TÜV SÜD participó en la introducción de las primeras normas de inspección técnica
El pasado 14 de octubre se celebró como cada año el Día Mundial de la Normalización, un acontecimiento global para reconocer el esfuerzo de numerosos expertos y su compromiso con la normalización. La implicación de TÜV SÜD con las normas se remonta a 1881, cuando su organización predecesora estableció en Alemania las primeras normas universales para la fabricación e inspección de calderas de vapor, construyendo así los cimientos de la normalización de la inspección técnica. En la actualidad, TÜV SÜD y sus 24.000 empleados trabajan en todo el mundo para ofrecer ensayos de cumplimiento realizados por terceros y verificar que los productos y servicios sean conformes con las normas, facilitando así el comercio internacional.
- El 6 de enero de 1866, 22 empresas de la región de Baden, Alemania, crearon una asociación con sede en Mannheim para la supervisión y protección de calderas de vapor (Gesellschaft zur Ueberwachung und Versicherung von Dampfkesseln). La idea tuvo buena aceptación, y la creación de la asociación de Mannheim marcó el nacimiento de la inspección técnica en Alemania
Normas universales para la fabricación de calderas de vapor a partir de 1881
Unos 15 años después de la creación de la primera asociación de inspección de calderas de vapor, habían surgido ya organizaciones similares por toda Alemania. Por aquel entonces, los expertos todavía podían aplicar su propia interpretación de “funcionamiento correcto”; aunque desde 1873 existía una Federación Alemana de Asociaciones de Inspección de Calderas de Vapor, todavía no había unas normas vinculantes para la seguridad de las calderas de vapor. Sin embargo, en mayo y junio de 1881, la Federación y la Asociación alemana de fabricantes de acero establecieron unos principios para realizar los ensayos de materiales durante la fabricación de calderas de vapor. Esas normas, conocidas como “Wuerzburger Normen”, fueron las primeras medidas preventivas introducidas por el sector de la inspección técnica con la finalidad de minimizar la probabilidad de accidentes relacionados con las calderas ya desde la fase de construcción. En 1884 se aprobaron en Hamburgo, Alemania, unas normas nuevas con un objetivo similar, estableciendo unas pautas para los cálculos utilizados en la fabricación de los cuerpos de las calderas. Se crearon así las primeras normas destinadas a garantizar una mayor seguridad de los equipos industriales.