Bujía doble de metal precioso especialmente desarrollada para motores a gas.
La mezcla del gas y el aire es más difícil de inflamar, por lo que la tensión de encendido tiene que ser mayor, hecho que aumenta el riesgo de que se estropeen las bobinas. Por ello, esta bujía dispone de un electrodo central fino con un chip de iridio soldado que necesita menos tensión.
La distancia entre electrodos está prefijada en 0,8 mm.
Puesto que la combustión de los gases produce temperaturas más altas, los materiales que se utilizan habitualmente para los electrodos y la caja se desgastan enseguida, excepto el iridio, que es el material utilizado para fabricar el electrodo central de las bujías LPG. Con este mismo fin, el electrodo de masa tiene un chip de platino incorporado.
Un revestimiento especial protege la caja de la bujía de la corrosión, mientras que el núcleo de cobre del electrodo de masa facilita la conducción del calor.