El almacenamiento energético y su relación con el sector HVAC
El sistema energético se presenta muy distinto al que hasta hace poco conocíamos. Con la irrupción masiva de las energías renovables y la interconexión a través de las smartgrids se nos presenta un escenario totalmente diferente tanto en el uso como en el transportes y almacenamiento de esa energía. Precisamente sobre este último asunto se centró la jornada organizada por Ashrae Spain Chapter, en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros de Madrid (COIIM) el pasado 6 de octubre.
Ignacio Gómez-Cornejo, presidente de Ashrae; Guillermo Martínez, ingeniero industrial y responsable del departamento de industria de Sedical; José Vilchez, director técnico de IMI Hydronic; Christian Keller, director técnico de Wilo; y David Solera, director de I+D y gestión de proyectos de Ariema y miembro de la junta directiva de la asociación Española del Hidrógeno (AeH2).
El almacenamiento energético en todas sus facetas será clave para conseguir un ajuste adecuado de todos los aportes energéticos que confluyen en el sistema. Y precisamente, de las diferentes formas de almacenar esa energía se debatió en el encuentro. Para ello contaron con Santiago Calvo Vegara, vocal de la Comisión de Energía del Colegio Oficial de Ingenieros de Madrid; Guillermo Martínez, ingeniero industrial y responsable del departamento de industria de Sedical; Christian Keller, director técnico de Wilo; José Vilchez, director técnico de IMI Hydronic; y David Solera, director de I+D y gestión de proyectos de Ariema y miembro de la junta directiva de la asociación Española del Hidrógeno (AeH2).
Entre las distintas opciones de almacenamiento a las que se refirió durante su intervención se encuentran las baterías, en sus diferentes composiciones; el almacenamiento de energía hidráulica; el almacenamiento de energía térmica en acuíferos; almacenamiento de energía mecánica; almacenamiento de energía hidráulica en depósitos que puedes ser subterráneos o no; almacenamiento de hielo, muy indicados para por ejemplo, centros comerciales o grandes instalaciones, no específicamente para viviendas; o la hibridación con sistemas solares.
Guillermo Martínez, de Sedical, se centró en el almacenamiento de energía térmica.
Según comentó, hoy en día y en el futuro, dada la tipología de generación, de instalación y de consumo que vamos a tener, va a suponer que el almacenamiento sea vital para el buen funcionamiento de la instalación.
Y en ese contexto, desde el departamento de I+D de Sedical están trabajando con PCMs, materiales de cambio de fase.
Tras explicar en qué consisten los trabajos que han realizado, concluyó que el almacenamiento térmico va a ser uno de los retos a corto plazo.
Los PCM podrían ser una opción tecnológica para el almacenamiento térmico por su sencillez de instalación y porque es posible su implantación en instalaciones ya existentes. Además, permite amplios rangos de trabajo. No obstante, todavía en falta la industrialización e investigación de los PCMs en el ámbito HVAC.
No obstante, concluyó, “cualquier solución de almacenamiento térmico eficiente estará supeditado a la combinación con sistemas de control avanzado”.
Posteriormente, Christian Keller se centró en la distribución de energía en un distrito térmico y el papel fundamental que juegan las bombas para un correcto funcionamiento.
Pero si importantes son las bombas, también lo son los sistemas de equilibrado que gestionen el almacenamiento de la energía y su liberación controlada. Para explicar ese aspecto, tomó la palabra José Vilchez, quién mostró distintas técnicas, desde equilibrado manual hasta monitorización y gestión de la potencia en tiempo real como medios de control hidráulico para poder aprovechar su potencial de ahorro de energía.
Finalmente, David Solera habló del Hidrogeno Verde: almacenamiento de energía y complemento a las energías renovables. Durante su intervención reconoció que los 11 GW de capacidad de producción de hidrogeno verde para 2030 que se marca en el borrador del PNIEC, “son excesivos”. “Necesitaríamos crear infraestructuras suficientes de know-how, capacidad de producción y almacenamiento para llegar a este objetivo”. Y es consciente de que a corto plazo el hidrogeno es muy caro y no tiene tanta demanda como para llegar a esos objetivos. No obstante, confía en que a 2050 sea ya una tecnología madura.