Entrevista a Marcos Badenes, gerente de Aldefe
La Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España (Aldefe) acoge en la actualidad a 43 empresas de almacenamiento frigorífico y logística refrigerada, que gestionan 50 instalaciones con una superficie total de 1.906.697 metros cúbicos de capacidad entre frigorífica y refrigerada. “Somos la única asociación estatal que contempla los intereses y necesidades de este sector”, explica su gerente, Marcos Badenes, quien defiende el importante papel que desempeña esta industria en nuestra sociedad.
Háblenos de la importancia de una correcta conservación de los alimentos en la cadena de distribución.
No sólo es importante, es vital. Para las compañías que trabajan el almacenamiento frigorífico y la logística a temperatura controlada, el frío es el lazo de unión de toda su actividad y su objeto es la conservación de los alimentos a esta temperatura controlada. Sin ello, no hay cadena de distribución de alimentos perecederos. El frío y su control son fundamentales y desde Aldefe siempre se ha apostado por mejorar su trazabilidad.
¿De qué manera?
Con la incorporación de nuevos equipos registradores de temperaturas y sondas de control que aseguren totalmente el blindaje de la correcta temperatura siempre y en todo el camino de los alimentos o productos sobre los que trabajan nuestros asociados. Por ello, desde Aldefe tenemos a las empresas asociadas muy al tanto de las novedades normativas y tecnológicas que permiten estar preparados y a la última para cumplir este requisito.
¿En qué punto es más crítica la ruptura de la cadena y qué soluciones se pueden dar?
En el ámbito empresarial, el punto crítico para la cadena de suministro en temperatura controlada es el transporte, concretamente los momentos de espera en carga y descarga y el preciso instante en que la mercadería entra en almacén. Es ahí donde ha de extremarse el control y donde específicamente se controla. Pero hay un punto en el que todo el esfuerzo del sector del almacenamiento frigorífico y la logística a temperatura controlada triunfa o fracasa.
¿Cuál?
El momento en el que el consumidor compra el producto. Ahí es donde hay que incidir para que un producto de más calidad y con todas las garantías llegue a la mesa del consumidor y solo con una campaña de concienciación a nivel estatal para los consumidores se lograrán resultados.
Con la entrada en escena de los envases inteligentes, se contempla la posibilidad de que, en caso de que se rompa o peligre la integridad del proceso, el propio envase desprenda conservantes que preserven el alimento. ¿Qué piensa al respecto?
Es todavía temprano para aventurar pronósticos sobre este procedimiento. Personalmente no me consta su aplicación todavía. Más bien creo que hay que centrarse en cumplir los protocolos de conservación y temperatura antes de aplicar soluciones de emergencia.
Cuanto más viaja un alimento, más riesgo existe de padecer un mal proceso. ¿Es por tanto aconsejable consumir alimentos perecederos de proximidad o, por el contrario, la cuestión radica en la modernización de las empresas, de los transportes…?
Estoy en desacuerdo. Un alimento, por ejemplo, pesca, que viene del Atlántico Sur y ha respetado la cadena del frío escrupulosamente (y hoy por hoy hay métodos y tecnología suficiente para ello), puede estar en excelente estado para su consumo seguro; mucho más incluso que un alimento de proximidad que no haya tenido el suficiente cuidado en su tratamiento y conservación. Es un problema de modernización y adaptación; en definitiva de mejora de las tecnologías porque ya existen y se aplican con eficacia en la industria del almacenamiento frigorífico y la logística Refrigerada. Es por tanto un proceso de mejora de esta tecnología para hacerla más eficaz, más barata y más segura y con ello el sector irá adquiriéndolos gestando una modernización del sector.
