Una adecuada calidad de aire interior puede reducir el riesgo de muerte por contaminación en un 58%
Según Ambisalud, la calidad de aire interior en edificios dotados de una adecuada ventilación y climatización mecánicas es mejor que la del aire que respiramos en el exterior. Así se extrae del primer estudio de calidad de aire interior que han realizado sobre una muestra de 1.064 inmuebles con una superficie promedio de 10.688 metros cuadrados.
La repercusión de esta mejora de la calidad de aire interior se traduce, directamente, en una mejora en el potencial impacto de la contaminación sobre la salud de las personas expuestas, con una reducción del 58% del riesgo de muerte, del 55% del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o del 42% en el caso de cáncer de pulmón. Según este estudio, que se ha llevado a cabo con un procedimiento de inspección en los criterios RITE: UNE 171330-2, una ventilación y climatización correctas reducen igualmente afecciones tan comunes como la del asma (-52%) y contribuyen a aminorar en más de la mitad (-53%) el número de ingresos hospitalarios.
El estudio también concluyen que el aporte de aire purificado (sea aire exterior libre de patógenos o aire filtrado y tratado con tecnologías de purificación) disminuye la tasa de transmisión de infecciones drásticamente. Según sus datos, a mayor aporte de aire limpio, menor es el número de personas que pueden contagiarse por cada infeccioso, aunque tal y como destaca Paulino Pastor, director general de Ambisalud, “si bien el aporte de aire limpio tiene un efecto de mejora drástico, igualmente se alcanza el punto de estancamiento, pues, aunque es preciso ventilar y purificar, hacerlo en exceso supone un sobrecoste innecesario e inefectivo”.