Entrevista a Francisco García Ahumada, presidente de IFMA España

IFMA España es el capítulo español de la Asociación Internacional de Facility Management y en la actualidad, la única Asociación profesional que representa al sector y a sus profesionales en España y en algunos países de Latinoamérica. La disciplina del Facility Management está estrechamente relacionada con la eficiencia energética y de hecho, IFMA España ha trabajado recientemente en un benchmark único en el mercado, relacionado con este asunto para medir el grado de eficiencia energética de los inmuebles en nuestro país y, con sus métricas, conseguir mejorar en su operatividad. Entrevistamos al nuevo presidente de la Asociación, Francisco García Ahumada, para saber cómo un facility manager puede contribuir a la mejora de la eficiencia energética de nuestros edificios.

En nuestra opinión, este apartado de la eficiencia energética, que conviene englobar en el más amplio de gestión energética, va con un cierto retraso, como consecuencia de la crisis, ya que en la búsqueda de mejora en la eficiencia es necesario, en algunos casos, realizar inversiones, y este apartado ha sido problemático, en los años pasados. Por tanto, existen, a fecha de hoy, unas posibilidades de mejora importantes. Es de justicia reconocer la tarea que llevan a cabo los facility managers para la mejora de la gestión energética de las empresas, tanto para conseguir altos niveles de eficiencia como para mejorar su eficacia, con el objetivo de ayudar a conseguir los objetivos empresariales.

Para IFMA España este apartado es tan importante, que se dispone de un evento anual sobre el tema, que este año ha tomado un formato de workshop.

En la redacción del informe se han visto las carencias que las empresas tienen para la gestión energética. Hay que recordar que la gestión energética se basa en conocer las respuestas a tres preguntas: ¿Cuánto se consume? ¿En qué parte del edificio se consume? y ¿Cómo se consume la energía a lo largo del tiempo? Esto obliga a disponer de redes de medida energéticas. En un gran tanto por ciento los edificios solo disponen de un punto de medida, que es el contador de la empresa eléctrica, por tanto, mientras no se dispongan de redes adecuadas la gestión energética tendrá un bajo soporte. A partir de esta situación se puede mejorar en base a actuar, como se ha indicado, sobre las instalaciones y sobre la forma de consumir.

Efectivamente, no existe homogeneidad en cuanto al grado de eficiencia energética de las empresas, ni por zonas geográficas, ni por tipo de empresa. La certificación ISO-50001, en cuanto al Sistema de Gestión Energética, debe convertirse en algo mandatorio para las empresas que quieran alcanzar niveles de eficiencia energética importantes, sin olvidar que cuando estamos hablando de energía, lo hacemos de electricidad, gas, combustibles, agua…

La mejora energética siempre vendrá, bien del lado de la demanda (los usuarios), bien del de la oferta (los gestores a través de las instalaciones y del modo de operación y mantenimiento de los edificios), y en ambas hay que actuar. Las oportunidades que generarán mayores disminuciones del consumo vendrán del lado de la oferta y serán tanto por la vía de inversiones (CAPEX) en equipos cada vez más eficientes, como por la vía de mejora en los procesos de Operación y Mantenimiento (OPEX).

En nuestra opinión ya forma parte de los planes empresariales, que pueden tener una mayor intensidad si, dentro de los objetivos de la empresa, está la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa. Como se ha indicado, la actuación puede estar del lado de la inversión (CAPEX) como en la actuación sobre el gasto corriente (OPEX), como puede ser actuar sobre el modelo de operación y mantenimiento. En ambos casos, como no puede ser de otra manera, hay que analizar el impacto en las cuentas de resultados futuras, y analizar los retornos de las inversiones a lo largo del ciclo de vida considerado. En el caso de las inversiones sobre activos, es conveniente a la hora de la inversión analizar su impacto a lo largo del Ciclo de Vida.

Es conveniente decir que en muchos países la política de la AAPP no solo ha sido ejemplar sino que ha sido un motor en la gestión energética. A título de ejemplo se puede hablar de programas que son una referencia como: el Federal Energy Management de los EE UU y el Total Asset Management del Gobierno Australiano. En el caso español, probablemente como consecuencia de la crisis, las AAPP han ido con un cierto retraso, que pensamos que se irá corrigiendo en sucesivos ejercicios. Como ejemplo está el retraso en la aplicación de Directivas de la UE y la nula aplicación del Reglamento 244/2012 que obliga, entre otras cosas, a la elaboración de Costes totales de explotación (CAPEX y OPEX) a lo largo del Ciclo de vida del Activo.

Una esperanza que era la realización de auditorías energéticas, RD 56/2016, se ha convertido en una mezcla de burocracia y comodity, que desgraciadamente no ha entrado en el análisis de los procesos de Operación y Mantenimiento de los inmuebles.

Podemos decir que el facility manager es una agente esencial a lo largo de todo el ciclo de vida de un inmueble. El facility manager es el guardián de las prestaciones del edificio, dentro de las cuales están las energéticas:

• En su inicio, aportando la experiencia en la explotación y mejora de los diseños, logrando con ello que la energía que va a consumir el edificio sea la óptima desde el inicio. Y conociendo la primera estimación de los Costes del Ciclo de Vida del edificio.
• Durante la construcción mediante su colaboración contante con el project manager y el agente de commissioning para verificar que las prestaciones del proyecto se mantienen durante esta etapa.
• En la entrega del edificio para pasar a la explotación, verificando con la ayuda del agente de commissioning que mediante las pruebas funcionales el edificio mantiene las prestaciones, que se dispone del Plan de Operación y Mantenimiento adecuado en el que se hayan implementado todas las medidas adecuadas para un consumo energético óptimo, que la documentación sea un reflejo fiel del edificio y que en el caso de disponer de un sistema centralizado de control, este haya sido validado y utilizado durante las pruebas funcionales y esté operativo desde el minuto cero para las gestión del edificio y, por supuesto, para la gestión energética.
• Durante la explotación, mediante la gestión del equipo de operación y mantenimiento que puede ser propio o ajeno, y la consiguiente gestión del ciclo de vida así como de la monitorización de la gestión energética.

