2022, un año crítico para la industria gasintensiva
Verónica Rivière, presidenta GasINDUSTRIAL
24/01/2023Europa ha tenido que realizar un rápido y gran esfuerzo para diversificar e intentar suplir la gran dependencia del gas ruso. La UE publicaba los documentos de Repower, Save gas for a safe Winter, entre otros, y mientras se expropiaban almacenamientos de Gazprom y se llenaban a contrarreloj para preparar los aprovisionamientos de cara a este invierno y poder sustituir el gas ruso por otro de distintos orígenes. Actualmente ya está sobre la mesa la compra conjunta de gas, para el 15% del almacenamiento, y evitar así que la competencia entre socios europeos aumente los precios.
Seguridad de suministro y precios desbocados
Afortunadamente, en España tenemos una realidad distinta en materia de seguridad de suministro. Contar con muchas plantas de regasificación nos ha dado acceso a numerosos países productores, lo que nos beneficia y nos aporta tranquilidad. No depender exclusiva ni mayoritariamente de un solo proveedor, ni tampoco del gas ruso que llegaba por canalización, es una garantía que, al menos, aleja la preocupación que otros europeos sí sufren. En 2022, nuestro país recibió gas de 19 orígenes diferentes.
Aunque no tengamos un problema de seguridad de suministro, sí tenemos un serio y gravísimo problema de precios, por lo que nuestra preocupación se centra en si podremos o no pagar estos estratosféricos precios y durante cuánto tiempo.
Los diversos acontecimientos de la, ya considerada, primera crisis energética mundial han marcado los precios spot del mercado de referencia, el TTF. La primavera estuvo caracterizada por las continuas volatilidades de un mercado que respondía a amenazas rusas como la de obligar a pagar en rublos, condicionando las renovaciones de contratos, o la de declarar fuerza mayor por turbinas estropeadas y perdidas, o el sabotaje de Norstream 1 y 2. TTF vivía estos acontecimientos escalando precios cada vez mayores hasta cotizar los 350€/MWh.
Ha sido un año estresante en el que los consumidores industriales hemos vivido tensionados y pegados a las pantallas de cotización, despertándonos temerosos de la apertura del TTF, observando como Mibgas cotizaba por primera vez por debajo del hub de referencia, boquiabiertos ante los grandes diferenciales en el Day Ayead y el Month Ahead, entre TTF y Mibgas…
Si en 2019 los hubs del noroeste de Europa (TTF, NBP, Peg) registraban un precio medio de aproximadamente 13,50 €/MWh y los mercados español e italiano -menos interconectados con el norte de Europa- superior en 1,5 -2 €/MWh, en 2022 la media anual de TTF spot fue de casi 100€/MWh. Mibgas ha tenido un spread nunca visto con los hubs europeos debido al menor riesgo en España y la menor congestión del sistema. Es más, el spread llegó a superar en septiembre los 70€/MWh.
"Mientras la industria española agoniza a la espera de medidas inmediatas para afrontar la crítica situación, nuestros competidores europeos reciben ayudas directas e inmediatas de sus gobiernos".
Impacto en el consumidor gasintensivo español: alemán 48,7€/MWh contra español 75,6€/ MWh
Caída de la demanda industrial
Ante este panorama, la demanda de gas para la industria española lleva un año desplomándose, una demanda que es el termómetro de la salud industrial. En diciembre de 2022 la demanda de gas se desplomó un 36.9% respecto al mismo periodo de 2021. Los altos precios han provocado pérdida de competitividad, reducción de la demanda de gas, bajada de pedidos y menos exportaciones del producto final. La industria vive con temor como la producción se deslocaliza a países con costes energéticos más competitivos.
Mientras la industria española agoniza a la espera de medidas inmediatas para afrontar la crítica situación, nuestros competidores europeos reciben ayudas directas e inmediatas de sus gobiernos. Alemania y Francia aplican políticas efectivas enfocadas a cuidar su competitividad industrial. En Portugal se hace un descuento directo en la factura de gas de 40€/MWh hasta 1.000 millones de euros. La industria española está siendo discriminada y colocada en clara desventaja frente a sus competidores europeos a los que los altos precios no afectan porque sus gobiernos sí les amparan. Europa está regando de ayudas a sus industrias, creando una distorsión de mercado que impacta directamente en nuestra competitividad.
"Los altos precios han provocado pérdida de competitividad, reducción de la demanda de gas, bajada de pedidos y menos exportaciones del producto final".
La incertidumbre es lo único seguro a futuro
De lo que no hay duda es que este arranque de año y los próximos meses que nos esperan seguirán siendo intensos, influenciados por las decisiones europeas y los movimientos estratégicos rusos. Se nos presenta un complicado ejercicio 2023 con difíciles deberes por hacer: sobrevivir, actuar con la mayor información posible y aplicar la experiencia. Los consumidores industriales seguiremos en ello. Está en juego la competitividad nacional, una gran parte de nuestro PIB y el empleo y la riqueza del país.