La sostenibilidad como factor de cambio en el sector de la impresión comercial e industrial

La sostenibilidad es y debe ser un factor clave. Esta afirmación no la decimos nosotros, sino que la marca la tendencia de consumo, producción, suministro e incluso el marco normativo que ya se está implementando y lo que queda por llegar. Cualquier decisión, actualmente, desde un cliente, un distribuidor o un fabricante, ya tiene la sostenibilidad en la checklist. Si aterrizamos esta realidad en el sector de la impresión y las artes gráficas, la sostenibilidad ya la encontramos en toda la cadena de valor, como veremos.

Pero vayamos por partes: el fabricante. La I+D ya debe pensarse con el objetivo de proponer soluciones más eficientes en todo el ciclo de vida de los productos/servicios. Soluciones de impresión que aporten un valor diferencial y materialidad en cuanto a reducción de impacto. Esto es, un menor consumo energético, una menor huella de carbono, un uso más eficiente de los materiales, reciclabilidad y menor generación de residuo, y optimizar al máximo el volumen y tipo de materiales para garantizar que toda la cadena de suministro se puede realizar con un menor impacto sobre el medio ambiente.

El productor/usuario. Quien utiliza esa tecnología ya inicia su contribución desde el momento de la elección, pero también en cómo piensa su propia producción. La tendencia a las “tiradas cortas y personalizadas” está totalmente integrada en esa visión sostenible del sector. Para ello, la digitalización de la impresión está resultando clave. Sin duda, el caso paradigmático es la impresión textil, donde el paso de sistemas de rotativa convencional a sistemas de impresión reduce a la mitad las emisiones y permite reducir el stock de tejido, imprimiendo sólo lo que se necesita en cada momento. También empieza a pesar la implementación de procesos de logística inversa, o recuperación de productos o servicios que llegan al final de su vida útil, con el fin de reaprovechar al máximo los materiales, siempre que sea posible.

El cliente. Debe empezar a poner entre sus prioridades la sostenibilidad. Porque, a su vez, será su propio cliente o consumidor quien también lo demande y, por tanto, acabe cerrando el círculo. La trazabilidad de los procesos, saber quién lo imprime, con qué materiales, con qué tecnología, cómo están actuando desde un punto de vista de responsabilidad social y medioambiental las empresas que están detrás de esos productos y tecnologías. La transparencia, en definitiva, y el aval objetivo de certificaciones y documentación auditadas, puede resultar clave.

Como fabricantes, desde Epson, tenemos un claro compromiso con la minimización del impacto medioambiental de todo cuanto hacemos y cuanto permitimos hacer con nuestras tecnologías. Y no lo decimos nosotros, sino las entidades que nos conceden certificados como EMAS, EcoVadis Platinum, RBA o CDP Lista-A. El gran ejemplo en el sector de la impresión comercial, por ejemplo, es el desarrollo de nuestras tintas de resina, de base agua, que garantizan una máxima durabilidad de las impresiones en exteriores y también resultan ideales para entornos delicados como hospitales, hoteles, restaurantes o centros educativos. La combinación de esta tecnología desarrollada con la sostenibilidad en mente, por parte del impresor, con el uso de sustratos y soportes libres de PVC y materiales con un mayor índice de reciclabilidad, resultará clave en la propuesta de servicio de menor impacto a los clientes. La tinta de resina es otro desarrollo que se enmarca en el compromiso de Epson por trabajar con tecnologías más eficientes, compactas y precisas, además de trazar un camino propio hacia las cero emisiones en 2050 y conseguir ser libres del uso de recursos subterráneos.