Historia y actualidad en un piso renovado de un palacio
Este piso de 170 metros cuadrados, ubicado en el corazón de un antiguo palacio en Getxo, se ha transformado en un hogar que respira vida e historia en cada rincón. El propietario confió en el estudio de interiorismo de María Acha para llevar a cabo una reforma integral que abriese los espacios, ofreciera vistas espectaculares al mar y, sobre todo, preservara su esencia original en un lenguaje sobrio, sin lujos ni elementos suplerfluos.
La vivienda, inicialmente muy compartimentada y desfasada para las necesidades actuales, tenía cautivado a su propietario con sus detalles arquitectónicos únicos y su entorno privilegiado por lo que decidió reformarla y mudarse para convertirla en su residencia habitual. La interiorista ha logrado reimaginar y replantear cada rincón, derribando tabiques y reubicando espacios para adaptarlo a las nuevas exigencias, al mismo tiempo que ha conseguido crear una fluidez armoniosa entre los diferentes espacios.
El enfoque estético del estudio se mantuvo fiel a su filosofía: narrar una historia única que respete la identidad y el entorno de la vivienda. En este proyecto, el carácter del antiguo palacio guió cada decisión, inspirando una reforma que destaca la belleza del pasado con un toque contemporáneo, sin estridencias. Para conseguir un resultado sobrio, se han utilizado los mismos materiales, pero en diferentes formatos y colores en toda la casa: cerámica, madera de roble y lacada. Los trabajos de carpintería, inspirados en los interiores de principios del siglo XX, otorgan protagonismo a las vigas y los pilares de madera originales, llenando el espacio de calidez y autenticidad.
Un proyecto de reforma integral, liderado por María Acha, como tributo a la unión entre pasado y presente, donde cada decisión de diseño cuenta una historia, cada material elegido rinde homenaje a la autenticidad, y cada espacio recrea una sinfonía visual y funcional. En este piso de Getxo, la historia se vive y la modernidad se siente, en una perfecta armonía arquitectónica.
Distribución de espacios
La distribución de toda la vivienda se ha diseñado para que la circulación sea lo más fluida e intuitiva posible, sin transiciones abruptas entre los espacios de la zona de día: el hall, el despacho, el salón, el comedor y la zona de lectura con acceso a la terraza.
La zona de noche se organiza estratégicamente a ambos lados del plano, ubicando la suite principal en una de las esquinas y las dos habitaciones de invitados en la otra, garantizando así privacidad y confort.
El hall de la vivienda
Desde el hall de entrada ya se refleja el uso de los tres materiales clave que recorren todo el proyecto con el objetivo de unificar y crear un conjunto sobrio: la madera de roble natural, la cerámica y la laca. El pavimento entrelaza tarima de roble con grandes baldosas de pátina envejecida, evocando el encanto de un antiguo chateau. Se crea así una conexión fluida con las baldosas de la cocina y el roble del salón-comedor, uniendo los espacios sin cortes bruscos y creando armonía visual.
Hall de la casa.
La cocina
Frente a la entrada principal se encuentra el acceso a la cocina, de planta rectangular y distribuida en L. Se divide en dos áreas diferenciadas por los materiales y la estética: un primer espacio de almacenamiento y office, de líneas contemporáneas y enmarcado por dos pilares y una viga originales que crean una boiserie de madera de roble envejecida que muestra un delicado contraste, y otra área al fondo con el resto del mobiliario en blanco tacto seda ante dispuesto en “L” que alberga la zona de preparación, cocción y lavado.
Ambas áreas quedan divididas por una mesa alta con taburetes y la puerta que da acceso a la terraza exterior. En la cocina se ha trabajado un estilo atemporal y armónico, con una paleta cromática fiel al resto de la vivienda, logrando un espacio donde la funcionalidad se encuentra con la elegancia.
El Salón-comedor
La zona de día se abre en un único espacio que se funde con el pasillo de acceso a los dos dormitorios de invitados, permitiendo disfrutar de las vistas desde cualquier rincón, creando una continuidad visual que añade serenidad a la vivienda. A la derecha de la entrada principal, se accede al espacio abierto de planta rectangular, donde lo primero que nos encontramos es un rincón de lectura con salida a la terraza compartida con la cocina.
Aprovechando parte de un tabique que no se pudo derribar, María Acha ha ubicado la zona del comedor en el centro de la sala. De esta manera, se ha podido integrar un aparador a medida que resulta muy funcional como zona de apoyo y se ha aprovechado para alinearlo con la ventana central de la zona de día, que es la que tiene las mejores vistas a la bahía.
Todo el espacio abierto de salón-comedor se comunica mediante dos grandes arcadas simétricas en cuanto a medidas y forma: una desde el hall de entrada y otra desde el pasillo que conecta con las habitaciones de invitados, permitiendo un acceso directo al salón sin necesidad de atravesar la zona de lectura y el comedor.
Las paredes de la zona de día se han pintado en color claro con un sutil estuco, que potencia la sensación de una casa con historia, combinadas con un empanelado de carpintería lacada en color beige que enmarca los ventanales, realzando la luz natural y las vistas espectaculares. En la zona del salón, la pared del fondo se ha pintado del mismo color beige que la carpintería, para resaltar la viga de madera original y la curvatura de la pared.
Habitaciones para los invitados
Para evitar que los dormitorios de invitados dieran sensación de casa no vivida, se ha camuflado las puertas de ambas habitaciones con el revestimiento de lamas de madera lacada del pasillo, a juego con la boiserie del salón-comedor. En la pared del pasillo que lleva a las habitaciones de invitados, se ha generado una biblioteca a medida para ampliar la librería del despacho y poder albergar la extensa colección de libros del propietario.
El despacho
Frente a al acceso al comedor desde el recibidor, se encuentra un espacio de trabajo abierto, sin puerta, que crea una continuidad fluida entre recibidor, despacho, comedor y salón.
Aseo y cuarto de baño
En el recibidor, al lado del despacho, se encuentra el aseo de cortesía y un cuarto de baño completo que da apoyo a las habitaciones de invitados. El aseo de cortesía sigue la misma línea decorativa que la zona de salón-comedor, con una boiserie de lamas de madera lacadas en color beige y pintura en el mismo color. El cuarto de baño se ha decorado con revestimientos porcelánicos en los mismos tonos arena y beige, siguiendo la misma paleta cromática de toda la zona de día.
La suite principal
Tanto en la habitación como en el baño de la suite principal, es en las únicas estancias de la casa donde se ha introducido algo de color. Se ha usado un sobrio azul grisáceo que crea un contraste armonioso con los tonos marrones de las maderas utilizadas en mobiliario y pavimento. Las puertas de los armarios de los vestidores siguen el diseño de lamas de madera lacadas, en este caso en azul grisáceo, que las de toda la casa.