El proyecto ha supuesto un desafío lumínico por los distintos requisitos que debía cumplir
La iluminación como parte de la experiencia de venta en el Showroom Mausa
El espacio cuenta con dos plantas, siendo la primera de ellas la que está enfocada al posicionamiento de producto y en donde se busca, a través de elementos como la ubicación, el tratamiento de materiales o la iluminación, una experiencia única en el usuario. En este escenario, los sentidos, principalmente el tacto, el olfato y la vista, tienen un papel fundamental, algo que la interiorista, María Reche, tenía claro cuando se enfrentó al proyecto.
La planta está formada por tres marcas principales: Porcelanosa, Santos y NaturaLand. Cada marca expone productos muy diferentes y, por tanto, cuenta con unos requisitos y unas exigencias a la hora de tratar la iluminación, muy particulares. Uno de los objetivos de la experta interiorista era crear un recorrido por todo el espacio, guiar al cliente e intentar cubrir cualquier punto frío que pudiera surgir.
En el proyecto se trabaja con dos tipos de iluminación. Por un lado, la iluminación ambiental, generalmente cálida y usada con el fin de crear ambiente y ayudar a relajar al cliente durante su estancia en el establecimiento, y por otro la iluminación de producto. Este segundo tipo de iluminación busca dar visibilidad al producto, se trata de una iluminación muy estudiada y técnica que se encuentra gracias al efecto de claroscuro. De esta manera, el artículo siempre destaca y está adecuadamente iluminado, mientras el resto del ambiente entra en penumbra. “Un espacio bien iluminado no es sinónimo de un espacio muy iluminado”, anota la interiorista María Reche.
María Reche, atribuye un ambiente a cada marca dependiendo del tipo de material que exponga. Para ello realiza pruebas previas in situ para ver el punto exacto de temperatura de color que favorece a cada producto. De esta manera, la interiorista considera que ciertas marcas, en general, necesitan temperaturas más cálidas y otras más frías.
Iluminación de la mano de Zumtobel
Para poder cumplir con el objetivo de la interiorista, Zumtobel lo tenía claro, debía jugar con la iluminación para provocar distintas escenas y realizar un recorrido inconsciente en el visitante donde cada elemento captase su atención. La iluminación es capaz de arrastrar al usuario por el establecimiento y llevarlo en la dirección deseada.
Zumtobel aborda cada proyecto de manera individual conociendo la historia de cada marca y sabiendo cuáles son sus necesidades y prioridades. En el espacio MAUSA el trabajo no era sencillo puesto que cada fabricante quería provocar distintas escenas y resaltar características muy particulares. De una iluminación amplia como la de una cocina a una iluminación específica cuyo fin es resaltar el color o material de una madera.
Esta información es básica a la hora de enfrentarse a un proyecto. Para María Reche, es muy importante conocer la marca y sus materiales para saber el tipo de iluminación que requiere.
Dada la variedad de materiales se combinan distintas temperaturas de color para resaltar el producto de la manera más adecuada. En el caso de Porcelanosa, que en general trabaja materiales más fríos, le favorece una iluminación de 4.000 K, matizado con algún proyector de 3.000 K con lente abierta de relleno. Por el contrario, en el caso de Naturaland, que el producto principal es la madera, se trabaja con una iluminación de 3.000 K, matizada con algún proyector de relleno de 4.000 K, para evitar que 'queme' demasiado la madera. En el caso de Santos, donde se exponen cocinas, se trabaja con una iluminación básicamente cálida.
Mausa se caracteriza por ser un espacio con una estética muy cuidada y trabajada, donde se prioriza el orden y la limpieza visual de todos los productos expuestos, por ello las luminarias debían seguir esta misma línea y para ello se escogieron luminarias que estéticamente estuviesen integradas en la escena pero sin dejar la funcionalidad de lado.
Las luminarias protagonistas fueron VIVO II, Tecton Mirel, Micros II y Supersystem.
- VIVO II se caracteriza por su diseño uniforme y sus incontables posibilidades. Cuenta con un interesante paquete lumínico en distintos formatos con el fin de conseguir cubrir las tareas más desafiantes para cada marca en el Showroom.
- Tecton Mirel es la primera línea continua de luz en el mundo con sección de conducción de corriente en 11 polos integrada en el carril portante. Todas las funciones como alimentación, control de la iluminación y conexión al alumbrado de emergencia, vienen integradas en el carril multifuncional. Garantiza gran comodidad hasta en las tareas más exigentes.
- Supersystem II, un diseño sofisticado, el fino carril, combinado con una amplia variedad de focos para instalar, es capaz de desempeñar cualquier tarea maximizando la calidad lumínica. Satisface las condiciones diversas de los distintos materiales que tiene que iluminar.
- Micros II, este pequeño proyector está dirigido para cubrir las zonas auxiliares del showroom, un diseño creativo con diferentes variantes de color que llegan donde otros no alcanzan.
En definitiva, el proyecto de Mausa ha supuesto un desafío lumínico por los distintos requisitos que debía cumplir. Nos encontramos en un escenario en donde los materiales se convierten en directores de orquesta y la iluminación está sometida a los requerimientos de cada marca.