Rehau opta por la eficiencia energética
El PVC pertenece a una extensa familia de materiales denominada polímeros y es el segundo plástico más utilizado en el mundo para todo tipo de aplicaciones. Al ser un termoplástico, se puede moldear fácilmente si se somete a una temperatura determinada y, gracias a su composición, ofrece unas propiedades únicas, entre las que destacan su elevada resistencia y durabilidad. Además, el PVC es un material no conductor, motivo por el que, además de su resistencia y larga vida útil, es muy valorado por los profesionales de la construcción por las ventajas que ofrece su capacidad aislante. En este contexto, Rehau ofrece un amplio abanico de ventanas de PVC elaboradas a partir de una tecnología innovadora y de unos altos estándares de calidad, resultando en soluciones inteligentes y sostenibles.
Material aislante
Las propiedades aislantes del PVC garantizan muy buenos aislamientos tanto térmico como acústico, pudiendo llegar a ahorrar hasta un 76% de energía. Cuanto menos aislantes sean los cerramientos, más tendremos que invertir en sistemas de climatización para enfriar o calentar las estancias, resultando prácticamente imposible mantener una temperatura estable. Por la composición del material y su mala conductividad, las ventanas de PVC permiten lograr unos niveles de aislamiento válidos sin la necesidad de elementos complementarios, gracias a los cuales se mejora significativamente la eficiencia energética del hogar. Asimismo, el PVC también proporciona una gran resistencia a impactos, desgaste y corrosión.
Otra de las ventajas diferenciales de un sistema de ventanas de PVC son sus elevados niveles de estanqueidad al agua y permeabilidad al aire, así como un muy alto grado de protección antirrobo. Cabe destacar también el bajo mantenimiento que necesitan las ventanas de PVC, ya que con una sencilla limpieza sin productos abrasivos es posible asegurar su conservación y su vida útil durante muchos años.
Un plástico sostenible
Rehau ha invertido más de 65 millones de euros en instalaciones de reciclaje con el fin de proteger los recursos naturales y promover la sostenibilidad. Como material, el PVC puede ser totalmente reciclado sin perder cualidades. Además, las emisiones de CO2 generadas por su fabricación son menores que las producidas con otros materiales dedicados a la fabricación de ventanas. Así, la firma, con la economía circular como pilar fundamental de su negocio, ha adaptado los procesos de producción para reducir estas emisiones al máximo, así como también el consumo de agua y energía. Este importante punto, unido a su elevada capacidad aislante, que mejora la eficiencia energética de los edificios, permite que las ventanas de PVC tengan un balance energético positivo. Es decir, ahorran más energía que la consumida en su fabricación, contribuyendo a mitigar los efectos del cambio climático.
Además, los productos fabricados en PVC no emiten partículas por lo que no son tóxicos. De hecho, se usa para fabricar productos que requieren la máxima higiene, como juguetes, botellas de agua o tuberías, por ejemplo.
El PVC no es solo blanco
En lo que al color y a la estética se refieren, el PVC es un material muy versátil. La creatividad en arquitectura tiene ahora menos barreras al usar un material que se adapta a cualquier forma. Asimismo, el programa Kaleido Color de Rehau ofrece una gran variedad de colores y acabados para que las ventanas se ajusten a cualquier estilo arquitectónico. Por supuesto, también se pueden combinar entre sí acabados distintos para el interior y el exterior de la fachada, lo que amplía aún más las opciones de diseño.
Rehau, que aporta más de 70 años de experiencia en la transformación de polímeros, se posiciona como una firma especializada en ventanas y cerramientos de PVC en los que priman la máxima calidad y unas propiedades aislantes óptimas para disfrutar de un hogar seguro, eficiente y confortable.