Entrevista a José Enrique Peraza, secretario general de Aitim

La Asociación de Investigación de las Industrias de la Madera (Aitim) es una asociación de empresas, pero, según puntualiza su secretario general, José Enrique Peraza, lo que une a sus miembros son aspectos técnicos, de normalización y de calidad. Con sede en Madrid, la asociación cuenta con algunos colaboradores en otros puntos de España e, incluso, fuera del país. En la actualidad, está compuesta por unos 200 asociados, cuyo perfil es principalmente medianas y grandes empresas industriales de la madera. “También hay una pequeña parte dedicada al comercio y a la instalación, y últimamente se han incorporado autónomos del mismo ámbito”, añade Peraza.

La principal labor en cuanto a dedicación y facturación es el control de calidad de productos que se realiza a empresas fabricantes. Aitim creó en 1962 sus sellos de calidad para productos y procesos de la industria de la madera. Dispone de una treintena de ellos. La certificación está muy unida a la normalización. Aitim ostenta desde hace mucho tiempo la Secretaría de Normalización en Aenor para esos productos, lo que constituye la base de la certificación (sellos de calidad). Es una labor costosa y compleja que a veces tarda en dar sus frutos porque ha de poner de acuerdo a empresas, instituciones y usuarios.

Actividades conexas a las dos anteriores son las de ensayo y experimentación, informes y peritaciones sobre productos: caracterización, peritaciones patologías de instalación, etc. Finalmente, la tercera gran actividad de Aitim son las publicaciones. Desde 1962 publica una revista en papel que es bien conocida en el sector y entre los prescriptores, así como libros y monografías. Además de libros en formato tradicional en papel, disponemos de algunos en formato pdf. Últimamente hemos iniciado la actividad formativa con cursos muy especializados a pequeños grupos de profesionales.

Aitim ha dejado de realizar investigación básica desde hace unos años porque su estructura no se adapta a las que se exige en los estándares del sector donde solo tienen cabida las OPIS o los grandes centros. Eso no quita que se colabore con ellos en los ámbitos propios de nuestro trabajo. Es más, la asistencia técnica a las empresas a las que controlamos la calidad ofrece muchas oportunidades de resolver problemas técnicos y de innovación para los cuales es necesario una base científica fuerte y una capacidad de caracterizar productos mediante ensayos. El perfil del personal técnico de Aitim es claramente científico y se mueve con facilidad en estos ámbitos, incluso me atrevería a decir que peca por exceso en este aspecto.

Depende de la formación científica, que es en general buena, y de los medios materiales y medios, que no lo son tanto. Hay buenos centros tecnológicos especializados. En cuanto a universidades, depende, en lo que se refiere a tecnología de la madera, en Madrid es prácticamente nula. En Vigo, en cambio, tiene una gran fuerza. Otras universidades trabajan también activamente en distintos campos. En Madrid, el Inia es una referencia.

Llevamos años defendiendo que la madera es necesario que entre en el mundo de la construcción como sustitutivo parcial del hormigón ya que el cemento es un material muy contaminante en emisiones de CO2 de su fabricación e intensivo en consumo de energía. Aunque hoy por hoy no es totalmente sustituible, debe ceder cuota de mercado a la madera, que presenta unas grandes credenciales medioambientales.

Es uno de los caballos de batalla de este material y es un punto a cuidar. Es evidente que la madera puede tener una durabilidad centenaria si se instala adecuadamente y ahí hay multitud de ejemplos que lo demuestran. Al disminuir su uso en los últimos decenios, se han perdido en parte esos conocimientos ancestrales, pero, justamente con el renacer de la madera en la construcción, se están recuperando. Además, la industria de la protección da una gama amplia de productos para aplicar. Lo que es importante es que el prescriptor conozca bien el material, sus posibilidades y su correcta instalación y mantenimiento.

Es evidente que sí. Es el material de construcción, carpintería, de transporte y energía más ecológico. Solo nos hemos de preocupar de su sostenibilidad, es decir, no cortar más de lo que crece. Lo demás lo hace la naturaleza. Hasta los grupos ecologistas más radicales que criticaban la deforestación -con razón- en algunas zonas del mundo, defienden la madera frente a otros materiales. La economía circular y los análisis de ciclo de vida del producto ponen en evidencia científicamente que la madera es el material más ecológico.

Yo creo que están demostrando que sí. Los nuevos sistemas de monitorización y asistencia técnica telemática de los equipos instalados les dan un contacto muy próximo con las empresas. Además, la red comercial tiene una sólida formación técnica lo que les da una gran cercanía con ellas.

Yo creo que sí. Los problemas que surgen son los propios de cualquier actividad de carácter interdisciplinar, ya que hay que poner de acuerdo a muchos estamentos diferentes. En el campo concreto de la protección de la madera, por ejemplo, hay que adaptar criterios generales a las peculiaridades de nuestro país.

Los sellos de calidad Aitim están basados en normas UNE y EN, es decir, buscan la objetividad. Ofrecen además una garantía de independencia porque sus comités de gestión tienen representación de todos los sectores concernidos. Dicho esto, hay sellos que son más aceptados por el mercado que otros, por las propias empresas o por los prescriptores. Por desgracia, desde la crisis de 2008 el sector de la construcción se sigue moviendo bajo criterios de precios más que de calidad. Para nosotros el punto clave son los prescriptores, aunque está claro que tiene que ser el propio subsector -como lo ha hecho por ejemplo el de puertas- el que lo impulse entre sus fabricantes.

La producción española se destina a productos de menor valor como envases, embalaje o palets, y fundamentalmente trituración. Imagino que no puede o no le interesa competir con la calidad/precio de las producciones de otros países. El crecimiento del mercado del CLT puede ser una oportunidad de aprovechar nuestra madera para usos más interesantes. En cambio, parece claro que en madera laminada es difícil competir con austriacos y alemanes.

Yo veo más oportunidades que amenazas puesto que parece claro que la madera está en alza a todos los niveles. El reto puede ser estar preparado para dar respuesta a las expectativas en el momento adecuado y más las circunstancias que estamos viviendo, porque para mí no hay duda de que la industria va a crecer de forma importante, al menos en comparación con otros sectores.

Sí, pero, dadas las circunstancias actuales, el problema va a ser el cuándo. Estamos en el sitio adecuado, la duda es cuál será el momento adecuado.

“La producción española se destina a productos de menor valor como envases, embalaje o palets, y fundamentalmente trituración. Imagino que no puede o no le interesa competir con la calidad/precio de las producciones de otros países”