Cómo limpiar persianas
Un elemento fundamental que suele olvidarse a la hora de limpiar son las persianas. Comenzar a mantenerlas pulcras es un pequeño esfuerzo que supondrá toda una mejora en el ambiente de tu casa o trabajo. Muchos no lo intentan porque creen que es complicado, pero verás lo fácil que llega a ser si utilizar el método correcto. Por ello, hoy te explicamos cómo limpiar persianas de manera sencilla, paso a paso.
Productos para limpiar persianas
Cuando vayas a lavar tus persianas, es importante tener a mano todos los productos de limpieza recomendados para dicha labor. ¿Con cuáles deberías contar? Principalmente, los siguientes:
- Un plumero o un trapo, preferiblemente de microfibra
- Un cepillo suave
- Un paño
- Jabón en estado líquido
- Agua templada
- Bicarbonato de sodio
- Una vaporeta
Puedes usar más productos, pero te desaconsejamos emplear aquellos que sean agresivos, como la lejía, ya que podrían decolorar o estropear la persiana.
Limpiar persianas fácilmente: paso a paso
Sacude el polvo de la persiana
Este paso es clave antes de emplear cualquier producto de limpieza o agua.
Utiliza una vaporeta
Limpia la suciedad que haya podido quedar
Seca la persiana con un paño suave
Ahora que ya has limpiado la suciedad, tienes que retirar toda la humedad de la persiana. Así que ponte a secarla con un trapo que sea suave.
Repasa cada lámina, poco a poco, empezando por arriba y acabando por abajo. De esta forma, no ensuciarás lo que ya has limpiado. Si no llegas a las de la zona superior, tienes dos opciones:
- Súbete a una escalera para alcanzar las láminas de arriba.
- Coge un palo, ponle el paño en el extremo y dale a la persiana con cuidado.
Dale una pasada a la cuerda de la persiana
Cómo limpiar persianas en función de su material
- Persianas de plástico: si puedes desmontarlas, ponlas en la bañera para darles un lavado a fondo con agua templada y jabón.
- Persianas de aluminio: haz exactamente igual que con las de plástico, sólo debes de tener un poco de cuidado para que no se oxiden, secándolas correctamente.
- Persianas de tela: desenróllalas y límpialas con bastante suavidad, para ello, puedes utilizar, incluso, una esponja que no sea áspera.
- Persianas de madera: puedes emplear agua mezclada con algo de vinagre o un producto especializado para madera y un trapo de algodón. No utilices nunca productos químicos que podrían estropear el material.