El CTE receta impermeabilizantes tóxicos para la construcción
14 de diciembre de 2007
Qué duda cabe que el presente Código Técnico de la Edificación (CTE) viene a ordenar, dirigir y actualizar las nuevas exigencias de la construcción, en cuanto a energías renovables y respeto con el medio ambiente. Éstas, casi de obligado cumplimiento, no ya desde el punto de vista técnico profesional sino, más bien, por la previsión a corto plazo de la falta de combustibles fósiles.
La brillante era del petróleo de 150 años ha terminado, cada vez es más caro y difícil de extraer, amén de poder evaluar la reserva mundial a explotar.
Los cambios climáticos que se preveían a medio o largo plazo ya se están manifestando: exceso de lluvia ácida, temperaturas superiores a las normales, desertización, lluvias torrenciales, etc.
Pues bien, mientras las empresas sensibilizadas con el medio ambiente y su entorno invierten grandes cantidades de recursos económicos en I+D, otras disfrutan de un marco legal lleno de concesiones que les permite contaminar la salud publica y el maltratado medio ambiente.
Como ustedes saben, el CTE expone como impermeabilizantes los compuestos bituminosos, láminas de poli (cloruro de vinilo), PVC plastificado, etileno propileno dieno (EPDM) monómero y poliolefinas.
Si bien el betún contiene un gas extremadamente tóxico e inflamable (sulfuro de hidrógeno, H2S, véase Nº CAS 7783-06-4), el PVC (cloruro de vinilo), debido a sus incuestionables efectos cancerígenos y a su gran persistencia, no se queda atrás, (véase problemas del PVC, Nº CAS: 75-01-4). También son contaminantes los EPDM o las poliolefinas obtenidas al añadir gran cantidad de etileno (solventes naftas o gas natural), (véase ficha técnica FT-3-2-A, Nº CAS 106-98-9 y seguridad e higiene, www.pharmaportal.com.ar/tem_seguridad_08.htm).
Estos aditivos, gases y compuestos orgánicos volátiles presentan una gran contaminación ambiental en su fabricación, manipulación y posterior permanencia en la edificación. Su permanencia en la edificación resulta peligrosa al desprender de la película dichos productos volátiles en el transcurso de los años y de manera permanente, pudiendo producir todo un rosario de contraindicaciones, mareos, daños permanentes en el hígado, reacciones del sistema inmunitario, alteración en el sistema nervioso, cáncer del hígado, etc. Como vienen denunciando desde hace años grupos ecologista, revistas de salud y, últimamente, el periodista Miguel Jara en su reciente libro ‘Traficantes de salud’.
Respetemos la salud publica y el medio ambiente con una eco construcción y demos paso a los compuestos de base acuosa exentos de toxicidad y más económicos, sin la obligatoriedad de normas hipotecarias (DITE) para salvar la competitividad de algunas multinacionales dominantes y sus productos tóxicos.