El Nacional: un antiguo garaje modernista de Barcelona convertido en multiespacio gastronómico por Lázaro Rosa-Violán
El Nacional, un proyecto de restauración singular, innovador y ambicioso, donde la gastronomía Penínsular más destacada se fusiona de un modo excepcional con el patrimonio histórico de la urbe. Un proyecto de interiorismo de Lázaro Rosa Violán.
El primer multiespacio gastronómico del país se presenta como un restaurante de restarantes donde todo el mundo puede disfrutar de recetas tradicionales de la Península, elaboradas con productos frescos y en un ambiente singular, reflejo de la vida social y cultural de la ciudad.
El Nacional nace con espíritu exigente y sitúa sus cuarteles generales en una auténtica joya de la arquitectura industrial de finales del siglo XIX, situada en el interior de una manzana del Eixample barcelonés en pleno bullicio urbano, aunque apacible y discreta. Hasta hace unos meses no era más que un párking algo olvidado del número 24 bis de Passeig de Gràcia pero, por suerte, este espacio abre las puertas a la ciudad de un edificio que recupera su historia original.
El diseño de interiores de El Nacional ha sido encomendado a Lázaro Rosa Violán, el popular estudio con base en Barcelona que ha sabido imprimir un sello personal e impecable en todos los proyectos que caen en sus manos, y que ha conseguido convertirse en sinónimo de majestuosidad y buen hacer. Su trabajo es muy conocido por reinterpretar como nadie la arquitectura modernista de la década de los 30 y los 40, consiguiendo generar atmósferas contemporáneas pero con arraigo a la tradición.
En El Nacional, por ejemplo, el 20% de los materiales son reciclados para conseguir así ese ambiente de autenticidad, y la necesaria conexión con la memoria histórica del edificio. Además, los detalles decorativos van de la mano de la oferta gastronómica, pues representan una muestra del diseño y la artesanía peninsulares. El resultado se traduce en diversos corners con identidad propia que, en su conjunto, aún mantienen coherencia.
Se pueden admirar, por ejemplo, murales cerámicos y mosaicos realizados en Valencia o increíbles lámparas de cristal traídas desde Galicia. Todo a base de madera, cerámica, cristal, mimbre, granito, mármol, hierro. Materiales nobles, con carácter, que no necesitan ser importados del extranjero, ya que a lo largo y ancho de nuestra geografía encontramos verdaderas maravillas con las que abastecer los deseos de los interiores más exquisitos.
La distribución del espacio es casi tan importante como la decoración del mismo. El Nacional cuenta con dos entradas, una primera por Passeig de Gràcia y otra por Pau Claris. Su superficie de 3.500 m2 deja a la vista de los visitantes 2.400 m2 —el resto se destinan a cocina y zonas reservadas para el almacenamiento de productos y personal—, que se dividen en tres islas centrales a modo de barra —los puntos de encuentro del lugar—, y cuatro zonas de restaurante a su alrededor, además de una cuarta barra. Entre el centro neurálgico de El Nacional y las áreas para comer, tenemos un ancho pasillo ovalado que da la vuelta completa al espacio.
Fuente: El Nacional
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