Entrevista a Diego García Carvajal, director general de CEDIC

El cobre es uno de los mejores materiales para las conducciones de agua en los edificios ya que, por su resistencia y durabilidad, no ocasiona problemas a lo largo de su vida útil. Al utilizar cobre uno sabe que se puede olvidar de la instalación y que no va a tener que ocuparse de averías, siempre molestas y caras.

Además, tanto los tubos como los accesorios de cobre están completamente normalizados y los productos de todos los fabricantes son compatibles entre sí y esto se mantiene en el tiempo, lo que da libertad para elegir en cada momento el producto más conveniente y evita problemas de “interferencias” entre materiales a la hora de hacer un cambio en la instalación.

Por último, es un material completamente respetuoso con el medio ambiente. Es un elemento natural, reciclable al 100% sin perder ninguna de sus propiedades y que no envejece. De hecho la industria europea del cobre realizó una evaluación voluntaria de riesgos que en el 2008 fue refrendada por la Comisión Europea y que concluye que la exposición al cobre del medio ambiente y las personas está muy por debajo de los límites máximos.

El tubo de cobre es especialmente resistente al paso del tiempo y, en definitiva, al deterioro de las instalaciones y la aparición de la averías. Esto quiere decir que el cobre no sólo es resistente a la corrosión, sino también a las roturas que aparecen en otros materiales por el envejecimiento y la degradación de sus componentes.

También tiene un coeficiente de dilatación mínimo (hasta 10 veces inferior al de otros materiales) y homogéneo por lo que no sufre las fatigas de otros materiales por ciclos de dilatación o deformaciones entre los componentes de materiales heterogéneos.

Al contrario, un adulto en promedio debe ingerir 1,5 mg de cobre al día para asegurar un buen estado de salud, en cambio, la ingesta media diaria se sitúa por debajo de esta cantidad. El cobre asegura el buen funcionamiento del corazón, el cerebro y el sistema nervioso. También facilita la regeneración de la piel y fortalece huesos y dientes.

Por otro lado, el Real Decreto 140/2003 establece los criterios sanitarios de la calidad del agua potable y fija el contenido máximo de cobre en 2 mg/l a la salida del grifo del consumidor. Anualmente el Ministerio de Sanidad elabora un Informe de Calidad de Agua y en el 2010 el valor promedio fue de 0,02 mg/l, la centésima parte del límite legal.

Usar cobre en las instalaciones de agua es como adquirir un seguro contra pérdidas dado que se comporta mucho mejor que otros materiales ante los ciclos de temperatura, los cambios de presión o la corrosión.

Efectivamente las uniones son los puntos con mayor riesgo de fuga, pero no para el cobre. Tanto en uniones soldadas como prensadas, el cobre se comporta mucho mejor, ya que tanto el tubo como el accesorio son del mismo material con lo que se evita “interferencias” entre materiales, y el cobre es muy resistente al paso del tiempo.

En el 2008, la Agencia de Protección Medioambiental de los EE UU (EPA) certificó al cobre y unas 300 aleaciones como agentes antimicrobianos que pueden eliminar bacterias responsables de infecciones potencialmente mortales, protegiendo la salud de las personas. Es el primer y único material sólido con esta certificación.

Un caso significativo al respecto es el de la legionella. En el 2007 el reconocido instituto KIWA Water Research quiso evaluar los efectos de la temperatura del agua en el desarrollo de la legionella con distintos materiales: cobre, acero inoxidable, PVC-C y PEX-Al. El cobre fue el material que claramente se comportó mucho mejor que el resto y el único que eliminó todas las bacterias de legionella en las distintas temperaturas ensayadas.

Son varias las propiedades del cobre que hacen que sea tan utilizado en muy diversas aplicaciones, como su alta conductividad térmica y eléctrica, la versatilidad de propiedades mecánicas por su facilidad para alearlo y sus innegables características estéticas. Sus características térmicas y mecánicas lo convierten en un material de referencia para los sistemas de calefacción, acondicionamiento de aire y los sistemas de energía solar térmica.

El sector del cobre no es una excepción y está sufriendo el impacto de la crisis de estos últimos años. Sin embargo, es un producto completamente abierto al comercio internacional y con una demanda fuerte debido a sus excelentes propiedades y múltiples aplicaciones. Por este motivo las exportaciones nos están ayudando para compensar en parte la bajada del consumo nacional.

Hay grandes zonas del mundo que están viviendo ahora la revolución industrial europea por lo que ingentes grupos de población están abandonando el campo para vivir en ciudades y trabajar en fábricas. Como el cobre es un material básico en todas las infraestructuras necesarias, se ha incrementado mucho la demanda y, por tanto, su precio. Esto ha producido un aumento de robos por redes organizadas sobre todo en infraestructuras en zonas alejadas o de poco tránsito.

Las fuerzas de seguridad se han tomado muy en serio este asunto y están actuando con firmeza, con operaciones muy importantes que han aparecido en los medios de comunicación.

En septiembre del año pasado lanzamos una campaña que se llama 'El Cobre Crea Hogar' y que tiene como objetivo dar a conocer al consumidor los beneficios de usar productos de cobre como las tuberías de agua en las viviendas y edificios.

Se trata de un programa de va a durar varios años, con una fuerte inversión publicitaria en revistas y una página web que se llama como la campaña donde los consumidores pueden informarse. También tiene una base de datos de instaladores donde ellos mismos pueden darse de alta y la página sirve de punto de contacto entre unos y otros.

Por otro lado, desde hace años tenemos a disposición de los profesionales la página www.elcobre.com con información técnica de interés.