El Museo Reina Sofía incluirá una sección dedicada a la Arquitectura
Han comenzado en el Museo Reina Sofía de Madrid los primeros trabajos para abordar la reestructuración y acondicionamiento de una de las cuatro alas del edificio Sabatini, la orientada al sur y situada en la planta más baja, denominada AO, que, desde hace casi treinta años, ha estado ocupada por servicios privativos, como almacenes o talleres dedicados a distintos oficios.
Tras los trabajos, albergará las piezas más recientes de los fondos del Museo y una sección dedicada a la arquitectura, gracias a la ayuda del 1,5% cultural concedida por el Ministerio de Transporte.
Recreación de las futuras salas planta AO del Edificio Sabatini.
La Arquitectura formará parte del Museo
La arquitectura es esencial para entender el arte de los siglos XX y XXI y sin ella no se puede entender la cultura española. Cuando los nuevos espacios abran sus puertas, se va a poner a disposición del visitante material que le va a permitir establecer los vínculos entre las artes visuales y la ciudad: revistas especializadas, material fotográfico, maquetas, proyectos…
Pieza fundamental en el relato va a ser el legado del arquitecto catalán José Antonio Coderch (Barcelona 1913-Esposa, Girona, 1984). Su familia donó al Museo recientemente su archivo compuesto por proyectos, cartas, fotografías y maquetas; muchas de estas piezas podrán ahora verse junto a los archivos de García Paredes y Martín Domínguez. También van a poder ser mostradas importantes fotografías de Fernando Figueras, como la unidad vecinal de absorción de Hortaleza en Madrid y la maqueta del hotel Las salinas en Lanzarote, así como algunos trabajos de Aizpurua-Labayen; materiales del arquitecto José Miguel de Prada Poole o de José Luis Iñiguez y Antonio Vázquez de Castro sobre el poblado dirigido de Caño Roto.
Nuevo proyecto sostenible y adecuación a las necesidades
La arquitectura juega un papel determinante en los aspectos sociales del Museo al garantizar no sólo la accesibilidad física, sino la accesibilidad social. La reordenación de espacios que ahora se acomete, responde a una actualización y adecuación a la nueva realidad, en la que el peso de la Colección va a cobrar mayor fuerza y en la que el Museo se va a adaptar a escenarios distintos y responder a las demandas y necesidades del público.
Plano planta museo y de la zona a intervenir.
Por ello, el nuevo proyecto que verá la luz en unos meses ha puesto el foco en la experiencia física del visitante para garantizar su máximo confort, reduciendo al mínimo la incidencia en el Museo y en su entorno y reforzando a la vez la idea de museo como servicio público y de espacio para la participación, con una planificación del proyecto que va a permitir que desarrolle toda su diversidad funcional sin alteraciones. Llevado a la práctica, la intervención va a regular de manera natural la circulación de los visitantes, haciéndola sencilla y racional. Al tiempo, se va a mejorar de manera notable la difícil conexión entre los edificios Sabatini, de finales del siglo XVIII, y Nouvel, de principios del siglo XXI, al crear un nuevo acceso directo entre un edificio y otro, quedando con ello garantizada la accesibilidad a estas salas sin necesidades de medios mecánicos. Tras la finalización de las obras, el Museo tendrá 21 nuevas salas dedicadas a la Colección permanente y sumará 2.000 metros cuadrados construidos nuevos para zonas públicas con bienes culturales.
El Museo Reina Sofía lleva tiempo comprometido con el medioambiente, no solo a la hora de conservar el patrimonio, sino buscando concienciar y difundir hábitos sostenibles. Se han implantado sucesivas medidas encaminadas a reducir el consumo, incrementar el reciclaje y gestionar de manera adecuada los recursos, respetando en todo momento el entorno. Prueba de ellos es la propia intervención, que apuesta por recuperar para el público un espacio histórico en un centro urbano consolidado, muy bien comunicado por transporte público en concordancia con los principales criterios de certificación energética.
Todos estos elementos se han puesto en valor a la hora de acometer el proyecto. La mínima intervención arquitectónica, el respeto absoluto a la memoria de los espacios del edificio Sabatini, o la armonización del gasto energético con el respeto al medio ambiente, son algunas de las premisas que van a estar presentes en el acondicionamiento de esta parte del Museo, siempre con el fin último de implementar la sostenibilidad y alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, en la que está comprometido el Reina Sofía. Entre las medidas adoptadas se encuentra la mejora del aislamiento térmico existente en los paramentos verticales, bajo los principios de la arquitectura bioclimática. Además, se van a instalar sistemas de climatización con grandes rendimientos. Estas medidas van a reducir notablemente el consumo energético de las nuevas salas, que sumadas a las emprendidas recientemente por el Museo, van a permitir disminuir más de un millón de kw/h el consumo anual energético y evitar la emisión de 570 toneladas de C02. Con ello se consolida el compromiso del Museo que también ha reducido drásticamente el consumo de plásticos e implantado medidas para reducir un 30% su consumo de agua.