El papel de los refrigerantes, a debate

El pasado 5 de noviembre se celebró en Barcelona la primera edición del Congreso de Ingeniería de Instalaciones, organizado por ACI, Asociación de Consultores de Instalaciones. El congreso contó con la presencia de los más destacados ponentes del sector de las instalaciones, en un intenso programa de ponencias y mesas redondas. Entre estas últimas destacó la que trató sobre refrigerantes para climatización.

En esta mesa redonda, moderada por Cristian González, director técnico de AIA Activitats Instal.lacions Arquitectòniques, y Jaume Perna Bertràn, socio fundador de OTP Global Engineering, se habló de cómo el marco normativo vigente está afectando a los fabricantes. También se sometió al parecer de los intervinientes las ventajas del gas R-32 frente al R-410A y las tendencias que se prevén respecto al uso de gases refrigerantes.

En la mesa redonda intervinieron como representantes de los fabricantes:

• Iván Martín Carrillo, de Daikin AC Spain
• Albert Alonso Mendoza, de Frigicoll
• Félix Moreno, de LG Electronics
• Marc Díaz i Mill, de Panasonic.

Cristian González inició el debate preguntando a los ponentes cómo el marco normativo de la Ley 16/2013, de mejora de la eficiencia energética, estaba afectando al sector de los refrigerantes para aire acondicionado, en la búsqueda de la mayor eficiencia con la menor emisión de CO₂ a la atmósfera.

Albert Alonso explicó que la ley 16/2013 nació para gravar como tributo el uso de los gases refrigerantes, sobre todo los HFCs, que tienen un alto potencial de calentamiento atmosférico superior a 150. “Básicamente, esta ley es una tasa ambiental, similar a las que se aplican en otros sectores como la automoción. En el ámbito europeo se aplica la normativa F-Gas, Reglamento de Seguridad para Instalaciones Refrigerantes, de obligado cumplimiento para los fabricantes que quieran comercializar sus productos en Europa. Este reglamento insta a reducir la fabricación de gases de elevado efecto invernadero, de manera que con el paso de los años se reduzca su suministro a los fabricantes de maquinaria de climatización. Con una demanda más o menos mantenida, a medida que disminuye la oferta de este tipo de gases su precio se incrementa. Es otra manera de penalizar su uso, no solo desde el punto de vista medioambiental sino también por el coste que implica adquirir máquinas equipadas con ellos”.

Jaume Perna, de OTP Global, y Albert Alonso, de Frigicoll.

Iván Martín dio su parecer acerca de la manera en que se habían adaptado los fabricantes a los cambios originados con la entrada en vigor de la normativa europea. En su opinión, los fabricantes han tenido que afanarse para adaptarse a las prohibiciones impuestas por la norma, pero en el ámbito de la climatización no han sido tantas como se esperaba. “Lo que realmente nos ha marcado ha sido el ‘phase down’, el calendario de disminución gradual de uso de refrigerantes, con el cual Europa no solo pretende que fabriquemos otros productos, sino que tengamos la economía circular como objetivo. No es solo una cuestión de fabricantes, sino de todos los agentes involucrados en el sector, empezando por las administraciones públicas, las propiedades y los propios instaladores. Si queremos que este sector sea viable en los próximos diez, veinte o cuarenta años, los instaladores deben empezar a recuperar todo el refrigerante y tratarlo adecuadamente. Si no entramos en el camino de la economía circular, teniendo en cuenta las restricciones que impone el ‘phase down’ y el consumo cada vez mayor de este sector, en 2025 no tendremos gas suficiente y será un grave problema”.

Cristian González expuso que el gas R-32 es uno de los protagonistas derivado de las consecuencias del cambio normativo y de tendencia. Inquirió a continuación a los miembros de la mesa cuáles eran las ventajas de este gas frente al 410A, el más empleado en climatización.

Félix Moreno afirmó que el “R-32, al ser un refrigerante puro es más eficiente que el R-410A. Permite mayor recorrido frigorífico y mayor rango de temperaturas exteriores. Los equipos de climatización que emplean R-32 suelen ser más pequeños. La única limitación es la toxicidad, similar a la del R-410A, y su ligera inflamabilidad. En diciembre de 2018 se promulgó el Real Decreto Ley que daba cobertura legal a este refrigerante, sobre todo en instalaciones domésticas. En octubre de este año ha entrado en vigor el nuevo Reglamento de Instalaciones Frigoríficas, que incorpora las regulaciones que se introdujeron en el Real Decreto: por debajo de 1,842 kw se aplica lo mismo que para R-410A; entre 1,842 kw y 12 kw, el instalador debe hacer un certificado de presión de estanqueidad; la propiedad deberá tener un contrato de mantenimiento obligatorio, al igual que otras instalaciones domésticas”.

