Entrevista a Esther Estévez, gerente de Amascal
¿Cómo describiría la situación por la que atraviesa el sector de la distribución en España? ¿Cómo se va acabar el año 2012?
La distribución es un concepto muy amplio. Por ejemplo, en el caso de la distribución de productos alimenticios pasaron por un proceso de reforma similar al que era de esperar en el sector de distribución de materiales de construcción, sin embargo la llegada, en el 2007, de la crisis económica frustró el incipiente intento de reordenación de esta distribución. Desde el 2007 las condiciones han hecho desaparecer numerosos distribuidores, fundamentalmente por la espectacular caída de ventas y los brutales ajustes de márgenes. El cierre del 2012 se prevé de nuevo con más pérdidas de almacenes y reducción de márgenes.
¿Cuáles son los principales retos/problemáticas a los que deben enfrentarse hoy en día los mayoristas del saneamiento, calefacción, fontanería, gas, aire acondicionado y afines?
Hay un problema real generado por las diferentes medidas tomadas con respecto al ahorro energético que hacen confusos los productos a comercializar. El ejemplo más claro son las calderas de condensación frente a las de Bajo Nox, No es fácil saber cuál se acabará imponiendo y si realmente existen ventajas palpables contundentes de una frente a otra. Los incesantes cambios normativos no ayudan a la difusión de las energías renovables.
Los temas sobre la manipulación de gases fluorados es otro punto que nos preocupa. Se legisla sobre el tema pero se dejan puntos abiertos que hacen prácticamente inútil la provisión de vender éstos sólo a empresas y autónomos habilitados para ello.
El principal problema sigue siendo la falta de financiación de los stocks necesarios para poder dar un servicio completo. Mientras no fluya la financiación bancaria los almacenes se van a encontrar con muchos problemas de abastecimiento.
La dimensión necesaria del sector es otro tema pendiente, aún no es posible saber cuál es el tamaño que el sector debe tener. Habrá que esperar a que el mercado se estabilice para poderlo establecer.
Hoy, los nuevos visados en edificación residencial apenas llegan al 10% de los volúmenes que se movían en los años 2006-2007. ¿Se ha tocado ya fondo en la construcción en España?
Los volúmenes anteriores no eran lógicos. La demanda de vivienda se ha basado en buena medida en los enormes márgenes que se obtenían en la compra venta de viviendas. Ahora toca adecuar las transacciones a una demanda realista. De igual modo, se han acometido enormes obras de infraestructuras que realmente han cambiado para siempre nuestro país, pero no es posible seguir pensando en más kilómetros de AVE o de autovías ya que no es sostenible. Esto no significa abandonar las existentes ni olvidar las mejoras. Los niveles de inversión pública son ahora demasiado bajos pero mientras no haya alternativas de financiación, las cifras de construcción seguirán cayendo aunque más lentamente. El fondo está directamente relacionado con las posibilidades crediticias.
¿Es la rehabilitación la gran tabla de salvación para empresas como las que conforman Amascal?
Es sin duda la vía de ingresos más clara, pero no la única. Nuestros almacenes están haciendo un serio esfuerzo de adaptación a la situación y creemos que aún no se ha dado por terminada. La calidad de los productos ofrecidos debe venir acompañada de una serie de servicios que se habían iniciado y que desafortunadamente la crisis se ha llevado por delante. Tenemos por delante el reto de retomarlos y hacer una decidida apuesta por la innovación en la gestión y por supuesto, en el producto que se comercializa. La especialización de los almacenes siempre ha sido una buena baza y de hecho se va avanzando en esta línea de trabajo.
Su asociación forma parte de la mesa de trabajo que está tramitando la que será la nueva Ley de Rehabilitación. ¿Podría adelantarnos algunos de los puntos más importantes que se quieren contemplar en esta regulación?
Esta ley pretende reunificar y dar sentido a varias normas y dotarlas de sentido en su conjunto. Amascal, a través de diferentes organismos, ha hecho numerosas propuestas para que esta ley contemple, por ejemplo, la ampliación de las competencias de la actual Inspección Técnica de Edificios, las formas de financiación y los productos susceptibles de ser incluidos como fundamentales en el ahorro energético, la ampliación del plazo para la deducción en el IRPF de las obras de reforma que tengan elementos de ahorro energético, la ampliación de los mínimos comprendidos en el Código Técnico. Aún no sabemos qué va a englobar la ley, pero si como parece se va a constituir en un acuerdo marco para todas las demás normas relacionadas, nuestros esfuerzos se han encaminado a proponer soluciones en todas las cuestiones posibles.
