Biblioteca Pilarin Bayés, en Vic: punto de encuentro y de vertebración ciudadana

Las bibliotecas forman parte del entramado de ciudades y pueblos. Si en el pasado tenían un sentido de acceso a la lectura y al estudio, hoy se han transmutado en punto de encuentro social y cultural. De hecho, los nuevos equipamientos de este tipo están completando, cuando no suplementando, las actividades más habituales de los centros cívicos. Este es el caso de la Biblioteca Pilarin Bayés de Vic, que en la pasada edición de los Premios Veteco -Asefave, fue merecedora del Premio a la Mejor Fachada.

Vic es una ciudad de la Catalunya interior que cuenta en la actualidad con cerca de cincuenta mil habitantes. Con un núcleo urbano histórico reconocido, la ciudad ha crecido hacia el sur, con barrios populares recientes de amplia diversidad cultural. Aunque en la ciudad no existen grandes conflictos de convivencia, la coexistencia entre la cultura local y las nuevas culturas recientemente llegadas discurre en paralelo, sin apenas intersecciones. Construir equipamientos que hagan posible la mezcla de las distintas sensibilidades culturales era uno de los objetivos de la Biblioteca Pilarin Bayès, obra de BCQ Arquitectura Barcelona.

Biblioteca PIlarin Bayés, en Vic (Barcelona). Foto: Adrià Goula.

El nuevo equipamiento se construyó en un solar de gran significación para la ciudad. Aquí se alzaba el cuartel de la Guardia Civil que en 1991 sufrió un devastador atentado terrorista, con un trágico balance de diez personas fallecidas. Durante muchos años, el solar que ocupaba este edificio estuvo desocupado y se utilizaba como aparcamiento. Años después, el Ayuntamiento de la ciudad quiso superar el sentimiento de dolor que evocaba este espacio para construir un nuevo equipamiento cultural, que tuviera un papel fundamental en la red de equipamientos culturales y artísticos de la ciudad, junto a al conservatorio de música la Atlàntida, la Universidad, los conjuntos monumentales del centro histórico y el nuevo centro artístico y cultural en las Antigues Adoberies.

La propuesta presentada por BCQ Arquitectura Barcelona fue la vencedora en el concurso organizado para el proyecto y dirección de la obra del equipamiento. El proyecto partía de la idea de que el equipamiento cultural constituyera un punto de encuentro social, un nuevo concepto de espacios socioculturales. Jordi Sánchez, arquitecto responsable del proyecto, indica que, debido a los antecedentes de su emplazamiento, “propusimos generar un espacio previo de entrada, en memoria de las víctimas del atentado de 1991, en forma de jardín con diez árboles que representaban a cada una de las víctimas. El edificio, en forma de L en planta que abraza en su entrada al jardín, se circunscribe perfectamente a los límites de la parcela y se abre a este nuevo espacio exterior del que la ciudad puede disfrutar”.

La Bilbioteca Pilarin Bayés sirve de marco arquitectónico al jardín abierto a la ciudad en homenaje a las víctimas del atentado al cuartel de la Guardia Civil de 1991. Foto: Adriá Goula.

La articulación de los distintos volúmenes del edificio responde a la voluntad de crear espacios muy diferentes en el interior: de lectura, consulta y estudio, un área infantil de doble altura, áreas de formación y de atención ciudadana, áreas de música e imagen, con un estudio de grabación, servicios de bar y restauración e, incluso, una zona de videojuegos.

El jardín tiene una leve inclinación de bajada, que permite al edificio disfrutar de dos accesos, uno al nivel de calle, que sería la propia entrada al equipamiento, y otro a través del jardín, con acceso a una sala multifuncional inferior que puede funcionar de manera autónoma y fuera de los horarios de la biblioteca.

Con la decisión de abrir el espacio del jardín al exterior, la fachada cobraba mucha importancia como fondo arquitectónico de este jardín. Desde el Passeig de la Generalitat, vía de acceso al edificio desde el núcleo histórico de Vic, los ciudadanos al acercarse y atravesar el puente del rio, pueden contemplar la acogida que presta el nuevo jardín y una biblioteca multifuncional plenamente abierta a la ciudad. El objetivo era que todos los espacios interiores de la biblioteca fueran ya visibles desde la calle, y viceversa, y que además tuvieran una magnífica iluminación natural, filtrada y controlada. Además, la geometría del edificio articulada en L permitiría orientar las visuales desde el interior de la biblioteca en muchos ángulos diferentes, hacia el jardín y el núcleo antiguo monumental de la ciudad episcopal.

Plano axonométrico del conjunto de la Biblioteca Pilarin Bayés de Vic. Imagen: BCQ arquitectura barcelona.

