Aessia aconseja a las comunidades de vecinos que exijan eficiencia en la instalación de repartidores de coste
En virtud del Real Decreto 736/2020, de 4 de agosto, por el que se regula la contabilización de consumos individuales en instalaciones térmicas de edificios, deberán instalar en 2023 contadores de calorías o repartidores de costes de lectura remota. Sin embargo, la instalación de los repartidores de costes no se está produciendo de manera eficiente, apuntan desde la Asociación de Entidades del Sistema de la Seguridad Industrial de Aragón (Aessia).
El decreto mencionado obliga a las comunidades de vecinos a poner repartidores de costes siempre que cumplan una serie de criterios. "Las empresas que se encargan de poner los repartidores deben informar de la necesidad de la modificación del resto de instalación de los elementos comunes de instalación de calefacción, porque si no le está diciendo una verdad a medias", afirma Luis Angel Carbó, secretario general de la asociación.
Las empresas que están instalando los repartidores de manera eficiente, además de la instalación obligatoria del repartidor, aconsejan instalar válvulas termostáticas, desfangadores y cambiar las bombas que haya de caudal constante a bombas de caudal variable en el circuito de calefacción.
Toda empresa instaladora debería hacer un estudio personalizado. “Si la instalación originariamente fue diseñada con un concepto de caudal constante, al cambiar al sistema de reguladores con válvulas termostáticas, si los vecinos las abren o las cierran se producen desequilibrios hidráulicos y sobrepresiones que producirán un mal funcionamiento de los radiadores y pueden dañar las tuberías en un futuro”, destaca Carbó.
Por ello resulta necesario, en primer lugar, cambiar las bombas de caudal constante a bombas de caudal variable. Las bombas de caudal constante están funcionando al 100% de su potencia. Al sustituirlas por bombas de caudal variable, permite que se ajusten a las necesidades de la instalación en cada momento, con lo cual si la bomba tiene poca demanda va a estar funcionando a un mínimo de su capacidad y, por lo tanto, no va a consumir tanto.
"A medio o largo plazo lo que vamos a conseguir es un ahorro de costes en el circuito comunitario. Esto es muy importante que lo entiendan las comunidades de vecinos", aconseja Carbó.
Carbó concluye que “el error es que el Real Decreto recomienda y no obliga la incorporación de válvulas termostáticas. Los repartidores de costes solo sirven para saber lo que estás gastando, no para regular eficazmente".
"Carece de sentido poner repartidores de costes si no va con un sistema que permita la regulación en cada radiador. Por ello, la instalación de válvulas termostáticas permiten ajustar el caudal que quieres que pase por cada radiador en función del uso que tenga, por ejemplo, una habitación de una casa", señala Carbó.
"Es nuestro deber explicarles a las comunidades de vecinos y a los administradores de fincas la importancia de dejarse aconsejar por empresas autorizadas que trabajan con estándares y Cartas de Calidad", recalca.
Coste y ahorro
Carbó apunta que el coste de efectuar todos estos cambios "no debería superar más del 20% del coste total de toda la instalación, incluyendo repartidores, válvulas termostáticas y las propias intervenciones en lo que es la instalación general. El mayor montante económico radica en la implantación de los repartidores y la sustitución de las válvulas termostáticas".
Con una instalación hecha de manera coherente en una comunidad de 100 vecinos con una instalación de repartidores, válvulas y cambio de bombas, el ahorro general de la sala de calderas está entre un 25% y un 30% de ahorro anual.