“En los últimos años, la demanda de demolición ha experimentado un cierto repunte”

La demolición selectiva es aquella que trata de separar los diferentes materiales durante el proceso de derribo tanto de demolición de vivienda como industrial. El objetivo no es otro que hacer útiles estos materiales para nuevos usos, evitar en la medida de lo posible el uso de recursos naturales y evitar la degradación de espacios naturales mediante depósito en vertederos. El que describe así esta técnica es Antonio Javierre, director general y socio fundador y administrador de la empresa Javierre, quien a su vez es secretario del Pacto Mundial de Naciones Unidas.

Se usan tecnologías diversas para conseguir la reutilización de materiales de construcción, entre otras, plantas de triaje bien sean con separación mecánica o manual, plantas y herramientas de de triturado de hormigón, cerámica, etc, equipos de triturado de madera, elementos de compactación de plástico, cartón, corcho blanco, etc.

Todas estas herramientas se utilizan para optimizar la recuperación de materiales y facilitar el almacenaje y transporte de forma eficaz y hacer esta tarea económicamente rentable.

Se pueden aprovechar como hormigón triturado en capas de base en caminos, carreteras, afirmados en sustitución de zahorras naturales y artificiales, madera triturada para elaboración de pellets de uso en calefacción o recuperación de plástico para nuevos embases y piezas de uso cotidiano. Con más valor y, por tanto, más demandados están el hierro, cobre, aluminio, plomo, plata u oro existente en circuitos electrónicos, etc.

La tecnología actual permite mecanizar casi la totalidad de procesos de separación, especialmente aquellos materiales más voluminosos. Esto no quita que en todo proceso de demolición haya materiales mezclados y en algunos casos estos puedan ser altamente peligrosos como pinturas, revestimientos, aislantes, fibrocemento, metales pesados como mercurio, plomo, hidrocarburos, etc. Son estos los que encierran mayor complejidad y que a su vez encarecen el proceso tanto de demolición como de separación y gestión ordenada.

Éste es un sector en dificultades, como todo lo relacionado con la construcción y la obra pública en España. Es cierto que en los últimos años la demanda de demolición ha tenido un cierto repunte, especialmente en el apartado reformas de poca entidad. Además, hay que añadir a esas dificultades que, debido a la escasa actividad en el sector de la obra pública y construcción de obra civil, multitud de equipos de movimiento de tierras han encontrado en la demolición un nicho de mercado que, aunque insuficiente, permite complementar el aprovechamiento de maquinaria y minimizar el deterioro en la cuenta de resultados. Digamos que se ha multiplicado por tanto la competencia y reducido los precios de demolición de forma generalizada.

Esta es una actividad en la que diversos agentes están escasamente concienciados en la necesidad de respetar el medio ambiente. Es muy reciente la legislación en España acerca de asuntos relacionados con residuos. Hay algo más llamativo y es el hecho de que no existe una unificación de criterios entre autonomías, ni tan siquiera entre diferentes municipios en sus ordenanzas, esto hace que haya una enorme confusión que lleva en muchos casos a deshacerse de residuos de forma incontrolada. El norte de Europa en este punto tiene una visión más unificada o más concienciada por llamarlo así. Los países centro europeos y del norte de Europa nos llevan años luz en este tema y algunos de ellos han conseguido establecer modelos de negocio basados en la recuperación y diseño incluso de nuevos materiales de forma rentable y eficaz en el uso de estos.

Todo aquello que carece de compromiso, tiempo y recursos no prospera. Bajo mi punto de vista, el sector de reciclaje está sin rumbo. Hoy día en España es muy difícil encontrar una instalación de recuperación y reciclaje que sea rentable económicamente.

Pero tengo que añadir algo importante, la sociedad en general y los gobernantes en particular sólo acostumbran a medir la rentabilidad en términos económicos y no tenemos que olvidar que a los residuos y al medio ambiente hay que encontrarle el valor en términos de salud de los ciudadanos y el entorno natural que nuestros hijos y nietos tienen derecho a disfrutar.

