Entrevista a María José Moya, representante de España ante ES-SO
En el actual contexto en el que nos encontramos, el ahorro energético marcará las directrices de las políticas económicas de la Unión Europea y de prácticamente todos los países del mundo. Desde las grandes acciones a las más pequeñas, todo contribuye a reducir el gasto energético. Adoptar sistemas de protección solar eficientes es una medida cada vez más tenida en cuenta con este objetivo. María José Moya, consultora en protección solar eficiente y representante de España en ES-SO, Asociación Europea de Protección Solar, nos habla de ello en la siguiente entrevista.
Los sistemas de protección solar son esenciales en mejorar la eficiencia energética de los edificios. ¿Cuál es el protagonismo real de estos dispositivos, hasta qué punto pueden disminuir el gasto energético de un edificio?
La gestión de las ganancias solares debería ser considerada de hecho un sistema técnico de construcción, como lo es la climatización o la instalación eléctrica, debido a su impacto significativo. Es muy difícil dar cifras porque su efecto depende mucho del resto de características del edificio, pero hablamos que en una vivienda unifamiliar media en el sur de Europa, el empleo de protección solar automatizada puede reducir el consumo de energía para climatización entre un 20% y un 30%, según estudios de simulación que llevamos a cabo en la European Solar Shading Organisation (ES-SO).
Si nos situamos al nivel del conjunto de Europa, tenemos que mencionar, sin duda, un informe publicado recientemente por una consultora independiente, Guidehouse, para la ES-SO, con unos resultados contundentes. El estudio compara dos escenarios, mediante simulación energética, sobre el actual parque de edificios europeo: el primero, con la actual proporción de edificios sin protección solar, con protección solar básica o con protección solar automatizada; el segundo, con un escenario en el que se instala protección solar en los edificios que no contaban con ella, o se automatiza la existente, si ello evita la instalación de un nuevo aire acondicionado.
Las conclusiones son las siguientes: en el conjunto de Europa, podría evitarse la emisión de 100 Mt de CO2eq de aquí a 2050. Esta cantidad equivale a las emisiones anuales de 22 millones de coches. En 2050 estaríamos reduciendo alrededor del 60% de la electricidad necesaria para refrigeración si comparamos con el escenario base. El total acumulado de energía ahorrada en este período sería de 870 TWhel, que corresponde, aproximadamente, ¡a la electricidad total que se consumió en 2020 en España!
Evidentemente habría que realizar una inversión en sombreado, pero esta quedaría compensada sobradamente por el ahorro en inversión en nuevos equipos de aire acondicionado. Por otro lado, también debemos incluir el ahorro en costes de operación que supondría esta mejora en los sistemas de sombreado; por tanto, la consultora aproxima, de aquí a 2050, un ahorro acumulado de 285.000 millones de euros. Para que nos hagamos una idea, esta cantidad resulta muy cercana a la suma de los PIB de Finlandia y Luxemburgo en 2020.
Como podemos ver, la inacción o el retraso de mejoras en este sentido nos puede resultar muy caro, tanto desde el punto de vista ambiental como económico, máxime si tenemos en cuenta las crisis climática y energética en las que nos encontramos. Es ahora el momento en el que la protección solar debe ser tratada seriamente como un sistema técnico de refrigeración pasiva.
Usted es representante de España en ES-SO, la asociación europea de la protección solar. ¿Qué objetivos persigue ES-SO y qué papel tiene en el desarrollo de la innovación del sector?
La ES-SO, con sede en Bruselas, trabaja activamente para que la utilización de la protección solar sea incluida en directivas europeas, que se acaban transcribiendo en la legislación nacional. La directiva de rendimiento energético en edificios (EPBD, en su acrónimo en inglés), desde 2010 ya incluye la protección solar como un elemento de refrigeración pasiva. Ahora se está intentando que se considere obligatoria, respetando así el principio de la eficiencia energética; que se reconozca también como sistema técnico de construcción y, en consecuencia, que la protección solar automatizada sea obligatoria en el sistema de control del edificio.
