiva y del alpinismo (que vivían un cierto conflicto en los años 80) para más tarde ser el impulsor de la segunda hornada del ochomilismo invernal. Precisamente fue la película sobre su conquista en febrero de 2011 en el Gasherbrum II con la que cerró la magistral exposición.
El fracaso como herramienta de superación
Eneko e Iker Pou trajeron a Barcelona el relato de su última aventura en el Himalaya indio. Las condiciones climatológicas hicieron imposible su objetivo, la liberación de la Estrella imposible, una vía abierta en el Baghirathi III por un grupo catalán en 1987. El frío y las continuas nevadas –no tuvieron ni un solo día de buen tiempo en 40 de expedición- convirtió esta aventura en “una de las más adversa de sus carreras” y, a pesar de que consiguieron abrir 600 metros de nueva ruta en el Baghirathi II, volvieron a casa con importantes lecciones acerca del fracaso.
“Lo dimos todo en la montaña y no pudo ser, es lo que tienen este tipo de expediciones”, reconocían los hermanos a lo que añadían “podríamos seguir escalando grandes paredes de alta dificultad (entre 8a y 8b) con un gran porcentaje de éxito, pero eso sería quedarnos en nuestra zona de confort. Hemos preferido intentar superarnos y eso comporta el riesgo de fallar”.
El valor de una exploración reside también en la forma en la que posteriormente se cuenta. Por este, motivo los escaladores de Vitoria invitaron al realizador Jordi Canyigueral (filmut) que se encargó de retratar el infierno helado y de realizar un divertido montaje con el que acompañaron su sesión.
El habitual turno de preguntas y la firma de pósteres por parte de los escaladores cerraron la velada que, por tercera vez, acercó las más impresionantes historias de montaña al corazón de la capital catalana.