“La segunda derivada de esta intención era crear unos espacios interiores más domésticos; por ejemplo, la planta principal tiene casi 1.200 m² e intentamos compartimentarla en espacios más pequeños, que ya se pueden identificar a través de la fachada. Esta solución diáfana pero al mismo tiempo compartimentada en ámbitos diversos fue posible porque el edificio de la biblioteca se sustenta únicamente por cuatro pilares en fachada, pues el resto son muros de hormigón que cierran la caja por detrás, materializando las medianeras. Tan solo con estos 4 pilares era posible abrir todo ese espacio acristalado”, explica Jordi Sánchez.

La doble fachada -interior de vidrio y exterior de lamas verticales de madera tratada Accoya- permite la delimitación de un generoso espacio intermedio entre ambas. La orientación principal de la fachada es norte, aunque una de sus alas se orienta hacia el oeste y, a cierta hora de la tarde en verano, el sol incide de manera muy directa. “Para dotar de una protección solar funcional que evitara esta entrada directa del sol, se optó por una solución de lamas verticales construidas por Egoin con madera tratada Accoya. Aplicar este material natural a la fachada le pareció muy interesante al Ayuntamiento y, además, porque su mantenimiento, gracias al tratamiento mencionado, era muy económico. A fin de ofrecer una imagen homogénea de conjunto, la aplicación de esta solución se extendió finalmente a toda la fachada”, expone el arquitecto de BCQ Arquitectura Barcelona. En el tramo de la fachada orientada al oeste, además, se aplicó un vidrio con un tratamiento especial para evitar los inconvenientes del intenso asoleamiento de los atardeceres de verano.

Las lamas de madera laminada con tratamiento Accoya se fabrican a partir de maderas de rápido crecimiento procedentes de silvicultura. En este caso se ha empleado pino radiata de Nueva Zelanda. Se trata de una madera tratada con el sistema Accoya, un proceso de acetilado, no tóxico, y que otorga gran durabilidad y estabilidad a largo plazo a la madera así tratada, sin afectar a su aspecto natural propio. Aureliano Gámiz, responsable del Grupo Gámiz, distribuidor oficial para España de la madera tratada Accoya, explica que “el envejecimiento natural de cualquier madera al exterior tiende siempre a una tonalidad gris, un efecto visual que en esta obra ya se empieza ligeramente a notar pero que no afecta a su durabilidad. En este caso, cuenta con una durabilidad al exterior con una garantía certificada por escrito de 50 años”.

La madera acetilada empezó a comercializarse en 2007, aunque este proceso ya se conocía desde los años 30 del pasado siglo XX. En sí, el proceso emplea grupos acéticos para sustituir los grupos hidrófilos propios de la madera, con lo que se elimina toda capacidad de esta para absorber el agua y, así, la posibilidad de que los insectos xilófagos la ataquen. Asimismo, al eliminar la presencia del agua se evitan también la expansión y la contracción propias de la madera, con lo que las lamas se mantienen dimensionalmente estables con el paso del tiempo.

El proceso del laminado y encolado de esta madera corrió a cargo de la firma Egoin. “Para su aplicación en usos como el de esta obra, este tipo de madera requiere un encolado especial, porque el propio tratamiento de Accoya rechazaría una cola convencional”, afirma Gámiz.

“Tras un estudio geométrico de asoleo, y para conseguir la distancia adecuada entre lamas que deseábamos, necesitábamos una sección de lama bastante generosa, que solo podía obtenerse con el laminado. Se buscó un desarrollo geométrico de esta fachada de lamas que pudiera escupir el agua de manera rápida sobre todo en las partes horizontales”, explica Jordi Sánchez. La retención de agua, y los materiales que esta arrastra, no es buena ni para la salud ni el aspecto de cualquier madera.

Teniendo en cuenta el tipo de madera resinosa empleada, las fijaciones de esta a la fachada son de acero inoxidable.

El interior de la biblioteca denota un ambiente acogedor y una imagen muy diáfana. En el diseño de iluminación se optó por una luz blanca muy cálida que, junto al aporte de luz natural de norte, ayudara a generar una sensación de tranquilidad. Por ello, los pórticos interiores a la vista que nacen de los pilares que sustentan la fachada son los que segmentan los ambientes interiores; este aspecto se ve reforzado por unas lámparas que refuerzan visualmente la geometría de dichos pórticos. Los espacios comunes presentan materiales duraderos y resistentes; mientras, en los más lúdicos, como el área infantil, se han empleado materiales más cálidos, como la madera. Aunque los diversos ámbitos situados junto al acceso principal están abiertos, siempre puede cerrarse para evitar ruidos propios al resto del equipamiento.