Los materiales reciclados en España necesitan una alta dosis de recursos en investigación, una contundente y unificada legislación que promueva el uso de estos materiales de forma generalizada frente a recursos naturales.

Sin olvidar tareas de sensibilización y concienciación a consumidores y sociedad en general de esta necesidad.

Considero que las administraciones públicas están un tanto expectantes y a la espera de lo que Europa dictamine en esta materia. Son incapaces de establecer criterio propio y acertado que vaya por delante y sea capaz de adelantarse incluso a los riesgos que supone el deterioro del medio ambiente en términos de salud. Recientemente, hemos sabido que algunos ibones del Pirineo más profundo e inaccesible se encuentran contaminados por lindano, producto altamente cancerígeno y que está presente en ríos del Alto Aragón. El daño ya está hecho ¿Cuál es el coste de esto? ¿Alguien es capaz de poner precio a este desmán? ¿Se tiene que medir con dinero? Son preguntas que a la administración pública le deberían inquietar.

Seguro que voy a encontrar más de un disidente del sector demolición, de obra y de residuos con esta afirmación. Me atrevo a decir sin miedo a equivocarme que tenemos entre nosotros verdaderos terroristas de la salud y el medio ambiente y también son de los que matan. El objetivo de la mayor parte de empresas del sector es obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. Esto no es nuevo, es la cultura de empresa que tenemos establecida con el lema ‘Valor para la Acción y el Accionista’, que tanto se ha repetido e instruido en la universidad. Este lema vigente hoy día en el 90% de empresas en el sector y de empresas en general, la considero obsoleta de rotundidad. Éste es precisamente el motivo por el cual no se realizan gestiones, ya no de residuos, sino tan siquiera de posibles riesgos ambientales y a la salud.

El objetivo descrito en el enunciado de esta cuestión es ni más ni menos que la descripción literal de la visión de la empresa Javierre a largo plazo. Es lo mismo que decir nuestro posicionamiento estratégico en el mercado. Es sencillo de comprender: nuestras negociaciones y actividades serán siempre con el más alto grado de transparencia, honestidad con todos los interlocutores y en ningún caso contemplará en los acuerdos perjuicios de ningún tipo, con grupos de interés (proveedores, trabajadores, sociedad en general, etc).

Es un concepto más general que daría lugar a toda una explicación larga y extensa, relativa a aspectos relacionados con derechos humanos, medio ambiente, corrupción y transparencia. En todo caso, a modo de resumen, responsabilidad social viene a significar que la empresa, nuestra empresa, tiene el objetivo de ser útil a la sociedad y no servirse de ésta, para enriquecer a socios o accionistas, sin aportar nada a aquellas personas de las cuales obtiene los recursos.

Estando el mercado compuesto por la sociedad en general, clientes, empleados, etc. y teniendo en cuenta que los recursos económicos que la empresa genera proceden de su decisión de compra, es de sentido común para el ejercicio de la transparencia que todos estos colectivos tengan información sistemática de qué hace la empresa con esos recursos, dónde los aplica y qué impactos genera. Esto en responsabilidad social, se llama transparencia. Javierre viene ejerciendo ésta mediante informes anuales de sostenibilidad desde el año 2004 de forma sistemática y con máximo nivel de calificación internacional.

La sostenibilidad en Javierre desempeña un papel muy relevante. Está presente en todas las políticas de calidad, medio ambiente y buen gobierno y transparencia. Son ya más de 10 años gestionando de acuerdo a estas políticas y con unas directrices claras en misión y visión de la empresa. Javierre tiene objetivos difícilmente imaginables en empresas del sector e incluso en el segmento de mercado donde se encuentra la competencia.

Sostenibilidad para Javierre es generar los recursos de modo respetuoso y honesto con la sociedad, usando los medios y tecnologías más respetuosas con el medio ambiente posible y utilizando del principio de precaución ante riesgo de efectos negativos irreversibles ó perjudiciales para la salud.

