El Observatorio 2030 del CSCAE presenta una guía para avanzar en la transición digital de entornos urbanos y rurales
En una era marcada por los cambios y la incertidumbre, la digitalización y la sostenibilidad son dos de los vectores que definen las agendas de las principales economías el mundo. Desde 2007, más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en ciudades, y se espera que esta cantidad aumente hasta el 60% para 2030. Este entorno necesita una transición hacia nuevos paradigmas climáticos, energéticos y ecológicos que comparten, a su vez, el objetivo de la digitalización para conseguir optimizar los recursos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Por ello, el Observatorio 2030 del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), ha elaborado el Documenta Ciudad y Territorio Digital, una guía que aborda la digitalización del entorno construido en todas sus dimensiones y escalas, desde los edificios, como piezas que conforman la organización del tejido urbano, hasta el territorio rural y el espacio público de carácter urbano. La publicación recoge las contribuciones de más de setenta expertos de diferentes sectores, que han analizado los riesgos y los retos para avanzar hacia la digitalización de los entornos urbanos y rurales en el corto y medio plazo, proponiendo las herramientas necesarias para afrontarlos. Esto implica la creación de infraestructuras tecnológicas avanzadas, para la gestión de la vida urbana y la recopilación y análisis de datos, para una toma de decisiones más eficiente con el propósito de alcanzar los objetivos definidos en la Agenda 2030.
En este sentido, “el papel del sector de la arquitectura y la construcción es fundamental. Sin embargo, es uno de los menos digitalizados del tejido industrial y económico. Es más, muchos de los agentes que intervienen en la construcción de la ciudad ni siquiera son conscientes de pertenecer al mismo sector”, según exponen los expertos que han participado en la guía.
La presidenta del CSCAE, Marta Vall-llossera, señala, además que "durante los últimos años, hemos asistido a un crecimiento exponencial de la digitalización aplicada a los servicios urbanos, más concretamente a la movilidad, la seguridad y la tramitación digital. Sin embargo, el edificio continúa siendo esencialmente analógico. Hoy en día, sólo un 1% de las viviendas cumple con las exigencias marcadas por la Agenda 2030. Nuestro sector debe enfocarse hacia la digitalización de los edificios, ciudades y entornos rurales, entendiendo que la tecnología y la innovación son instrumentos al servicio de la calidad arquitectónica y de la planificación urbana con un objetivo fundamental: el bienestar de la población y la preservación del planeta”.
El Documenta Ciudad y Territorio Digital se ha elaborado en sintonía con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y las Agendas Urbanas.
La directora del Observatorio 2030 del CSCAE, Ángela Baldellou, expone que el sector ha de estructurarse “como una red, con plataformas y herramientas compartidas que, teniendo en cuenta la Agenda 2030 y los ODS, sea capaz de plantear una estrategia común para que todos los entornos construidos puedan fomentar e implementar las tecnologías existentes, utilizando la digitalización como vector de cambio para mejorar la calidad de vida de las personas y optimizar los recursos”.
Digitalización: nuevas posibilidades en múltiples ámbitos
Según recoge la publicación, la digitalización de los entornos construidos debe centrarse en la incorporación de la cultura digital, que se concreta en soluciones para facilitar la planificación, diseño y gestión de las ciudades. Para ello, se consideran los riesgos y desafíos asociados a la digitalización, como la privacidad, la seguridad de los datos, la brecha digital entre los grupos de edad de la población y la posible pérdida de empleos en determinados sectores.
La guía recoge los cuatro aspectos más frecuentes referidos a la digitalización de las ciudades y los pueblos —movilidad, energía, servicios públicos, y participación ciudadana— y se estructura en cinco ejes temáticos que vertebran el desarrollo digital:
- Territorio Digitalizado: engloba la digitalización del espacio público y sus servicios y también todos aquellos servicios que benefician y promueven la calidad de vida del ciudadano. Se trata de combatir las desigualdades para permitir un acceso más democrático e igualitario para todos y reducir así las causas que favorecen la exclusión social.