En numerosos ámbitos profesionales se señala que uno de los aspectos donde más tiene que avanzar la construcción es en la eficiencia energética. ¿Cómo pueden ayudar los mayoristas de la distribución a lograr este objetivo?
La construcción tiene varias líneas posibles. Una es sin duda la construcción de nuevas viviendas aunque en un número muy reducido si lo compramos con los años anteriores al 2008 en el que aún se acabaron cerca de 500.000 viviendas. Este año no llegaremos a las 60.000, lo cual está por debajo de las 100.000 estimadas como ‘normales’.
Por otro lado, la antigüedad del parque de viviendas actual y la calidad energética en general de las ya existentes hacen pensar en una remodelación de las mismas para poder reducir las emisiones de gases efecto invernadero y aumentar el ahorro de energía. En la actualidad contamos con una enorme variedad de productos y sistemas que permitirían mejorar en ambos aspectos de manera radical y por ende, dar trabajo a un colectivo muy numeroso.
La internacionalización de las empresas constructoras y la inversión pública son dos líneas que hacen creer en una mejora del sector. De momento la inversión pública que se maneja para el 2013 es tan reducida que realmente no podemos contar con ella para tirar del sector. El proceso de internacionalización es un hecho aunque de momento muy limitado a las grandes empresas y deja a los distribuidores fuera del mercado.
¿Cómo se ve desde Amascal la evolución que están siguiendo las energías renovables? ¿Crecerá su peso en el sector de la distribución durante los próximos años?
Si conseguimos que se resuelva el problema de la financiación y la normativa europea se incorpora de manera coherente a nuestro ordenamiento, sin duda es el camino para que nuestros almacenes puedan seguir con su labor como enlace entre los diferentes fabricantes de materiales y los instaladores, que son nuestros clientes naturales. Así ha sido con el tema de productos solares por ejemplo. Los últimos cambios normativos sobre renovables han paralizado bastante la venta de productos y su instalación. Habrá que ver qué solución se le da.
Hay dos últimos temas en los que también me gustaría profundizar con Ud.: ¿Aprecian que se ha reducido el volumen de impagados con la entrada en vigor de la Ley de Morosidad?
El volumen de impagados se ha reducido porque las ventas se han reducido en más de un 60% con respecto al 2007. Los impagados se han llevado por delante a un buen número de agentes del mercado y provocado concursos de acreedores como en ningún otro momento de nuestra historia económica. Tal es así que en este momento la mayoría de las operaciones pequeñas se cobran prácticamente al contado, aunque en proporción representan un volumen de ventas muy pequeño. La entrada en vigor de la Ley de Morosidad sin régimen sancionador ha hecho de esta Ley un papel mojado, por no hablar de las argucias legales ideadas para seguir pagando a plazos superiores a los 200 días en muchas ocasiones. Para nosotros es especialmente doloroso este tema después de haber conseguido junto con otras asociaciones haber creado la Plataforma de Lucha contra la Morosidad, en la cual seguimos trabajando muy activamente.
Y ¿ha crecido en el sector el intrusismo a raíz de la irrupción de la crisis?
Este sector nunca ha tenido muy clara la cadena de distribución, el valor que aporta cada uno. En estos momentos el precio es el único dueño de las operaciones, lo cual hace que ‘el mejor postor’ sea el que venda. Solo hay que ver qué ocurre cuando llega el calor y cómo cualquiera puede comprar un equipo pequeño en cualquier establecimiento generalista. Da igual la etiqueta energética del producto, su marca y, si me apura, hasta las prestaciones, sólo vale si es barato. Amascal nació para preservar la cadena de distribución y para contarle al mercado cuál es el valor de un almacén. En ello estamos aún.
Por último, ¿qué balance hace de los doce años de vida de Amascal? ¿Con qué se queda de todo lo vivido?
Hay momentos en los que uno cree que estamos como al principio, cuando observas la prácticas comerciales de los distribuidores, tan alejadas en ocasiones de lo que uno entiende por correcta gerencia y visión empresarial. Aunque sé que realmente la situación es angustiosa y con un futuro aún muy negro.
Si me paro a pensar en estos doce años soy consciente de que hemos avanzado mucho, hemos conseguido que nuestra voz se oiga en muchos foros diferentes y nuestra opinión sea tenida en cuenta. Pero aún queda pendiente que se entienda y valore realmente el trabajo de un distribuidor. No es un mero intermediario que encarece el producto, más bien todo lo contrario.