Cuando la arquitectura de autor se fusiona a la perfección con un interiorismo con sello propio
Con un guion familiar y siguiendo las líneas actuales en interiorismo y decoración, así es el nuevo proyecto de Molins Design ubicado en la zona alta de Barcelona. Las líneas curvas, la madera y los tonos terracota son los grandes protagonistas de este proyecto ubicado en la conocida Torre Cervantes, construida en 1965 por el arquitecto Antonio Bonet.
Se trata de un proyecto con un guión familiar y una geometría de planta rectangular de orden racional, en 195 m2, que en algunos puntos queda rota por elementos característicos de la fachada de estética informalista.
En este contexto, Molins Design ha transformado uno de estos particulares apartamentos en un moderno piso, totalmente funcional y adaptado a la vida en familia, que cumple con todas las funcionalidades propias del estilo contemporáneo actual en el que se ha tenido que jugar con diferentes elementos arquitectónicos, para desarrollar un nuevo diseño de vivienda que cumpliera con los requerimientos de los clientes.
En este nuevo proyecto de interiorismo se ha realizado una completa renovación y distribución de los espacios, para responder a dos grandes premisas: disponer de mucho espacio de almacenaje y priorizar siempre el orden visual en toda la vivienda.
La zona de día se presenta como un único espacio de uso compartido, presentado en forma de ‘L’, que integra un amplio salón comedor y una zona de despacho. En un punto bisagra de este trinomio se ubica una de las piezas destacadas del proyecto: Una chimenea de gas que queda totalmente integrada y que actúa como elemento visual decorativo disfrutable desde todos los puntos y que, necesariamente, debe circundarse para acceder hasta el salón.
La otra gran protagonista de esta zona es la librería de formas orgánicas, diseñada a medida por el estudio en listones de madera de roble, que abraza la pared y da carácter a la estancia generando una agradable sensación de suavidad.
Para acceder a la zona de noche, hay que traspasar el umbral de una puerta oculta en un panelado de madera de roble del recibidor. En esta parte de la vivienda, el reto ha sido conseguir diseñar una distribución donde quedara correctamente emplazada una suite principal y tres habitaciones para los hijos, dotadas de dos baños completos y uno de cortesía.
En la zona de noche, además, se ha hecho un intenso trabajo de optimización de cada uno de los centímetros cuadrados sobrantes, logrando colocar distintos conjuntos de armarios roperos, que completan un planteamiento de gran capacidad de almacenamiento, así como una repartición del espacio equitativa, tanto en dimensión como en el contenido de las habitaciones de los más pequeños.
Un proyecto en el que el estudio ha cuidado hasta el mínimo detalle, desde la selección de materiales empleados, el diseño del mobiliario a medida y la elección de elementos decorativos. El resultado final es un espacio en el que predominan el uso de líneas curvas y sinuosas, la madera como gran protagonista y la presencia de tonos claros y terracota en las principales estancias de la vivienda.