Hoja de ruta hacia la descarbonización del sector
La industria cerámica apuesta por la economía circular para garantizar la sostenibilidad de la edificación
Ésta es la principal conclusión del informe Economía circular en la edificación, elaborado por Green Building Council España (GBCe) que constata que entre el 10% y el 15% de los materiales se desperdician durante el proceso de construcción y el 54% de los materiales de demolición son enviados al vertedero.
En este sentido, la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida (Hispalyt) también identifica a la economía circular como uno de los pilares fundamentales para conseguir edificios sostenibles. En su decálogo de sostenibilidad, que sienta las bases de la apuesta de la industria cerámica por una edificación eficiente, segura, confortable y saludable, define una estrategia que empieza en el proceso de fabricación de sus productos y en la durabilidad de unos materiales sin apenas mantenimiento y termina analizando sus posibilidades de reciclaje y reutilización. De hecho, las empresas destinan importantes esfuerzos e inversiones a desarrollar nuevas aplicaciones y soluciones innovadoras que combatan el cambio climático y ayuden al ahorro de energía.
Los productos cerámicos son altamente reciclabes y pueden utilizarse, tras su demolición, como material para carreteras, en morteros o incluso como tierra batida en pistas de tenis o como substrato para plantas.
Gran durabilidad y máxima reutilización
Su durabilidad es también garantía de sostenibilidad. Los materiales cerámicos tienen una vida útil mucho mayor (hasta tres veces superior) que el resto de materiales de construcción. Pero pese a la larga vida de los edificios construidos con productos cerámicos, a veces, se demuelen antes del final de una vida útil que se estima en 150 años. Cuando esto ocurre, los productos cerámicos vista pueden recuperarse y reutilizarse.
Asimismo, las tejas cerámicas e incluso los ladrillos cara vista y adoquines cerámicos son productos muy solicitados después de la demolición del edificio para su colocación, tanto en obra nueva como en rehabilitación. En este sentido, su reutilización ha experimentado un notable aumento en los últimos años, gracias al interés de proyectistas y constructores por construir edificios modernos con apariencia tradicional.
De hecho, la Lista Europea de Residuos (LER) clasifica a los residuos de construcción y demolición cerámicos como inertes y no peligrosos, por lo que son altamente reciclables, en diferentes usos como: material de relleno y estabilización de carreteras, áridos para hormigón y morteros, tierra batida en pistas de tenis, substrato de plantas o elemento de cubrición para agricultura.
Además, al tratarse de materiales inertes, los productos cerámicos no alteran la calidad del agua y permiten el aprovechamiento del agua de lluvia, por lo que también pueden utilizarse sistemas de drenaje para recoger y almacenar agua desde las cubiertas.
Reunión en Bruselas, para encontrar alternativas verdes y eficientes
En este contexto, las industrias cerámicas española e italiana se reunieron en Bruselas, con la Dirección General de Competencia, para abordar iniciativas que suavicen el impacto de la descarbonización. Entre las iniciativas se reclama la modificación del marco actual de ayudas de Estado, para que el sector pueda recibir compensaciones de las administraciones públicas y hacer viable, factible y competitiva la transición energética; así como la aprobación de diversos mecanismos que reduzcan el elevado coste e impacto de la descarbonización a corto plazo.
Uno de los retos del sector es adaptar los sistemas de producción de energía térmica a energías verdes, ya que no existen alternativas competitivas. Los representantes de ASCER y Confindustria Cerámica estuvieron acompañados por las europarlamentarias Inmaculada Rodríguez-Piñero y Elisabetta Gualmini -quienes forman parte activa del European Parliament Ceramics Forum (EPCF)- y por el conseller de Hacienda y Modelo Económico de la Generalitat Valenciana, Vicente Soler, ya que el sector cerámico europeo ve amenazada su capacidad, para afrontar el proceso de descarbonización, debido a los altos costes de la energía y el CO2.
Imagen de la reunión mantenida entre ASCER y Confindustria Cerámica con las europarlamentarias Inmaculada Rodríguez-Piñero y Elisabetta Gualmini en Bruselas.
Proyectos ecosostenibles
En paralelo, la industria de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla tiene en marcha varios proyectos que reflejan su compromiso con la sostenibilidad y con los planes europeos de acción contra el clima, financiados bajo el programa Life. El proyecto Life Eggshelence es un ejemplo de simbiosis industrial entre dos sectores muy distintos, bajo los principios de la economía circular, con el objetivo de obtener carbonato cálcico, a partir de cáscara de huevo, para su uso en la fabricación.
El Laboratorio Técnico Cerámico y Palau Alpicat participan en otro proyecto, para obtener un producto con base arcillosa y las propiedades del producto cerámico tradicional, sin la necesidad de ser cocido, para transformar las fábricas y reducir la huella de carbono. Mientras que Life Hypobrick es otra iniciativa europea de Cerámicas Mora que pretende impulsar la economía hipo carbónica en la fabricación de productos de arcilla cocida.
Pero también existen casos reales, como el proyecto que impulsa Cerámica Peño, que reutiliza lodos procedentes de estaciones depuradoras, como materia prima en la fabricación. Por su parte, Piera Ecocerámica utiliza materiales reciclados, en este caso como combustible, al emplear biogás en su fábrica y procesos de producción.
Una muestra de la firme apuesta del sector por incluir en su hoja de ruta propuestas medioambientales que sean respetuosas con el planeta y mantengan las mismas propiedades del producto.