IDOM diseña el anteproyecto para el nuevo estadio de La Romareda
El Real Zaragoza ha desvelado las primeras imágenes del nuevo concepto arquitectónico del que será el Nuevo Estadio de La Romareda, cuyo aforo alcanzará los 42.500 espectadores. IDOM ha sido el encargado del diseño del anteproyecto del nuevo estadio, proceso en el que se ha tenido en cuenta los principales aspectos que hoy en día son claves en los Estadios modernos.
Entre los cuales destacan:
- Conseguir la mejor atmósfera de fútbol para una plena experiencia del espectador.
- Convertir la Nueva Romareda en un estadio que permita albergar las más altas competiciones internacionales.
- Ser un referente en sostenibilidad.
- Utilizar las tecnologías más avanzadas en el ámbito de la seguridad y las retransmisiones televisivas.
- Convertir el nuevo Estadio en casa del Real Zaragoza y en una de las imágenes representativas de la ciudad de Zaragoza. Un estadio para el Real Zaragoza, Zaragoza y para Aragón.
Uno de los objetivos es que el estadio pueda ser una de las Sedes de la Candidatura de España, Portugal y Marruecos para el Campeonato Mundial de 2030, por lo que en su diseño también se ha contemplado los requerimientos y recomendaciones que marcan instituciones como la FIFA, la UEFA, la Federación Española de Fútbol y LaLiga.
Por último, el anteproyecto contempla la integración de los usos terciarios y terciarios deportivos anexos al estadio. Estos usos no solo se integran en el aspecto funcional, sino también en el arquitectónico, con una envolvente unitaria creando la imagen final de la Nueva Romareda.
Concepto
Un punto de partida fundamental fue la clara decisión de diseñar un estadio que mirara hacia la ciudad, que se insertara en ella y fuera más allá, teniendo en cuenta su entorno geográfico. En la zona donde se ubica, debido a la depresión y al valle del Ebro, se crea uno de los vientos predominantes de la península, el cierzo. Este ha sido un elemento fundamental en su diseño.
“Fijándonos en sus flujos, hemos erosionado el estadio y la cubierta modelándolos como elementos fluidos y dinámicos. La pieza se deforma dibujando formas cóncavas en las zonas norte y sur del volumen, dotando de una mayor amplitud al espacio urbano, y formas convexas en las zonas este y oeste, mostrándose a la plaza de Eduardo Ibarra y al Paseo de Isabel la Católica”, comenta César Azcárate, director de Sports&Events en IDOM.
La presencia del Parque Grande José Antonio Labordeta y de la plaza Eduardo Ibarra se ven acentuadas con la colonización de la vegetación del vacío urbano, entre el parque y La Nueva Romareda, potenciando su conexión. Estadio, plaza y parque se fusionan, creando espacios no solo para el estadio sino para la ciudad.
La compacidad del volumen y la uniformidad de la fachada han sido claves para materializar el nuevo estadio, debido a la variedad de usos (terciarios y deportivos) que va a albergar. Del análisis urbano y de la configuración de la parcela disponible, se genera una oportunidad para ubicar dichos usos orientados hacia la ciudad, en la Tribuna de Preferencia y en la Tribuna Este, conformando prácticamente dos fachadas continuas y dos edificios que discurren por las mismas.
También se conciben dichos usos colocados a lo largo de ambas Tribunas, con la posibilidad de ser conectados con el interior del propio Estadio, dando así la opción de que sucedan interesantes sinergias en función de los usos que se asignen al terciario. Por otro lado, esto daría la posibilidad de conectarse funcional y visualmente con el interior de los espacios destinados al fútbol. Por su lado, las Tribunas Norte y Sur funcionan de manera diferente, contemplando solamente los usos para el fútbol.
La cubierta se materializa como un elemento ligero, que expresa movimiento y que, al mismo tiempo, genera protección al oeste y vistas al este, dando una respuesta adaptada al lugar, propia de Zaragoza. Cubre el 100% de la superficie del graderío, extendiéndose, además, adecuadamente hacia el exterior, para buscar los límites del contorno del edificio, creando bajo esta parte un paseo de 360º, desde el que se pueden contemplar unas extraordinarias vistas de la ciudad y del interior del estadio a la vez.
Lo que de día es una fachada serena y reposada, de noche se convierte en un elemento vibrante y dinámico. La luz incide en la doble piel y en la cubierta y saca al exterior lo que está pasando en el interior. El espectador forma parte de esta atmósfera.
El acceso de público general al estadio se efectúa en planta baja, por la parte alta del graderío bajo, facilitando así la integración del volumen total del Estadio en la ciudad. Además, esto facilitaría la evacuación, en caso de ser necesaria, por disponer los espectadores de la grada baja de acceso y salida directa desde y hacia la calle, habiendo solamente escaleras para los espectadores de la grada alta y las gradas de Hospitality.
Desde el interior del estadio se han proyectado dos anillos de gradas principales para público general y se han intercalado dos bandejas de público de Hospitality en la Tribuna de Preferencia y un anillo de público general u Hospitality, según la demanda, en la Tribuna Este. La propuesta cuenta con zonas para público premium en planta primera, zonas de palcos VIP
y palco presidencial en planta dos y Pitch club con vistas al túnel de jugadores. Esta oferta de Hospitality dispone de núcleos propios y diferenciados de los de público general.
El bowl o graderío se concibe como el corazón del estadio, como la parte importante, pues es el lugar desde el que los aficionados contemplan el espectáculo. En este sentido, y tras muchas iteraciones geométricas, se ha diseñado un bowl que encaje en el lugar, que sea muy compacto y lo más próximo al terreno de juego, para generar la presión de la afición durante el partido.