Sus objetivos son adecuar el estado de las instalaciones, mantener la salud de los ocupantes, optimizar la eficiencia energética, reducir el consumo y garantizar la seguridad
La importancia de la regulación y el control
Pedro Ruiz Romero, responsable del Departamento de Estudios y Legislación de AFEC
14/06/2021Este artículo se centra en los aspectos más relevantes recogidos en el documento elaborado por el grupo de trabajo de Regulación y Control, coordinado por la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (AFEC).El objetivo de los expertos del grupo de trabajo ha sido transmitir al usuario final los beneficios que tienen la regulación y el control, tanto en lo que se refiere a salud, bienestar, ahorro y eficiencia energética, como en relación con la vida útil y la gestión de las instalaciones.
El cerebro de la instalación
Los sistemas de Regulación y Control son el cerebro que permite, en cualquier tipo de edificio, adaptar a cada necesidad las instalaciones de climatización, ventilación, distribución, tratamiento de aire, etc., a fin de proporcionar a los usuarios el máximo confort y calidad de aire interior y, todo ello, sin menoscabar la eficiencia energética de los edificios.
En el ámbito de la climatización, estos sistemas son aquellos capaces de gestionar los equipos de calefacción, refrigeración, ventilación y aire acondicionado (HVAC). Sus objetivos son, en primer lugar, detectar variaciones en el entorno y regular un amplio abanico de parámetros, tales como temperatura, humedades, contaminantes en el aire interior, entre otros, consiguiendo así una serie de beneficios para la salud y el confort. Y en segundo lugar, mantener las condiciones necesarias para que los equipos funcionen siempre de manera eficiente.
Estos sistemas supervisan y controlan cada una de las variables anteriores, favoreciendo el intercambio de datos e información, con lo que se agilizan actuaciones entre instalaciones de manera remota.
Sus componentes abarcan un rango amplio de dispositivos adaptados a cada instalación, desde un simple termostato a sofisticados controladores electrónicos programables gestionados por un ordenador central.
Beneficios directos de la regulación y el control
Salud y bienestar para las personas y ocupantes
- Mayor confort, tanto en temperatura y humedad como en nivel sonoro.
- Mayor calidad de aire interior, ausencia de partículas y otros contaminantes.
Ahorro y eficiencia energética
- Menor inversión, gracias a la optimización en la selección de los equipos.
- Mayor ahorro en la explotación, con menores costes operativos.
- Mayor eficiencia energética a través del funcionamiento de los equipos en condiciones óptimas.
- Ajuste más preciso de la energía producida a la demanda real de cada momento, aplicando la potencia térmica adecuada en cada ocasión.
- Más sostenibilidad medioambiental, mediante la reducción de consumo energético y cantidad de refrigerante.
- Menor coste operativo en la explotación mediante, por ejemplo, la reducción de la potencia contratada.
- Gestión de la producción de energía renovable, en consonancia con el nuevo CTE y la modificación del RITE.
Vida útil y gestión de las instalaciones
- Mayor durabilidad de las instalaciones, al funcionar siempre en su régimen óptimo.
- Mayor capacidad de gestión, gracias a la monitorización en tiempo real de la instalación.
- Mayor simplicidad de manejo, al Integrar las instalaciones de climatización conjuntamente con las distintas tecnologías del edificio como la iluminación, protección de incendios, ascensores, control de accesos, etc.
- Menos averías, gracias a un mantenimiento predictivo más sencillo y eficiente, al poderse resolver cierto tipo de incidencias de forma automática o remotamente en muchos casos. Este mantenimiento previene múltiples averías y, por tanto, reduce enormemente los costes debidos a reparaciones, al alargar la vida útil de las instalaciones y evitar su deterioro prematuro.
¿Qué requisitos básicos han de cumplir?
- Asegurar los correspondientes niveles de confort, seguridad y eficiencia energética que marque la normativa vigente aplicable.
- Estar diseñados específicamente para cada tipo de edificio, instalación y uso.
- Ser integrables con otros sistemas, a través de protocolos abiertos bajo norma, que permitan su modificación o ampliación posterior por parte de empresas habilitadas.
- Ser escalables y flexibles para poder acometer futuras modificaciones o ampliaciones de las instalaciones en los edificios.
- Permitir el acceso remoto a las instalaciones según los permisos de cada usuario.
- Proporcionar al usuario o mantenedor información suficiente y veraz, para poder analizar y detectar los puntos de mejora, así como el posible potencial de ahorro.
- Incluir las instrucciones y descripción de funcionamiento para facilitar la instalación, puesta en marcha, mantenimiento y uso. Una documentación adecuada de lo instalado, sin olvidar los esquemas de conexión, son también imprescindibles.
- Garantizar la accesibilidad de los elementos instalados, para su posterior mantenimiento.
- Gestionar la potencia de producción, adecuándola a la demanda requerida en cada momento, lo que garantiza un uso óptimo de la energía y minimiza las emisiones.
- Ubicar los sensores en los lugares adecuados.
- Realizar el oportuno mantenimiento con las pautas que indican tanto el fabricante como las correspondientes normativas vigentes.
Elementos clave para la descarbonización en 2050
En los últimos años hemos visto que los edificios no son ya entes aislados, sino que están interconectados entre sí. Para su control, la aparición de la tecnología IoT (Internet de las Cosas) permite expandir y mejorar, hasta extremos impensables hace algunos años, el control de cualquier edificio, cumpliendo todos los requisitos de control tradicional que hemos visto anteriormente; mantener las condiciones del local de manera que nunca se dé un consumo por encima de lo necesario; un control horario; un control local de temperatura; el ajuste de las plantas de producción de frío y calor para operar en condiciones parciales de funcionamiento; una detección de presencia; variadores de velocidad para los motores eléctricos de bombas circuladoras; ventiladores y compresores; etc. Esta tecnología de IoT se hace también hoy imprescindible para la gestión adecuada de los sistemas de energía renovable, tanto en obra nueva como en rehabilitación, carga de coche eléctrico, gestión de la energía fotovoltaica, iluminación, calidad de aire, etc. y permite un acceso sencillo al usuario gracias al uso de una simple aplicación de móvil, de fácil manejo.
Por tanto, la regulación y el control es un elemento imprescindible para alcanzar el objetivo de descarbonización previsto para el año 2050.
Como se ha expresado anteriormente, los objetivos de los sistemas de regulación y control son adecuar el estado de las instalaciones, mantener la salud de los ocupantes, optimizar la eficiencia energética, reducir el consumo y garantizar la seguridad, entre otros.
Todas estas tareas, además, deben hacerse empoderando al consumidor para la toma de decisiones, aportándole información veraz sobre la energía consumida y, a partir de ahora, sobre la producida en sus instalaciones, siempre garantizando la seguridad en las mismas.
Adicionalmente, los planes de descarbonización previstos, que van a promover el uso masivo de energías renovables y sistemas de ahorro de energía, bombas de calor y recuperadores de calor, entre otros, necesitan de sistemas de regulación y control avanzados en todas las instalaciones, especialmente en la rehabilitación de edificios.
El uso e implementación de sistemas de regulación y control, en todas las instalaciones, tanto en obra nueva como en rehabilitación, es crítico y esencial para conseguir alcanzar los objetivos de descarbonización previstos para el 2050 y para intentar detener el cambio climático.
“La confianza es buena, pero el control es mejor”.