El sector y la sostenibilidad
La sostenibilidad es uno de los parámetros de funcionamiento que se están incorporando poco a poco en la forma de trabajar de los asociados de Aldefe, en unos casos por la existencia de una política corporativa que contempla explícitamente este objetivo y en otros porque las circunstancias del mercado y la competitividad han hecho que la eficiencia en la gestión de la logística a temperatura controlada redunde en la mejoría del balance de sostenibilidad. Así, explica el gerente de la asociación, la minoración en el consumo de electricidad por la incorporación de sistemas automáticos de gestión de almacenes, la mejora de los aislamientos o la iluminación ha supuesto una reducción de la aportación de CO2 a la atmósfera. Además, los programas de gestión de flotas en trasporte han mejorado el consumo energético con el mismo resultado. “Todo ello hace que poco a poco la sostenibilidad forme parte de nuestra cultura corporativa”, sostiene Badenes.
¿Qué tendencias tecnológicas destacaría en el sector del almacenamiento frigorífico y en el transporte a temperatura controlada?
En el almacenamiento frigorífico nos encontramos con la entrada en juego de la automatización de los almacenes frigoríficos, que dependerá del producto a almacenar y del tipo de tratamiento logístico, ya que no es lo mismo un centro de distribución fabril con pocas referencias que un centro logístico multiproducto que puede manejar cientos de ella. En el primer caso la automatización puede ser completa, en el segundo dependerá mucho de su actividad y probablemente se tenga que simultanear automatización con servicio a cargo de personal.
¿Qué otras tendencias destacaría?
También la eficiencia energética en iluminación ha resultado ser un punto de convergencia entre distintas explotaciones frigoríficas que han apostado por reducir de forma muy importante el consumo en iluminación. Además, temas como las motorizaciones, con la aparición de los motores de inducción, sistemas de control o aislantes de nueva generación completan unas pinceladas bastante significativas. En otro orden de cosas, también en el transporte hay nuevas tecnologías que irrumpen con fuerza.
¿Cuáles?
Las motorizaciones de camiones Euro6, que implican un avance muy importante en temas de consumo y de control de emisiones. Mejora en sistemas automáticos de carga y descarga en muelle, así como una mayor optimización de las unidades frigoríficas de los camiones. Todo ello sin tener en cuenta los megacamiones, que pueden hacer su aparición y cambiar el perfil del transporte frigorífico europeo.
¿Cuáles son a su entender los retos para la cadena de frío?
La reducción de costes y la mejora tecnológica. En cuanto a gestión, el reto sería lograr una mejor optimización de los recursos empezando por los laborales, con una mayor formación y de más calidad, tanto a nivel básico como a nivel directivo. El reciclaje en un sector tan dinámico es fundamental.
¿Qué más?
También son un reto las novedades normativas que pueden devenir en un futuro no muy lejano, la huella de CO2, los impuestos ecológicos, la reducción del uso de CFC en las instalaciones como consecuencia de la aplicación de la normativa europea y el desarrollo de la Ley de Mercado Único que permita mejorar la situación, ciertamente llamativa, de variaciones sustanciales en el funcionamiento y aplicación de la legislación dependiendo de la Comunidad Autónoma donde esté la instalación. Eso es especialmente sangrante en el caso de grandes logistas del frío que trabajan por razón de su actividad en todo el Estado. Y hay más.
Dígame…
El sector tiene una asignatura pendiente: el ajuste entre la demanda y la oferta de almacenamiento, que en la actualidad está claramente desequilibrada y que por necesidad tendrá que tender a igualarse para que el sector y la actividad sean rentables económicamente. En este caso hay que citar lo que desde Aldefe consideramos una competencia desleal existente desde los almacenes frigoríficos privados frente a los públicos.
