La falta de aislamiento de las fachadas de los edificios supone un sobrecoste de más de 400 euros por vivienda al año
La falta de aislamiento de los edificios lleva a consumir más energía de la necesaria, lo que puede suponer un sobrecoste de más de 400 euros anuales por vivienda, según las estimaciones realizadas por Propamsa, unidad de negocio de Cementos Molins.
Se trata de una situación extendida en nuestro país, ya que el 80% del parque inmobiliario supera la mayoría de edad y un 99% de las viviendas sufre pérdidas y derroches de energía innecesarios.
El calor de los hogares se escapa principalmente por ventanas, fachadas, cubiertas, suelos… Además, cerca de una tercera parte de la energía que se fuga de los inmuebles lo hace a través de los puentes térmicos, puntos críticos como los pilares, forjados, cajas de persianas, huecos como las ventanas o balconeras en los que se rompe la continuidad aislante, según datos de Propamsa.
Para revertir esta situación, la firma apuesta por el aislamiento térmico de los edificios, ya que permite reducir un tercio de las emisiones que los edificios lanzan a la atmósfera, ahorrar en la factura energética de los hogares y mejorar la calidad de vida en el interior de las viviendas.
Y, en concreto, abrigar los edificios por fuera, es decir, con los Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE), puede reducir el gasto de energía, calefacción y refrigeración hasta en un 70%, según cifras de Propamsa. Hay que tener en cuenta que una buena parte de los edificios, sobre todo los más antiguos, se han convertido en auténticos depredadores de energía, pues consumen el 40% de la demanda energética de Europa y representan el 36% de las emisiones de CO2 lanzadas a la atmósfera en la UE.
En este sentido, como parte de una estrategia continua de innovación para una construcción sostenible, Propamsa ha lanzado su nuevo sistema SATE Propam Aisterm Nature de acabado cal, con el objetivo de mejorar la eficiencia energética de las viviendas y los edificios, que incluye dos nuevos productos.
Así, con la incorporación de Propam Aisterm Flex y Revatcal Nature (con propiedades fotocatalíticas que actúan como agentes descontaminantes), la oferta de innovación y sostenibilidad de Propamsa se refuerza aún más, ya que ambos productos han obtenido la certificación Emicode EC1 Plus.
Esta certificación, emitida por la prestigiosa entidad alemana GEV, avala que se trata de productos que cumplen con las garantías, tanto en materia de calidad del aire, como en protección de la salud y de compatibilidad medioambiental.
En total, 75 morteros de Propamsa en base cemento están certificados ya bajo el sello Emicode, con una clasificación EC1 Plus, que acredita que registran muy bajas emisiones.