La FP Dual en el sector de la refrigeración: una oportunidad para garantizar el futuro del sector

El sector de la refrigeración y climatización, entre otros, se encuentra en un momento de un importante desequilibrio entre la demanda de las empresas por incorporar a profesionales cualificados y la falta de estos perfiles en el mercado laboral. Este problema, que está afectando a las PYMEs de diferentes sectores y, por tanto, al desarrollo del país, lo arrastramos desde hace años como consecuencia de distintos factores como el cambio cultural de la sociedad, la falta de visibilidad de las distintas profesiones. No se solucionará si no nos involucramos todas las partes afectadas como lo son la Administración y las propias empresas.

Recientemente se ha publicado el último estudio de población activa en nuestro país. La media de edad de los trabajadores es de 43 años, frente a los 39 del año 2017. La previsión apunta que en 2026 ascienda hasta los 50 años, pudiendo llegar a tener hasta un 38% dentro del mercado laboral. Es urgente y necesario empezar con la transferencia de conocimiento en nuestras plantillas, combinando el binomio joven y maduro, competencias analógicas y digitales, obedeciendo a dos premisas claras: el sector de la refrigeración en un 70% experiencial y esa experiencia necesita digitalizarse en procedimientos predictivos.

El impulso que se pretende dar a la formación dual puede abrir las puertas a resolver la situación o por lo menos paliarla, ya que pretende acercar la formación profesional a las empresas. De este modo se resolvería uno de los puntos débiles, asemejándose el sistema de formación al que hace tiempo se llevaba a cabo con la figura del 'aprendiz'. La Ley Orgánica 20022-5139 es celebrada en nuestro sector por acercar el sistema educativo al sistema laboral, dos realidades que deben caminar juntas.

En este contexto se diseña un modelo que facilita el acceso a la acreditación de las competencias profesionales, cubriendo así la demanda de empleo destinados a niveles intermedios. En palabras de la Administración “desarrollar un sistema de FP a lo largo de la vida que sea flexible, accesible, acumulable y acreditable”. Es decir, “que permita a las personas certificar oficialmente su experiencia, así como aumentar el porcentaje de jóvenes que eligen esta modalidad de estudio”.

Nos encontramos en un momento en el que se nos abre una oportunidad para formar, atraer y retener talento a nuestros sectores, tanto en la refrigeración como en la climatización. En ambos el capital humano es nuestro verdadero vehículo de transformación empresarial para afrontar los desafíos socioeconómicos que se nos presentan y exigen.

El Plan Estratégico de Formación Profesional del Sistema Educativo elaborado por el Gobierno para modernizar y acercar a las empresas estas cualificaciones, cuenta con los Organismos Intermedios para fomentar la colaboración de entidades públicas y empresas privadas. Es aquí donde la colaboración público-privada toma peso específico, como parte de una alianza para fomentar los entornos educativos y laborales que conjuguen empresas y alumnos. En este sentido, Aefyt dirige sus esfuerzos a esta interlocución y a dar visibilidad a nuestro sector, todavía desconocido.

La nueva Ley está llena de bondades para nuestras empresas:

1. Los estudiantes que alcancen un certificado o título de grado C y D, equivalente a un certificado profesional o bien a un ciclo formativo de grado básico, medio y superior, respectivamente, pasarán más del 20% de su formación en una compañía. De esta manera, se aumentan las horas de prácticas en empresas y estas estarán más implicadas en el diseño de la formación y la evaluación del alumnado. Esto nos repercutirá positivamente, pues incidiremos en su formación desde inicio de su trayectoria profesional. Es decir, nos implicamos en su formación desde el principio.
2. Una modalidad de formación profesional intensiva, en la que el 30% del aprendizaje del alumno se realice en el entorno empresarial y con un contrato.
3. La consecuencia de estas dos realidades constituye un desafío en sí misma, pues se crearán nuevas figuras de colaboración entre centro y empresas. Sin duda, los centros formativos deben estrechar lazos y acercarse a las PYMEs de su entorno. Nacerá así la figura nueva del tutor dentro de las empresas, que aún está por definir, pero que también vendrá marcada por la colaboración entre ambos ecosistemas, e incluso entre las propias PYMEs de mismo territorio.
4. Otra bondad a destacar es que se facilita la acreditación de competencias profesionales de las personas. De esta forma, si no cuentan con una titulación oficial que acredite la experiencia obtenida a lo largo de los años, puedan conseguirla fácilmente a través de un procedimiento administrativo permanente. Con ello nuestro sector ganará ventaja competitiva, pues un alto porcentaje de nuestras plantillas gozan de conocimiento sobrado por la experiencia pero no homologado por el sistema educativo. Asimismo, aumentará su motivación, y conseguirá incorporarse a un sistema educativo con la posibilidad de seguir aprendiendo dentro de su itinerario laboral.

Hay que tener presente que esto tendrá éxito si hay una implicación clara por parte de las empresas bajo el paraguas de las asociaciones, una vez más trabajando desde lo que nos une. Sin duda, el éxito de un sector depende de la sincronización de las fuerzas de todos los que los integramos: fabricantes, distribuidores e instaladores.

Nuestro sector, esencial para la sociedad y en continuo crecimiento y desarrollo, está compuesto por PYMEs dispersas geográficamente y de manera muy atomizada. Por tanto, no cabe duda de que con el aumento de la cartera de centros de formación a nivel nacional y una mayor visibilidad del sector se contribuirá a lograr la cohesión territorial. Con ello se ayudará también a afrontar el desafío que supone la España vaciada.

Es quizás éste el escollo más importante que hay que salvar. No podemos pretender una FP Dual en cada pueblo, en cada provincia, y acorde a nuestras necesidades. Por tanto, las asociaciones deben trabajar en líneas de conocimientos específicas que puedan integrarse en otras ramas o módulos vinculados a nuestra actividad y que sirvan como conocimientos troncales. Asimismo, en nuestro ámbito laboral debemos ofertar los específicos de las cualificaciones y competencias propias.

Hay que añadir que la oferta educacional viene señalada por las comunidades autónomas, por lo que es fundamental establecer contacto con cada una de ellas para marcar un plan estratégico propio de nuestro sector. Colaborar y facilitar será la máxima.

Desde el Comité de formación de Aefyt te recomendamos que hables con tu asociación para que te guíe en la búsqueda de alternativas en tu entorno de actuación, y así poder trazar un acompañamiento junto con la Administración de tu comunidad y los centros educativos cercanos.