Entrevista a Ana María García Gascó, directora general de Conaif
A principios de año Conaif daba a conocer la puesta en marcha de su proyecto de digitalización orientado tanto a sus asociaciones como a los propios instaladores. Aunque ahora están en la primera etapa para conocer cómo se encuentra el colectivo, su directora general, Ana María García Gascó, ya nos adelanta algunas tendencias generales: un nivel medio-bajo de digitalización, un conocimiento algo impreciso de en qué consiste, una limitación de medios para llevarla a cabo y la necesidad de que las empresas instaladoras cuenten con formación específica.
“Las nuevas tecnologías protagonizan el presente, serán claves en el futuro y los instaladores son conscientes de que tendrán que adaptarse a ellas para que sus empresas sigan siendo competitivas”.
¿Qué les ha llevado a poner en marcha este proyecto de digitalización?
No ha habido una causa concreta sino una suma de factores que nos ha llevado a tomar la iniciativa desde Conaif para poner a nuestro colectivo de asociaciones e instaladores en la senda de la digitalización. En primer lugar la tendencia creciente hacia la digitalización que predomina en otros eslabones de la cadena de valor como fabricantes, distribuidores y compañías energéticas, con los que los instaladores nos relacionamos.
Y en segundo lugar la rapidez con la que avanzan los procesos de implantación digital en la Administración, en cualquiera de sus niveles y ámbitos territoriales, hasta tal punto que está dejando de prestar servicios presenciales en su relación con las empresas y las obliga ya a realizar multitud de trámites de manera online.
Para poder dar respuesta a estas nuevas circunstancias, en Conaif constituimos una comisión, la de Nuevas Tecnologías, que es la que está llevando el peso del proyecto de digitalización, apoyado por las firmas Vaillant, Saunier Duval y MásMóvil.
Unos meses después de su constitución llegó la pandemia, que ha acelerado el proceso de transformación digital entre las empresas del sector. Un proceso que ha llegado para quedarse. Tendremos que acostumbrarnos a realizar compras online en los distribuidores, buscar a nuestros clientes en las redes sociales, relacionarnos digitalmente con la Administración y proveedores, y servirnos de las nuevas tecnologías para ganar en eficiencia, rapidez y satisfacción al cliente, incorporando servicios que agilicen el pago o herramientas de integración de datos y procesos, entre otros.
Para iniciar el proyecto han realizado una serie de encuestas para conocer como está el colectivo en este aspecto ¿Existe realmente entre el colectivo de instaladores la preocupación por adaptarse a las nuevas tecnologías?
Una gran parte del colectivo sí que se muestra proactivo en este sentido y con interés por poner al día sus empresas, la prueba más evidente es que hemos superado la cifra de 1.000 empresas instaladoras de toda España que voluntariamente han contestado a la encuesta preparada para conocer el grado de digitalización.
Mayoritariamente los instaladores saben que las nuevas tecnologías protagonizan el presente, serán claves en el futuro y son conscientes asimismo de que tendrán que adaptarse a ellas para que sus empresas sigan siendo competitivas. Aunque también es cierto – y así hay que señalarlo - que esta preocupación, dentro de sus prioridades, no suele estar en los primeros lugares.
¿Qué carencias principales han detectado entre los instaladores españoles?
Al proyecto aún le queda recorrido, pues hasta julio estará abierta la posibilidad de contestar a la encuesta y será precisamente en este mes, también, cuando se celebre el último de los talleres de digitalización en las asociaciones y gremios de Conaif. Por lo tanto, sería precipitado ahora extraer conclusiones aunque sí podemos avanzar algunas tendencias generales que se observan: un nivel medio-bajo de digitalización, un conocimiento algo impreciso de en qué consiste, una limitación de medios para llevarla a cabo y la necesidad de que las empresas instaladoras cuenten con formación específica.
¿Es común al resto de los profesionales de nuestro entorno o la brecha digital está más acentuada en España?
La situación en España es similar a la de los países de nuestro entorno, según podemos confirmar en las reuniones que regularmente mantenemos con otras asociaciones nacionales de instaladores en el seno de GCP Europe, la organización europea de la que CONAIF forma parte.
De estos encuentros se desprende que es necesario intensificar esfuerzos a nivel europeo para reducir a corto plazo la brecha digital entre las empresas. Porque las pymes y los autónomos, que llevan un ritmo más lento que las grandes empresas en los procesos de transformación digital, requieren un impulso como pilar fundamental que son para la recuperación de la economía europea tras la pandemia.
¿Tienen previsto un calendario de acciones para ir incrementando el nivel de digitalización del colectivo de instaladores?
¿Qué supone a un instalador en su trabajo diario incorporar las nuevas tecnologías a sus negocios?
"Es necesario intensificar esfuerzos a nivel europeo para reducir a corto plazo la brecha digital entre las empresas".
Imagino que habrán detectado la brecha digital entre los profesionales de una y otra generación. ¿Ven viable adaptar a los más veteranos a esta nueva forma de promover su negocio?
Así es, la brecha digital es también generacional. Y los instaladores más veteranos deben asumir que la digitalización no es una opción, es un proceso inaplazable si quieren mantener la competitividad de sus empresas instaladoras. Quedarse atrás supone cerrarse muchas puertas con consecuencias negativas en la cuenta de resultados.
Lo que quiero decir a aquellos instaladores de generaciones ya maduras es que tanto desde las asociaciones provinciales y gremios como desde Conaif estamos a su lado para ayudarles en lo que necesiten.