- Edificios Digitalizados: a través de la iniciativa ciudadana, el término alude al control de la gestión y la mejora de la eficiencia de los edificios (públicos o privados), así como la vida de las personas que los ocupan. El objetivo es dotar a todas las edificaciones de la tecnología necesaria, para que a través de un control optimizado se pueda reducir su consumo energético.
- Nueva Movilidad Inteligente: busca la optimización de los diferentes sistemas de movilidad de personas y mercancías, particularmente en aquellos sistemas enfocados en facilitar alternativas al vehículo tradicional a través de la digitalización. También se ocupa de optimizar la circulación de vehículos y de facilitar el acceso a los diferentes servicios por parte del usuario.
- Procesos de Producción Digital en el Sector de la Arquitectura y la Edificación: pone el foco en la digitalización de los procesos de construcción y en la optimización del trabajo profesional de la arquitectura y la ingeniería, reforzando su conexión con otros ámbitos técnicos.
- Digitalización y Conservación del Patrimonio: se enmarca dentro de la rehabilitación de los edificios y conservación y preservación de la edificación, donde la digitalización juega un papel esencial para optimizar los sistemas de control y detección en aquellos inmuebles que estén protegidos por su valor patrimonial.
75 líneas de acción
A partir de estos cinco ejes para avanzar hacia la digitalización de los entornos construidos, la publicación incluye 75 acciones de aquí a 2030 con el objetivo de:
- Combatir las desigualdades para permitir un acceso más democrático e igualitario para todos y reducir así las causas que favorecen la exclusión social, desplegando la red de fibra óptica por todo el territorio, para incentivar la cohesión social, teniendo en mente que se han de desconectar las redes de cobre en favor de las de fibra móvil, que son más potentes y versátiles.
- Dotar a todas las edificaciones de la tecnología necesaria para su gobernanza optimizada, con el fin de reducir su consumo energético, implementar una red central de datos para coordinar la información emitida por cada construcción, y promover la autoproducción energética con el uso de energías tradicionales en el ámbito doméstico.
- Integrar y digitalizar todos los sistemas de transporte disponibles, generar información que permita elegir el transporte más eficiente en función de las prioridades del usuario, y utilizar la inteligencia artificial para la toma de decisiones.
- Digitalizar todos los procesos relativos a la arquitectura y la construcción para lograr una mayor colaboración, coordinación y eficiencia en el sector, promoviendo la formación digital e los más de 1,2 millones de trabajadores del sector para que puedan utilizar estas tecnologías, sin olvidar el establecimiento de metodologías medibles para mejorar la calidad y los indicadores ODS.
- Generar una estrategia digital especifica aplicada al patrimonio histórico, tanto para preservar su conservación e integridad, como para colaborar en una dirección adecuada con la gestión turística que pueda surgir. También se propone impulsar la conservación preventiva mediante el uso de herramientas tecnológicas que ayuden a controlar la humedad, la contaminación, las plagas, etcétera.
Próximos pasos
En una siguiente etapa, se hará un seguimiento para obtener los compromisos necesarios, con el fin de llevar a cabo las líneas de acción que se han concretado. En ese sentido, la estrategia que se deberá diseñar tendrá que ser multiescalar, multisectorial y multiactor, bajo la corresponsabilidad de todos los sectores de la sociedad. El reto será articular, de manera transversal, todas las acciones previstas para aunar a un amplio espectro de participantes.
Al tratarse de una cuestión nacional, será el CSCAE, con la ayuda de los diferentes Colegios Oficiales de Arquitectos de ámbito territorial, quien se encargará de coordinar el calendario y la comunicación con todos los actores sectoriales implicados, asumiendo el compromiso de llevar a la práctica los objetivos establecidos en este informe.