La certificación española VERDE refuerza su alineamiento con las políticas europeas y se afianza como herramienta para mejorar la sostenibilidad de la edificación en Europa
La certificación española de edificios VERDE fortalece su alineamiento con las políticas europeas de sostenibilidad y se afianza como una herramienta eficaz en España y en el resto de Europa, para reducir los impactos de las edificaciones sobre el medio ambiente, la sociedad y la economía. Así, el sistema de evaluación de VERDE refuerza su vínculo con el marco europeo Level(s), conjunto de indicadores de referencia en la UE que abordan el comportamiento de los edificios durante todo su ciclo de vida.
“Gracias a Level(s), los agentes del sector de la edificación disponen de una herramienta holística para medir y mejorar los criterios de sostenibilidad desde la fase de diseño hasta el final de la vida útil de los edificios y, al ser un lenguaje común, permiten comparar los resultados obtenidos en cada edificio”, explica Bruno Sauer, director general de Green Building Council España (GBCe).
De este modo, VERDE ofrece, a los edificios certificados con su herramienta, un informe de valoración sobre el grado de cumplimiento de los indicadores de Level(s) y plantea soluciones para satisfacer esos criterios europeos. “VERDE y DGNB son las dos primeras herramientas de certificación de la sostenibilidad de la edificación en España alineadas con Level(s), lo que es muy importante porque este marco europeo es la base del marco legislativo de los Fondos Next Generation, de la nueva compra pública ecológica o de la taxonomía de la Unión Europea”, afirma Sauer.
Las certificaciones de sostenibilidad como VERDE se han convertido en un aliado fundamental, para el sector de la edificación en su transición hacia la sostenibilidad. En el actual contexto de emergencia climática, en el que los edificios representan en Europa alrededor del 40% del gasto energético y el 36% de las emisiones de CO2, el sector está progresando a través de una serie de transformaciones políticas, económicas y sociales. El objetivo es claro: conseguir limitar el calentamiento global a menos de 1,5 °C, las emisiones globales deben reducirse a la mitad para 2030 y alcanzar la neutralidad total para 2050.
Pero este desafío sólo será posible si se optimiza al máximo la sostenibilidad de los edificios en todo su ciclo de vida. Para lograr este reto, el sector debe evaluar y mejorar el comportamiento social, medioambiental y económico de las edificaciones, desde su adaptación al entorno y la demanda de recursos junto con su fase de uso hasta la gestión del final de la vida útil de sus componentes. Es en este punto donde entra en juego la herramienta de certificación VERDE.