Desgraciadamente en nuestro país la formación de profesionales en servicios, para su diseño, innovación y gestión, mediante el correspondiente grado, es inexistente, a diferencia de otros países de la UE, lo que nos ponen en inferioridad de condiciones. A fecha de hoy esto se ha resuelto mediante la experiencia que distintos profesionales han ido adquiriendo en la gestión del FM. Además, disponemos de programas de posgrados de diferentes universidades y fundaciones. En esta formación en posgrado la gestión energética es una parte importante. Por parte de IFMA se realizan formaciones puntuales así como eventos y workshops como el anteriormente indicado.

Me alegra esta pregunta ya que tras ella se nos impone un deber, que es primero fijar el mapa de ahorros en los que puede actuar el facility manager, así como el coste de las diferentes opciones y su retorno. De este tipo de acciones ya tenemos un ejemplo como fue la exposición de Brenna Walraven ante el Congreso de los EE UU. Pero recogemos el desafío que está implícito en su pregunta y este será llevado a la Junta Directiva de IFMA España y a la comisión de Research.

A este respecto, las empresas deberían poner en marcha acciones como las que se indican a continuación, todas ellas lideradas por el facility manager:

• Establecer el diagnóstico de situación de la empresa que se pueda mediante la auditoría energética.
• Fijar el mapa de ahorros tentativo en unión con los costes del mismo. Creo que la forma de presentarlo debería de seguir la elaborada por Brenna en la exposición anteriormente citada, y es la de establecer los costes (de menor a mayor). Esto dará lugar a la elaboración de diferentes proyectos.
• Realizar campañas de concienciación a los usuarios (actuar sobre la demanda).
• Medir.
• Gestionar.

Creo que la posición española ocupa un nivel intermedio respecto a los países de UE.

Las ciudades son las principales demandadoras de energía, por tanto es crítico el poder actuar sobre este apartado. Los modos de actuación son ‘mutatis mutandi’, una traslación del modelo de gestión de inmuebles a ciudades. De nuevo la actuación será tanto sobre la oferta energética como sobre la demanda. Por tanto, será necesaria la inversión en sistemas y el desarrollo de planes de operación y mantenimiento más eficientes. De hecho, en el city protocol se establece el ciclo de la energía en el apartado de infraestructuras en el que creo que la experiencia del facility manager, así como en la gestión de activos y de servicios, pueden ser relevantes.

De nuevo las tendencias dependen del punto de vista que elijamos. Si elegimos el punto de vista de la oferta, es evidente que los apartados de: iluminación (el impacto de los LED), de las energías renovables (paradas en la actualidad en España por la difícil aplicación del Balance Neto), instalaciones más eficientes (que se pararon por la crisis), Sistemas de Control BMS que van a permitir modelos más eficientes de operación, sistemas más eficientes de cerramientos y carpinterías metálicas… Y por último, pero no menos importante, revisar de forma crítica los planes de Operación y Mantenimiento, revisando las estrategias a utilizar. Pero dentro de todos estos sistemas y recordando a Galileo Galilei, “medid todo lo medible y lo que no, hacedlo mensurable”. Necesitamos, si queremos gestionar bien la energía, responder a tres preguntas: ¿Cuánto se consume? ¿Cómo se consume? y ¿Dónde se consume?, lo que obliga a disponer de sistemas de medida que nos resuelvan esas tres preguntas. Está claro que tecnologías tales como IoT son transversales y de obligada aplicación.

Conviene recordar que IFMA España es la unión de dos asociaciones: la Sociedad Española de Facility Management (1998) y el capítulo español de IFMA (2001), que se fusionaron en el año 2011. Hoy representa la mayor asociación del Facility Management en España, estando en la actualidad vertebrada en todo el territorio del estado con delegaciones territoriales.

Las líneas estratégicas de IFMA España se basan en:

• Crecimiento de la Asociación, especialmente en las delegaciones territoriales.
• Eventos y fomento de acciones de networking profesional.
• Formación actualizada y profesional en Facility Management, Asset Management y BIM.
• Research, continuar siendo el referente en investigación de Facility Management en España.
• Nuevas comisiones, con la creación del Grupo Consultivo de anteriores presidentes de IFMA y SEFM, y las nuevas comisiones de BIM, Asset Management y Smart Cities.
• Nuestras principales actividades son: eventos, workshops, formación, grupos de trabajo y proyectos de investigación de la Comisión Research.

A fecha de hoy, el número de asociados supera los 800 y tenemos el objetivo de llegar a los 1.000 a lo largo del año.

En relación con los proyectos en marcha, podemos indicar que se ha finalizado la primera parte del proyecto de Valor Añadido de Facility Management, publicando el primer Manual de Gestión de VA de FM en España y en la actualidad tenemos, entre otros, los siguientes proyectos en marcha:

• Grandes cifras del Facility Management Sector Privado.
• Grandes cifras del Facility Management Sector Público.
• Auditorias de FM.
• Modelos de Gestión de Espacios.
• Ciudades Inteligentes.
• Valor Añadido de FM.
• El Facility Manager en los entornos de la Edificación.
• Herramientas Informáticas de FM.