Los tubos de neón se utilizaron por primera vez en publicidad en la Exposición Universal de París de 1910
Los flamantes 100 años del neón
Hace 100 años los carteles publicitarios todavía se pintaban a mano. Rotular era un oficio artesanal que nos dejó verdaderas maravillas, algunas de las cuales todavía sobreviven en antiguos comercios de nuestras calles. Y hace justo 100 años se patentó un invento, en aquel entonces revolucionario, que cambió rápidamente la industria de la publicidad y el aspecto de las grandes ciudades de todo el mundo: el sistema de iluminación con tubos de neón. Para celebrar sus 100 años de existencia, hoy le queremos rendir un pequeño homenaje desde el blog porque los rótulos de neón forman parte de la historia de la rotulación.
A pesar de que Nikola Tesla ya había demostrado en 1882 que bombardeando gas con corriente alterna de alta tensión en tubos Geissler se producía luz, y de que Guillermo Ramsey y M.W. Travers ya habían descubierto el gas de neón en 1898, fue el químico y físico francés Georges Claude quien ideó la aplicación para la iluminación y quien la patentó en 1815.
El cartel renovado de Tio Pepe, todo un icono de la publicidad.
Los tubos de neón se utilizaron por primera vez en publicidad en la Exposición Universal de París de 1910, y enseguida cruzaron el charco, encontrando en Estados Unidos su gran popularidad para después extender su luz al resto del mundo. ¡Nueva York no sería lo mismo sin sus luces! Las Vegas, simplemente, no sería Las Vegas, The Police no se hubiera podido inspirar para componer 'Roxanne' (Roooxaane, you don’t have to put on the red light…) y nuestra memoria colectiva sería diferente: quién no visualiza algún rótulo de luces hipnóticas al cerrar los ojos y echar la vista atrás (un bar, un mensaje publicitario, el mítico cartel de Tío Pepe, etc.
Freemont Street, Las vegas, en 1986.
Aunque hoy en día cada vez se ven menos rótulos de neón debido a que la tecnología led los ha desbancado, muchos diseñadores, interioristas y escultores reivindican actualmente su fluorescencia, sus líneas y sus curvas; que no tenga filamento, que se adapte a cualquier forma y que brille de día y de noche. De hecho, a partir de los años 40 muchos artistas, hoy consagrados, utilizaron su luz para crear obras como las que hace un par de años recogió la mayor exposición internacional que se ha organizado sobre el neón. Con el título ‘¿Quién teme al rojo, al amarillo y al azul?’ (en homenaje a la obra del mismo nombre que Maurizio Nannucci creó en 1970) La Maison Rouge incluyó más de 100 obras, entre ellas piezas de pioneros como Lucio Fontana (años 50), François Morellet, Bruce Nauman, Stephen Antonakos, Joseph Kosuth y Mario Merz (años 60), y de artistas contemporáneos como Jason Rhoades, Tracy Emin y Claude Lévêque.
Quizá, ahora que vuelve lo retro y vintage, los rótulos de neón, actualizados, puedan volver a brillar y a encontrar su espacio entre nosotros.