Instalar un elevador en un edificio, ahorra energía e incrementa el valor de la vivienda
26 de septiembre de 2014
Actualmente, existen en España cientos de miles de edificios de dos a cuatro plantas sin ascensor o elevador, muchos de ellos situados en centros urbanos, barrios formados por bloques de viviendas que ahora únicamente cuentan con la escalera para que puedan acceder los propietarios a sus viviendas, que en su mayor parte son de avanzada edad.
Por otro lado, cabe destacar la caída de precios que el mercado inmobiliario ha sufrido durante estos últimos años, pero ante esta situación, diferentes estudios reflejan que el valor de un vivienda se incrementa en más de un 30% si cuentan con un sistema de elevación, lo que no sólo revaloriza el inmueble, sino además cumple con la norma UNE 170001-2 que supone un compromiso social con la igualdad de derechos y oportunidades de todas las personas con discapacidad o movilidad reducida.
En este contexto Belén Galán, responsable de Marketing y Comunicación de ThyssenKrupp Encasa, comenta la idoneidad de la instalación de un elevador vertical en este tipo de edificaciones debido a que “la característica principal de un elevador es la gran adaptabilidad en su instalación, aprovechando huecos de escalera, patios interiores e incluso las fachadas exteriores”.
Por otro lado, una de las ventajas con las que cuentan los elevadores es su bajo consumo. Aprovechan la fuerza de gravedad para bajar y para subir, con lo que utilizan muy poca energía comparado con un ascensor convencional. No necesitan un cuadro de máquinas, ni un foso. Además, requieren de menor número de mantenimientos al año.
La escasa velocidad de estos aparatos no se puede considerar una desventaja, ya que están diseñados para no más de 4 alturas; además, la posibilidad de acceder desde tres diferentes lados y al tener el grupo de tracción integrado en la cabina, hace que los elevadores tengan una fácil instalación y son ideales para espacios reducidos, por lo que son idóneos en la rehabilitación de viviendas, debido a que no hay que hacer ningún cambio de estructura.
Belén Galán matiza: “La adopción de una solución para la movilidad, garantiza a todas las personas, con independencia de su edad o condición física, una solución integral para su vida diaria. Es además una necesidad ante una sociedad más concienciada, que demanda mayor accesibilidad. La libertad de movimiento comienza en el propio hogar y de ahí se proyecta a todas partes”.