Las
mordazas para hormigón de la gama CB de Epiroc, con sus amplias aperturas de mandíbula y altas fuerzas de rotura, son ideales para trabajos de demolición de gruesos muros de cimientos y, también, para realizar trabajos ligeros de rotura de jácenas y hormigón pesado en alturas extremas.
La gama completa incluye seis modelos, con pesos de servicio que van desde 320 a 7.400 kilos para máquinas portadoras de 2 a 85 toneladas. Y se acaba de completar con los modelos CB 5500 y CB 7500, que ofrecen fuerzas de rotura de 150 y 190 toneladas, respectivamente, con unas aperturas de la mandíbula de 1.600 y 1.800 mm.
Estas mordazas están diseñadas para máquinas portadoras pesadas, de 50 a 85 toneladas. Y debido a sus pesos relativamente ligeros, estas mordazas constituyen una elección efectiva para máquinas portadoras con un gran alcance en altura o de frente largo, así como para aplicaciones con materiales altamente abrasivos y con un bajo nivel de visibilidad del producto durante el trabajo. También son adecuadas en lugares donde los ruidos representan un problema, por lo que se pueden utilizar en zonas residenciales, en las que no se permite el uso de rompedores hidráulicos.
Están equipadas con dos potentes cilindros hidráulicos, completamente protegidos con protectores para las barras del pistón, que ofrecen una fuerza de cierre prácticamente constante para maximizar la productividad. Y con una válvula de velocidad integrada ofrece ciclos de trabajo más rápidos. Además, cuentan con dos mandíbulas que se mueven de forma independiente, eliminando la fuerza de desplazamiento y reduciendo los niveles de tensión. Las cuchillas son reemplazables y reversibles.
A esto hay que añadir una función muy útil de todas las mordazas para hormigón de la gama CB, la rotación hidráulica sinfín de 360°, que permite un manejo y posicionamiento precisos. Si la mordaza agarra el material en un ángulo oblicuo, la válvula limitadora de presión integrada permite un ‘movimiento automático’ que coloca la mandíbula de corte en la posición ideal. Esta válvula ofrece una protección eficaz tanto a la máquina portadora como a la mordaza, frente a fuerzas de reacción potencialmente perjudiciales.