Javierre ofrece soluciones acordes a su estructura y capacidad relacionadas con disposición de medios humanos y materiales, en el sector de construcción de obra civil, movimiento de tierras, demolición y gestión y valorización de residuos. Adopta para ello procesos y procedimientos relacionados con la norma de calidad ISO-9001 en materia de calidad e ISO 14.001 en materia ambiental. Relación con clientes, proveedores y partes interesadas siempre bajo la perspectiva de responsabilidad social y honestidad en su más alto grado posible y transparencia.

La evolución de empresa desde su constitución en el año 1989 ha sido de altos y bajos. A modo de resumen, en una primera etapa (1989-2005) surgieron serias dificultades económicas, con muchos impagados y alto endeudamiento, algunos serios apuros con procedimientos ejecutivos como consecuencia de impagados. Esta etapa fue superada con éxito y la empresa consiguió atender todas las obligaciones, en algunos casos con intereses de hasta 40% con mucho sacrificio y dedicación de socios y trabajadores. A ésta, le siguió una segunda etapa de transición y recuperación 2006-2011, con suficiente demanda de servicios y que permitió sanear balances y endeudamientos. En la tercera etapa (de 2011 a la actualidad), la cual califico de verdadero desarrollo, nuestra empresa apuesta por la formación y la llamada gestión de la excelencia. Es aquí cuando se implanta la gestión responsable (en el año 2013) y las normas de calidad y medio ambiente.

En este momento y con la experiencia de estos años, especialmente la época dura de 2005, podemos decir que Javierre ha sido capaz de mantener el tipo. Gracias a que no hizo grandes inversiones en maquinaria e inmovilizado, ha sido capaz de adaptarse al nuevo escenario de demanda y, lo más importante, cuenta con un probado modelo de gestión novedoso, avanzado y de futuro.

La Red Española de Pacto Mundial de Naciones Unidas en España es la organización de referencia en España en la iniciativa Pacto Mundial, que consiste en el compromiso con los diez principios que promueve y están relacionados con derechos humanos, discriminación, trabajo forzado, medio ambiente y lucha contra la corrupción. Esta iniciativa fue presentada en España en el año 2002 de la mano de su promotor, Kofi Annan, entonces secretario de Naciones Unidas, junto con Rafael del Pino, presidente de Ferrovial. Hoy día, La Red Española está considerada por Naciones Unidas como la más avanzada del mundo, cuenta como integrantes con la mayor parte de empresas del IBEX, las principales escuelas de negocio y universidades de nuestro país, además de un gran número de pymes y organizaciones sin ánimo de lucro.

A corto plazo, Javierre ve el futuro con cierta incertidumbre. Los agentes políticos y sociales e incluso la propia sociedad han cometido errores graves que han afectado a todo el sistema de convivencia. Tenemos ante nosotros un escenario desconocido en el que nada será a partir de ahora igual a como lo conocíamos y, por tanto, la capacidad de adaptación a este nuevo escenario será determinante en los próximos años. Estamos viendo como emergen nuevos modelos de negocio e incluso la demanda de nuevos productos y canales de distribución y puesta a disposición de cliente. El mejor proyecto que podemos imaginar, ya no sólo Javierre sino cualquier empresa, es aceptar esto como algo natural y ser capaces de encontrar soluciones a estos nuevos retos de forma eficaz y que atiendan a una demanda real de mercado y sociedad. Sólo de este modo el éxito tiene alguna oportunidad. En ello estamos.

Referente a Pacto Mundial, esta iniciativa internacional tiene unos objetivos más globales: crear conciencia en el mundo de las empresas y que los negocios de éstas actúen de forma justa con la sociedad. La Red Española en los últimos años ha desarrollado una tarea inmensa de sensibilización y formación, creado herramientas innovadoras para tratar de potenciar en España y en las empresas españolas estos valores. Dada la trayectoria de la Red Española, los resultados obtenidos y el reconocimiento internacional, el futuro pasa por hacer más universal los principios, los valores y el compromiso con las personas en el mundo de los negocios y la empresa.