Para ello se llevan a cabo estudios como el que he mencionado antes y se está en contacto permanente con los centros de investigación que más trabajan en el área, como son Fraunhofer en Alemania, y Lawrence Berkeley en California.
España es uno de los países con mayor índice de insolación de Europa, con la que la industria de la gestión solar, en todas sus variantes, debería ser una de las más potentes. Sin embargo, empresas centroeuropeas marcan tendencias en muchos aspectos. ¿Qué le falta al sector español para tener mayor protagonismo?
Al sector en España le falta aunar esfuerzos entre empresas para potenciar los puntos comunes y para comunicar con una sola voz los beneficios de la protección solar, tanto desde el punto de vista de la eficiencia energética como del confort. Sin este esfuerzo coordinado, el mensaje tiene muy poco alcance.
Pongo un ejemplo: las herramientas de cálculo oficiales para la certificación energética de edificios, sorprendentemente, no incorporan el cálculo propuesto en el propio DA DB-HE/1 del CTE para la utilización de un dispositivo de sombra estacional. Por tanto, al tenerse que hacer aparte, en la mayoría de los casos este significativo beneficio se ignora, existiendo entonces la creencia generalizada de que la estrategia de control solar no está incluida en la certificación energética, lo que es falso. ¿Por qué las herramientas no incorporan el cálculo? Pues muy posiblemente, porque ninguna asociación de fabricantes lo ha solicitado, ni ha llevado a cabo una campaña informativa de cómo hacerlo.
Por otro lado, el sector también tendría que especializarse no sólo en el producto en sí mismo, sino en las soluciones que aporta. Para ello es necesaria la formación, y en este sentido uno de los objetivos de la ES-SO es la difusión de este conocimiento. Por tanto, es por ello que la futura asociación del sector que vamos a proponer para 2023 estará estrechamente vinculada a la ES-SO. No tiene sentido no hacerlo: las normas de producto son en su gran mayoría europeas. El propio CTE se basa en normativa europea.
Los usuarios tenemos a nuestra disposición una gran variedad de sistemas de protección solar. ¿En qué debemos fijarnos para escoger los dispositivos que más se adecuen a nuestras necesidades?
De manera general no existen dispositivos, ni estrategias de control mejores o peores, sino que depende de las prioridades en la zona del edificio donde se vayan a utilizar. Por tanto, es fundamental la comunicación con el cliente. En la ES-SO contamos con cuestionarios que ayudan a averiguar estas prioridades: si necesitamos o no oscurecimiento total, si es importante mantener la vista del exterior, o si tenemos riesgo de deslumbramiento en nuestra zona de trabajo. Estos puntos podrían tenerse que priorizar frente a una estrategia de minimización del consumo energético, por ejemplo. Está claro que la formación que puedan tener arquitectos o interioristas sobre el producto es fundamental, y debemos potenciarla, ya que en ocasiones se cometen errores si se basan las decisiones simplemente en motivos estéticos.
Las nuevas tecnologías han abierto el camino a la expansión del Smart Home en el hogar, incluso a muchos que antes no se lo habían planteado. ¿Cómo está aprovechando el sector esta circunstancia y qué ventajas supone automatizar la gestión solar?
Para hacernos una idea: según un informe del Departamento de Energía de EEUU, en edificios residenciales un 50% de las cortinas o persianas están siempre cerradas, y entre un 75% y un 84% nunca se operan durante las horas del día. ¿Para qué invertir en un dispositivo de sombra móvil, con el gran impacto que puede tener en la gestión adaptativa de las ganancias solares, si no vamos a utilizarlo? El sobrecoste de automatizar los dispositivos de sombra es más que razonable si lo comparamos con los beneficios que puede aportar. Por tanto, el recorrido que tenemos por delante es muy extenso.