Dos propuestas inspiradoras y atemporales de Rekker
La cocina es uno de los espacios de la casa en el que más tiempo pasamos, por lo que es importante decidir el color o las posibles combinaciones de estos, que harán de esta habitación una estancia única, donde gana protagonismo los espacios en tonos claros.
Cuando el blanco es el protagonista, se maximiza la luminosidad y la amplitud del ambiente. Es una tendencia permanente que responde a todos los estilos decorativos. Es una tonalidad elegante, ligera y atemporal que se asocia a la frescura y a la pulcritud.
En esta ocasión, el equipo de Rekker propone un diseño simplemente perfecto, una apuesta segura si lo que se busca es conjugar la elegancia con el carácter. Para evitar la imagen excesivamente fría del ‘total white’, se incorpora la madera para romper con la monocromía y generar un juego de contrastes muy atractivo. La madera junto al blanco imprime un toque de calidez incontestable y se convierte en una combinación de color y material infalible.
Este diseño está compuesto por una isla central de mármol, donde se ubica la zona de cocción con una placa de inducción y una campana enrasada, que pasa totalmente desapercibida. La integración de este elemento añade superficie de trabajo y espacio de almacenamiento adicional. La barra para desayunos de madera es el complemento ideal que, en ocasiones, puede convertirse en una zona social con amigos o familia.
En la pared frontal, destaca la utilización del mármol como contraste cromático que armoniza perfectamente con la estancia. En ella se dispone la zona de aguas y muebles blancos combinados con armarios bajos en madera, que incorporan un LED continuo que se ha convertido en un distintivo de la firma.
El mobiliario escogido pertenece a la colección Rekto. Destaca por su línea actual, joven y dinámica. El resultado es un ambiente equilibrado y armónico que forma un conjunto homogéneo y estético.
Greige, toda una tendencia
El color greige (combinación del gris y del beige) se ha convertido en la nueva tonalidad, que ha conquistado a los interioristas. Es la opción predilecta a la hora de huir del blanco puro en la cocina. La mezcla de ambos en un solo color crea una pigmentación discreta, atemporal y acogedora que es todo un acierto.
Es una sutil combinación entre la elegancia del gris medio y la calidez terrosa del beige, que encaja a la perfección en todas las estancias y, muy especialmente, en este proyecto donde la serie Rekto es la estrella.
Con una distribución en forma de U, este diseño funcional favorece el triángulo de trabajo y permite aprovechar al máximo el espacio. En el punto focal central encontramos la zona de cocción/trabajo y en la parte superior, los frentes del mobiliario. Siguiendo la línea sobria y depurada se optó por un sistema de gola, para evitar la presencia de tiradores.
En uno de los laterales se sitúan los muebles en columna hasta el techo que reúnen los electrodomésticos integrados, el espacio para la despensa y almacenaje. Una vitrina con paneles traseros retroiluminados marca el paso al comedor. La perfilería en color negro antracita se combina con cristales espejo, que permiten ver el interior y reflejan sutilmente el exterior.
La encimera y el fregadero se han simplificado fusionándose en una sola pieza realizada en MDi acabado Jasper Moka abujardado. Con unas características técnicas y estéticas excepcionales, reúne diseño, resistencia y calidad.
El modelo Rekto está disponible en madera natural, laminado, lacado o estratificado como es en este caso. La cuidada selección de los materiales y de los colores ha culminado en una cocina sumamente elegante, cálida y acogedora.
Uno de los principales objetivos de Rekker es cuidar y mimar todos los elementos y detalles que componen la cocina, teniendo muy presente la técnica y la estética. Calidad, personalización, funcionalidad y diseño son las claves para ofrecer un producto único para familias únicas.