Júlia Brunet diseña una vivienda contemporánea dentro de una joya arquitectónica histórica
El estudio de interiorismo Júlia Brunet se encargó de rehabilitar la planta principal de Casal Núria. Esta joya arquitectónica del siglo XVIII, ubicada en la comarca de Osona (provincia de Barcelona), está protegida como bien de interés cultural por su histórica fachada y su jardín. La arquitectura de la vivienda combina elementos novecentristas, barrocos y modernistas, logrando resaltar la belleza clásica mediante un discreto juego de contrastes con mobiliario y elementos decorativos contemporáneos.

Casal Núria está catalogada bien de interés cultural. Foto: Enric Badrinas.
En este proyecto, tradición y modernidad se funden en un equilibrio perfecto. Los detalles originales, meticulosamente recuperados y actualizados, dialogan con diseños actuales que realzan la esencia de la vivienda y respetan su carácter histórico. Cada decisión ha sido pensada para preservar el alma de la casa mientras se adapta a las necesidades contemporáneas.
El recibidor y la cocina
La puerta de entrada al habitáculo, elaborada con madera, conserva su gran mirilla original. Al acceder a través de ella encontramo el pasillo que rodea la casa con arcadas en blanco, suelo de parquet natural en punta Hungría y parades de obra vista.
A través del pasillo llegamos a la cocina un espacio con grandes vidrieras artesanales de coloridos cristales con unos marcos de madera trabajados. El espacio, que conserva sus techos artesonados pintados de blanco, contiene una isla central elaborada con maciza de nogal que combina un diseño de líneas finas verticales tridimensionales y bordes redondeados.
De este modo, se facilita la circulación de manera fluida hacia la espléndida vidriera que conecta con la galería, que conforma un luminoso espacio junto a la cocina, que se ha habilitado como comedor informal para el día a día, con una mesa redonda negra (Gubi) y cuatro sillas de hierro forjado (Sika Design).

La isleta de la cocina está elaborada con madera de nogal. Foto: Enric Badrinas.
Un comedor con mobiliario de diseño y a medida
En el comedor destaca una vitrina diseñada a medida por el mismo estudio de interiorismo Júlia Brunet, una pieza singular que combina con la esencia clásica de la casa. De suelo a techo se encuentra una vitrina diseñada con molduras decorativas y puertas en forma de arco de medio punto. Además, se encuentran espejos que aportan profundidad y dan más luz. Las dos puertas de acceso al pasillo también quedan integradas estéticamente en su interior.
Las piezas de diseño y los materiales nobles visten el comedor: una mesa de madera de roble (modelo Invitto de Artistan), acompañada de sillas con reposabrazos (Soft Shell de Vitra) y de una lámpara Bohemia (Marset).

La luminaria Bohemia da un toque de contrastre con las tonalidades de las sillas y la mesa. Foto: Enric Badrinas
El salón y su singular chimenea
En la zona del salón destaca una histórica chimenea. Encima de una gran alfombra que ocupa gran parte de la habitación descansa un sofá en forma de l (Atemporal). Otras piezas completan este espacio armonioso y relajante: mueble de televisión suspendido en madera (modelo Stockholm de Punt Mobles), mesitas (Treku) y una lámpara de pared de los años 50 (modelos Marseille de Le Corbusier). Por último, se encuentra un rincón de lectura formado por un sillón (Committee Chair de Cassina) y una lámpara de pier (TMC de Santa & Cole).

La histórica y singular chimenea acompaña de una forma muy elegante a este espacio. Foto: Enric Badrinas.
El estudio acristalado con vistas al jardín
Este espacio acristalado con vistas hacia el exterior está formado con mobiliario diseñado a medida con madera de roble macizas, complementado con algunas piezas de mobiliario de diseño contemporáneo, como la lámpara de sobremesa Fragile de Marset y la silla Arv de Kruger.
Dormitorios y baños
Con una paleta cromática de tonalidades suaves, el baño de cortesía se ha revestido con un porcelánico de gran formato, tanto en las paredes como en el lavabo realizado a medida, combinado con la baldosa Mews de Mutina colocado en forma de espiga.
El dormitorio principal, en suite, se divide en tres espacios. La habitación, el vestidor y el baño se conectan mediante puertas correderas de perfilería de aluminio negro y cristal estriado. La sobriedad del dormitorio invita al descanso más placentero, pocos elementos muy pensados: la cama (modelo Silence de Joquer), mesitas de noche en madera y hierro (Ethnicraft) y la lámpara de sobremesa Funiculí de Marset. Los textiles, de aspecto atemporal, son de algodón orgánico (Mikmax). Destacan dos piezas de diseño, de discreta elegancia: la Leggera Chair de Cassina y las dos lámparas de pie de papel Akari de Vitra.
Tras la puerta acristalada accedemos al vestidor, compuesto por armarios a toda altura hechos a medida, acabados en pintura lacada y vidrio oscurecido. Este espacio conduce al baño principal, donde las paredes están revestidas con un porcelánico de gran formato. Los lavabos, diseñados con el mismo material, se integran como un conjunto uniforme.
El baño combina dos pavimentos: parquet en punta de Hungría en la zona del lavabo y un porcelánico de gran formato, también usado en las paredes, para la zona de aguas. Este contraste aporta ritmo y dinamismo al espacio. Para completar el espacio, se ha recuperado una banqueta de madera original de la casa, conservada para mantener la esencia histórica del conjunto.

La sobriedad del dormitorio invita al descanso más placentero. Foto: Enric badrinas.