La presidencia española de la UE ha propuesto acabar con los gases fluorados en los aerosoles, las espumas aislantes o los aires acondicionados
La industria pide detener propuestas radicales que dañarán la economía, los consumidores y el planeta
El pasado miércoles la Comisión Europea, el Parlamento europeo y el Consejo negociarán la legislación definitiva en materia de gases fluorados, sustancias utilizadas para, entre otros, la refrigeración, las bombas de calor, espumas aislantes o aerosoles. El Gobierno español, bajo la presidencia europea, ha propuesto prohibir su uso en los aerosoles, las espumas aislantes o los aires acondicionados.
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Impacto económico negativo
El sector agroalimentario, que representa en torno al 10% del PIB en España, se vería altamente afectado por la prohibición de los gases fluorados debido a su dependencia de la refrigeración en toda la cadena de suministro – almacenamiento, transporte y refrigeración minorista –. De hecho, más de un 90% de los 24.000 puntos de venta de distribución alimentaria en España no podrían ser mantenidos.
Además, prohibir los HFOs (gases fluorados de cuarta generación) podría suponer un coste adicional de entre 1.000 y 3.000 millones de euros en gastos de electricidad sólo al sector español de los supermercados. Las alternativas, al ser menos eficientes, obligan a los sistemas a trabajar más y, por tanto, a consumir más energía. Todo ello provocando la emisión adicional de 1,3 millones de toneladas de CO2, lo que equivale a casi 250.000 coches durante un año - 24 millones de toneladas y casi 4,7 millones de coches a nivel europeo-.
El sector turístico y el inmobiliario también se verían afectados. “Los hoteles que utilizan soluciones basadas en este tipo de gases tendrían que reconstruir todo su sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado desde cero, lo que supondría una importante carga financiera” comentan desde la Alianza.
Responsables con los objetivos medioambientales
Además, la propuesta de la presidencia española restringiría las bombas de calor disponibles, algo que va totalmente en contra de los objetivos del REPowerEU, el cual pretende duplicar la instalación de estos dispositivos.
“La transición energética es incuestionable, pero se debe realizar utilizando tecnología probada, segura y de eficiente energéticamente. Ahora mismo, no existe una alternativa más sostenible y viable al gas fluorado de última generación. Ofrecen una eficiencia energética que permitirá a España ahorrar en costes de energía y hacer que la calefacción y la refrigeración sean asequibles para los hogares, el turismo y las exportaciones de alimentos”, aseguran desde la Alianza. “Si eliminamos los gases fluorados, causaríamos un grave impacto económico y medioambiental en sectores como el agroalimentario, el turístico y el inmobiliario”, concluyen.