Marc Díaz defendió la vigencia del gas R-410A, ”ni está prohibido, ni se prohibirá. En 2025 existe un límite para aplicaciones inferiores a 3 kg. Debido al sistema de cuotas, se aplican otros refrigerantes en lugar del R-410A”, afirmó.

Díaz explicó que la mayoría de fabricantes están utilizando ya R-32 para muchos equipos partidos, no solo para los de menos de 3 kw, también hasta 28 kw. Esta situación provoca que exista más cuota de uso para mantener R-410A. “Sí que va a ser fundamental el reciclaje de este gas, algo que vamos a ver durante los próximos años. No se va a producir una adaptación de los equipos que emplean R-410A a R-32, los equipos no están preparados legalmente para ello, tienen su marcado CE para funcionar con R-410A. Si en origen, el equipo cuenta con marcado CE para funcionar con los dos refrigerantes, no hay problema. Para aplicaciones mayores de 8 Kg, todavía hay que utilizar R-410, porque la normativa de seguridad 60/335 no permite, por ahora, la instalación de más de 8 kg. En mi opinión, la tendencia es hacia equipos más pequeños, de 20 a 30 kw, con R-32 y se permitirá la instalación de hasta 64 kg con contramedidas”.

Cristián González preguntó si el R-32 es el refrigerante definitivo o si otros, como el 1234ze o el CO₂, son alternativas que puedan competir con él. Marc Díaz opinó que tanto el R-32 como el R-410A son gases muy similares, apropiados para climatización doméstica. De todas maneras, destacó que era necesario distinguir entre esta y el frío industrial, que puede emplear otros refrigerantes en función de sus necesidades.

En esta opinión coincidió Albert Alonso, quien afirmó que “hay que separar el frío industrial de la climatización doméstica. En los equipos de climatización doméstica sí que parece que la tendencia de los fabricantes se decanta por pequeñas potencias con R-32, sustituyendo el R-410A con los compresores habituales. En cuanto cuál va a ser el refrigerante definitivo, creo que la tendencia va a ser contar con una serie de gases a la carta, en función de las necesidades del proyecto y de la eficiencia que deba tener el equipo se optará por diversos tipos de refrigerante. Además, aparte de buscar gases que tengan un PCA bajo, los fabricantes están trabajando en reducir la cantidad de gas que la propia máquina necesita en su funcionamiento, mejorando los sistemas de intercambiador”.

Por su parte, Iván Martín, afirmó que “tenemos que olvidar que un único refrigerante pueda ser válido para todo. Ahora vamos a emplear el gas que mejor se adapte a necesidades y características particulares. No debemos descartar la posibilidad de contar también con gases naturales de expansión directa. En China ya se está experimentando con propano. Las tendencias legislativas van en esa dirección. También es muy probable que, más pronto que tarde, algún día veamos VRV con CO₂. Tenemos todas las posibilidades a nuestro alcance y las podremos utilizar en función de cada situación”.

Félix Moreno reafirmó la opinión de que el R-32 no es el refrigerante definitivo, como tampoco lo fue el R-410A ni el R-22. “Existirá una evolución, siempre en la búsqueda de la máxima eficiencia y el menor impacto posible en el medio ambiente. Parece claro que para equipos de menos de 16 kw, a corto y medio plazo, el R-32 es la opción idónea. El problema hay que verlo en equipos que vayan más allá de los 16 kw, tanto desde el punto de vista normativo, como desde el de la reducción de refrigerante”.

Moreno admitió que la mayoría de los refrigerantes que cumplen con las normativas tienen hándicaps, como la inflamabilidad y la presión a la que son capaces de trabajar: “el refrigerante perfecto, a día de hoy, no existe. Lo que está claro es que hay que reducir los kilogramos de gas en los sistemas de refrigeración. A medio plazo se podrían desarrollar soluciones mixtas, combinando refrigerante con agua, por ejemplo. Es algo que iremos viendo en el futuro”.

Antes de finalizar, Marc Díaz quiso lanzar un mensaje de tranquilidad a prescriptores y gestores de propiedades, en el sentido de que no existe ninguna limitación en prescribir cualquier tipo de refrigerante. “El cambio no se va a producir de hoy para mañana. Se puede prescribir R-32, R-410A y van a existir dentro de 10, 15 ó 20 años. Los fabricantes tendremos soluciones para todos los proyectos que se presenten ahora, dejaros aconsejar y existirá disponibilidad para cualquier necesidad. Todo el cambio que ha generado el nuevo Reglamento, aplicando el R-32 en la climatización doméstica, y el cambio en frío industrial aplicando más CO₂, propano o amoniaco, ha hecho que los refrigerantes se hayan estabilizado mucho e, incluso, que su precio haya bajado”.

Como conclusión, Iván Martín también ahondó en la idea de que “no hay que tener miedo a lo que va a venir, al contrario, tened la seguridad de que a día de hoy se puede disponer de todas las posibilidades durante muchos años. No se han prohibido los HFC, simplemente nos están encauzando para que hagamos un uso racional de ellos”.