Los retos del sector
Según apunta Marcos Badenes, gerente de Aldefe, el principal problema al que se enfrentan hoy las empresas del sector en nuestro país es la importante disminución de la actividad, ligada a la disminución del consumo de alimentos, que ha traído consigo la aparición de una sobreoferta de volumen de almacenaje a temperatura controlada. “Para nuestros asociados, esta situación ha supuesto una caída considerable de las tarifas que cobran a sus clientes por los servicios que prestan. Este hecho ha supuesto un ajuste de plantillas entorno a un 10% del total, que en un sector que no es intensivo en mano de obra es una cifra con gran impacto”, explica Badenes. Además, para el gerente de Aldefe, el aumento de los costes energéticos es un peso añadido y supone una amenaza constante para la viabilidad del sector, puesto que para almacenar y distribuir mercaderías a temperatura controlada, “el factor luz es clave”.
¿Cómo se puede optimizar la cadena de frío en España y en Europa?
Tanto en Europa como en España está claro que el sector del almacenamiento frigorífico y la logística a temperatura controlada tiene futuro. El incremento en los últimos años del consumo de productos congelados y refrigerados en toda Europa ha sido constante y no parece que decaiga. En este marco parece que la optimización viene de la mano de la aplicación de nuevas tecnologías, específicamente robótica y mecanización; la reducción de consumo energético; la armonización normativa y una inevitable concentración de operadores que, de una manera u otra, venimos observando a lo ancho y largo de Europa y de España.
Sabemos de la importancia del papel de las empresas de almacenaje y de los transportistas, pero ¿qué hay del consumidor?
El papel del consumidor es clave. No sólo es el objeto del servicio sino que además condiciona y determina el mismo. Sin su exigencia, sin su seguimiento y sin sus reclamaciones tanto la tecnología como la normativa que enmarca el trabajo a temperatura controlada hubiera tenido un desarrollo mucho más lento.
Si un consumidor recibe un producto en mal estado, normalmente ¿de quién es la responsabilidad?
En este caso, en mi opinión, la responsabilidad es del centro donde compró el producto, ya que dentro de sus funciones y prerrogativas está la de rechazar en muelle el producto en mal estado o cuya cadena a del frío se haya visto alterada. Existen métodos de control eficaces, así como instrumentos para que puedan rechazar ese producto con todas las garantías. Si pasa el control, la responsabilidad es del comercio.
¿Cómo afecta la rotura de la cadena según el alimento? ¿Es diferente el problema en la carne o en las frutas y hortalizas?
Aunque no soy ningún experto en durabilidad alimentaria, la resistencia al deterioro de frutas y hortalizas es mayor a la de los productos cárnicos y pescados. Así, por ejemplo, a una temperatura de entre 5 y 16 °C, unos limones pueden aguantar hasta 80 días, mientras que unos tomates, entre 7 y 10 °C, duran 14 días. Distinto es el caso de la carne: para empezar, la temperatura de conservación ha de ser por debajo de 0 °C, normalmente entre 0 y -1,5 °C. En estas condiciones, las vísceras pueden aguantar 7 días y la carne de vacuno, 35.
Por tanto, la rotura de la cadena del frío afecta de manera distinta…
Sí, es mucho más importante en el caso de carnes y pescados que en el caso de frutas y hortalizas. Y tanto su problemática como las soluciones preventivas o paliativas son también diferentes.
¿Qué otros productos, además de los alimentos, son susceptibles de necesitar la cadena de frío?
Pese a que nos rodea por todas partes y condiciona nuestra vida y la forma de vivir en los tiempos que corren, la logística a temperatura controlada es una gran desconocida. A título enunciativo, además de los alimentos, necesitan la cadena de frío muchos medicamentos tanto de uso ordinario como de uso hospitalario; productos industriales como el caucho puro (a -195 °C es un sólido duro y transparente) o la fibra de carbono, que ha de conservarse en cámaras frigoríficas a una temperatura constante de -19 °C y combustibles como el gas natural, que es transportado en su versión liquida a -161 °C. Y podríamos llenar una enciclopedia con el uso del almacenamiento frigorífico y la logística a temperatura controlada. Los logistas del frío somos muy importantes, somos clave en la sociedad moderna.