La vivienda protagoniza el fortalecimiento de la construcción en Europa
Euroconstruct, grupo independiente de análisis formado por 19 institutos europeos, ha celebrado en Amsterdam su reunión de verano, donde ha dado a conocer su informe semestral sobre la situación actual del sector de la construcción y las previsiones para los próximos años. Itec, Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña, es el representante español en este organismo.
Precisamente, la sede del Itec en Barcelona fue el lugar escogido para dar a conocer los datos más relevantes del informe de verano de Euroconstruct. La presentación corrió a cargo de Francisco Diéguez y Josep Ramon Fontana, director general y jefe del departamento de mercados, respectivamente, del Itec.
En su intervención Francisco Diéguez destacó que la mejora de los fundamentos económicos y el esclarecimiento de algunas incertidumbres políticas perfilan un horizonte tranquilo para la economía europea. Europa ya ha recuperado el nivel de empleo que registraba a mediados del 2008, lo que ha contribuido a fortalecer la demanda interna en la mayoría de países, al mismo tiempo que los bajos costes de financiación están contribuyendo a acelerar la inversión. Aunque se espera un moderado crecimiento (1,7% anual de promedio en el periodo 2017-2019) este es superior al que se preveía en el informe Euroconstruct de seis meses atrás.
Josep Ramon Fontana indicó que Euroconstruct espera un crecimiento del sector de la construcción del 2,9% en 2017, tras haber registrado un 2,5% en 2016. A pesar de lo poco prometedora de esta previsión, la percepción general es que el sector gana en solidez. Las expectativas serán todavía positivas en la previsión más a medio plazo, pero se espera una progresiva desaceleración en 2018 (2,5%) y 2019 (2%), debido a que la edificación de nueva planta no podrá prolongar durante más tiempo los sustanciales ritmos de avance de 2016-2017 y de que la mejora en ingeniería civil será insuficiente para compensarlo.
Según el informe Euroconstruct, en edificación residencial sigue habiendo países en zona de mínimos, mientras que otros alcanzan o superan los máximos de las últimas dos décadas. Las excepciones positivas han ido aumentando y han conseguido propulsar la producción europea un 8,8% durante 2016, y se espera que lo hagan un 6,8% en 2017. Si se descuenta la contribución de España e Italia al total europeo, en el año 2007 se superaron los 1,6 millones de viviendas acabadas, una cifra que volverá a alcanzarse en el 2017 y que podría aumentar hasta los 1,75 millones en el 2019. Las previsiones indican que el crecimiento en términos de producción perderá intensidad en 2018 (3,7%) y 2019 (2,4%) debido a la desaceleración que se espera en Alemania y algunos otros países, principalmente nórdicos.
Respecto a la edificación no residencial, el mercado no ha conseguido reencontrarse con el crecimiento hasta 2016 (2,5%) y la ventana de oportunidad que ahora se abre es mucho más modesta que la del contexto del residencial: el crecimiento más intenso se prevé para 2017 (2,8%) y a partir de aquí podría sufrir una notoria desaceleración que lo reduciría al 1% en la proyección para 2019. Que las expectativas sean tan poco ambiciosas tiene mucho que ver con el mercado de las oficinas, en el que se notará la falta de empuje del Reino Unido del 2018 en adelante. Este vacío será difícil de compensar puesto que su cuota de mercado era superior a un tercio del total europeo de oficinas. Por otra parte, la construcción industrial y logística, que en el informe del semestre anterior se mostraban titubeantes, tienden a recobrar fortaleza con la mejora económica.
La ingeniería civil, la gran damnificada
La ingeniería civil fue el único subsector incapaz de crecer durante 2016 (-1,8%) al confluir varios factores: por una parte, el relevo entre programas de fondos estructurales de la UE provocó un notable descenso de producción en los países del Este; por otra, Portugal y España tuvieron que sacrificar inversión en un intento de contener su déficit. La situación es claramente mejor en 2017, y aunque los problemas fiscales en la Península aún siguen pesando negativamente, cuando menos el flujo de financiación comunitaria hacia los países del Este se ha restablecido sin problemas.
