Ocho recomendaciones de Europa para la rehabilitación del parque inmobiliario español
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En este sentido, una de las medidas contempladas por la UE es la llamada Taxonomía Verde Europea, una clasificación basada en las recomendaciones de expertos y científicos para que inversores y empresas puedan diferenciar qué proyectos afectan al clima y el medio ambiente e identificar su alineamiento con los seis objetivos ambientales:
- La mitigación del cambio climático.
- La adaptación al cambio climático.
- El uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
- La transición hacia una economía circular.
- La prevención y el control de la contaminación.
- La protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.
En el caso del sector inmobiliario, esta clasificación es una herramienta muy útil para ayudar a los propietarios de viviendas a la hora de tomar decisiones sobre la eficiencia energética y la sostenibilidad de sus hogares. Algo que preocupa cada vez más a los españoles, pues según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad, de UCI, entidad especialista en financiación sostenible, casi 8 de cada 10 españoles, (un 78,3%) estarían dispuestos a pagar más por una vivienda más sostenible y el 58% tiene en cuenta la sostenibilidad y eficiencia de una vivienda a la hora de comprarla.
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- Utilizar materiales de construcción sostenibles, como madera certificada, ladrillos de tierra cruda, acero primario o materiales reciclados o prefabricados, entre otros, en lugar de los convencionales que generan mayor cantidad de residuos y emisiones de carbono.
- Instalación de sistemas de energía renovable, como paneles solares o sistemas de geotermia, para reducir la dependencia de la energía de origen fósil.
- Incorporar sistemas de bajo consumo de agua y de energía para su calentamiento, mediante electrodomésticos que cumplan las especificaciones requeridas por la normativa. Asimismo, también se recomienda añadir soluciones para los grifos y duchas, como el monomando, así como en los inodoros, y controlar que su caudal cumpla con las etiquetas existentes en el mercado de la Unión. En este sentido, la normativa llega a especificar las cantidades concretas de agua que se deben aplicar:
- Grifos de lavabo y de cocina: caudal máximo de agua de 6 litros/min.
- Duchas: con un caudal máximo de 8 litros/min.
- Inodoros y cisternas de descarga: un volumen total de descarga de un máximo de 6 litros y un volumen de descarga promedio máximo de 3,5 litros.
- Introducir tecnologías eficientes en la gestión de los residuos, de manera que se pueda minimizar el impacto ambiental de la vivienda.
- Añadir aislamiento en exteriores, como paredes, techos y desvanes, así como en sótanos y plantas bajas, de manera que permitan garantizar la estanqueidad del aire y reduzca la perdida térmica.
- Reemplazar puertas y ventanas por otras energéticamente eficientes.
- Sustitución de fuentes de luz por instalaciones que supongan un ahorro energético.
- Instalación, reemplazo, mantenimiento y reparación de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado y calentamiento de agua, con tecnologías altamente eficientes.
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Según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad de UCI, cerca de 8 de cada 10 españoles estarían dispuestos a pagar más por vivir en una vivienda sostenible.
“Conviene recordar que el grado más importante de mejora en los inmuebles se consigue actuando sobre los elementos comunes del edificio, fachada y cubierta y no es suficiente hacerlo exclusivamente en la vivienda de la que se sea propietario”, afirma Catia Alvés, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación en UCI.
“Además, no debemos olvidar que en España 8 de cada 10 edificios tienen una calificación energética E o inferior y que la mejora de la eficiencia energética será un requisito indispensable para poder alquilar o vender una vivienda a medio plazo como propone la EPBD”, apunta Alvés.
En ese sentido, la taxonomía verde de la Unión Europea se presenta como una gran oportunidad para unificar criterios, metas y objetivos para la inversión en rehabilitación y reforma energética de las viviendas.
Por último, pero no menos importante, la taxonomía verde ha establecido una serie de recomendaciones en cuanto a financiación sostenible, que incluyen la creación de un mercado de bonos verdes y la promoción de la inversión en proyectos sostenibles, así como para su divulgación.