La biblioteca disfruta de un ambiente diafano, muy acogedor, gracias a la luz natural, al diseño de iluminación con una luz muy blanca y a la calidez de los materiales empleados. Foto: iARQCO / AFL.

Esta ambientación ha sido un factor muy importante para que los usuarios se sientan a gusto y para el conjunto de la buena acogida del equipamiento, como reconoce Ignasi Janer, coordinador general y dinamizador del equipamiento. “Personas que vienen por primera vez, al entrar ya notan que es un espacio que transmite calidez y vida. La biblioteca abrió sus puertas en octubre de 2022, pero la sensación es que lleva abierta ya mucho más tiempo. Por aquí pasan cada día más de mil personas y la intensidad es diaria, siempre hay actividades”.

De izquierda a derecha, Joan-Lluís Zamora, arquitecto, en representación de iARQCO y AFL; Jordi Sánchez, arquitecto encargado del proyecto; Aureliano Gámiz, gerente de Grupo Gámiz, e Ignasi Janer, coordinador general y dinamizador de la Biblioteca Pilarin Bayés de Vic, en instante de la visita al equipamiento.

Esta realidad palpable era uno de los principales argumentos iniciales para la construcción de esta biblioteca: contar con un equipamiento capaz de establecer puentes y coser las diferentes sensibilidades sociales y culturales de la ciudad. “El paisaje social Vic ha cambiado rápidamente y un equipamiento como este hace de esponja, pues recoge personas de aquí y de allá en torno al libro y sus actividades. El pequeño Vic está aquí cada día, y palpita, cada día pasan cosas, como sucede en la ciudad, es un reto constante. Tenemos usuarios de todas las edades, desde niños a gente mayor, y cada grupo de público se ha ido acomodando en su franja horaria más cómoda de uso. Nos queda mucho trabajo por hacer para mezclar y vertebrar las relaciones entre los usuarios de la Biblioteca. Este es un lugar de encuentro y el edificio responde plenamente a esta idea. En este proyecto, arquitectura y cultura fuimos de la mano desde el principio, y esa fue la clave de su éxito”, concluye Ignasi Janer.

Valoración del editor

Joan-Lluís Zamora

Este edificio destaca especialmente por su sobriedad interior y su naturalidad al resolver un programa complejo sin comprometer la claridad de su lectura. Ello se hace patente en su despliegue funcional que no se resiente incluso de la disposición de un aparcamiento público en su planta sótano.

Creo hay que resaltar el trabajo ambiental realizado a cargo del acondicionamiento acústico, climático y lumínico. Mantener espacios amplios y diáfanos en una biblioteca sin comprometer la calidad acústica, el movimiento del aire o la convivencia con la luz natural en una vidriera amplia orientada a norte merece su elogio.

Los falsos techos acústicos de placa PYL perforada, el sistema de viga fría y la baja temperatura de color de la luz empleada otorgan a estos ambientes una acogida comparable a la de la hotelería.

Sorprende la complicidad conseguida en el diseño del mobiliario, especialmente las estanterías de libros que dejan de ser obstáculos de almacenamiento para ser soporte de la señalética agigantada y de los rincones de consulta para dejar las salas de lectura amplias desde las cuales disfrutar del paisaje urbano que se deleita a través de la gran fachada vidriada, sin deslumbramiento alguno. En resumen, una experiencia de visita a repetir para compartir alguna actividad o simplemente atender una buena lectura.

Alzado general de los cerramientos exteriores de la Biblioteca Pilarin Bayés. Imagen: BCQ arquitectura barcelona.

Ficha técnica

• Autor de proyecto: BCQ arquitectura Barcelona
• Dirección de obra: BCQ arquitectura Barcelona + Toni Casamor
• Cliente: Ayuntamiento de Vic – Diputación de Barcelona
• Colaboradores: AIA Instal·lacions Arquitectòniques (Instalaciones) | BAC Engineering Consultancy Group (Estructuras) | FAHE Consulting Arquitectura (Mediciones y presupuesto)
• Constructora: Arcadi Pla
• Superficie: 5.168 m² (edificio) 542 m² (jardín)
• Presupuesto: 6.458.013 €
• Año: 2022
• Fotos: Adrià Goula Photo
• Industriales: Egoin Wood Group, Grupo Gámiz (fachada madera Accoya); Saint-Gobain Glass (vidrio); Alamo Industrial - Alainsa (Servicio integral en instalaciones); Metalco Arquitectura en Acero - Jansen (Carpintería exterior); EUN Group (mobiliario); Identification Care - idcare (Autopréstamo)