Se prevé que la producción crezca un 2% en 2017 y un 3,6% tanto en 2018 como 2019. Por países, cabría esperar que el crecimiento más intenso se produjese en los mercados del Este en general, pero en la práctica los auténticos beneficiarios del nuevo ciclo de financiación serán solo Polonia y Hungría, con Chequia a una cierta distancia y con Eslovaquia experimentando problemas para atraer la inversión.
España, un sector construcción a dos velocidades
En su análisis de la situación en España, Josep Ramon Fontana destacó que la salida de la crisis la construcción está resultando más traumática para el sector público que para el privado. “En 2016, mientras los mercados de la edificación crecían un 6,5% gracias a la demanda privada, la ingeniería civil sufrió un desplome del -12%, provocando que el agregado de producción total no pasase de un testimonial 1,8%”, indicó. La inversión pública de 2016 se resintió por el largo paréntesis de gobierno en funciones, pero el auténtico problema de fondo fue el desequilibrio presupuestario. Un problema que todavía persiste, pese al alivio proporcionado por el crecimiento económico, y que explica por qué el sector construcción avanzará en 2017 sólo un 3%, propulsado únicamente por la promoción privada. Si, tal como se espera, la demanda pública se acaba reincorporando al mercado, es razonable esperar un crecimiento algo más sólido en 2018 (4,1%) y 2019 (3,6%).
En el contexto de la edificación residencial cada vez se despejan más las dudas sobre la recuperación de la demanda y sobre la situación del stock, allanando el camino para nuevos proyectos de vivienda. Pese a que los promotores siguen muy prudentes y el número de nuevas viviendas que se ponen en marcha es todavía pequeño, basta para impulsar la producción en un 14% en 2016 y un 10% en 2017. A medio plazo, se espera que la evolución positiva continúe, aunque a ritmos más moderados de alrededor del 6% en 2018 y 2019, debido a la ausencia de crecimiento demográfico, el encarecimiento del suelo y los cambios en el mercado hipotecario. Preocupa también que el mercado se haya vuelto demasiado dependiente del comprador-inversor, muy volátil por naturaleza. “El mercado por naturaleza de la nueva construcción es el de las familias que adquieren una vivienda. Eso se traduce en una situación de crecimiento saludable del mercado. Sin embargo, esa demanda familiar ha disminuido, incrementándose la adquisición por parte de grupos inversores, un tipo de comprador más volátil”, explicó Josep Ramon Fontana.
Por su parte, la edificación no residencial vuelve a crecer, aunque la inflexión no ha llegado hasta 2016 (un año más tarde que la vivienda) y con muy poca intensidad (1,2%). Este arranque tan tardío y tan tibio contrasta con la intensa actividad inmobiliaria de los últimos años, la cual continúa sin dar señales de fatiga. En circunstancias normales, una atmósfera de alta demanda inversora y de oferta que escasea en los nichos más solicitados, no tardaría en provocar un aumento de la cartera de obra nueva. Pero el mercado español sigue iniciando nuevos proyectos a cuentagotas, sea por un exceso de prudencia o porque la propia demanda finalista tampoco se recupera de forma fulgurante. La previsión es moderada, alrededor del 3,5% anual a lo largo de 2017-2019, y sólo es abiertamente expansiva en el capítulo de las oficinas.
Finalmente, la ingeniería civil sufre una recaída debido al repunte del déficit público que a mediados del 2016 forzó a pactar un nuevo calendario de compromisos con Bruselas. Un año más tarde, pese a la percepción de que hay un gobierno más estable que ha recuperado el control del déficit, la inversión continúa en mínimos. Se han anunciado los nuevos planes cuatrienales de puertos y aeropuertos que permiten albergar algo de optimismo más a medio plazo, pero siguen las dudas sobre cuál será la estrategia pública en sectores realmente críticos para el mercado de la ingeniería civil: energía, tren, carreteras y agua. En la previsión, el grueso del ajuste se concentra en 2016 (-12%) y 2017 (-6%), y si la producción crece en 2018 (4%) y 2019 (3,5%) no es porque se esperen cambios sustanciales en la política inversora estatal, sino por la obra local que aflorará antes de las elecciones municipales del 2019.
La próxima reunión del foro Euroconstruct se celebrará los días 23 y 24 de noviembre en Múnich y será organizada por IFO Institut, miembro alemán del grupo.