La mejora de la eficiencia energética afecta directamente a la competitividad de la industria
Cinco claves para mejorar el uso de la energía en el sector agroindustrial
El coste energético de la electricidad y combustibles supone desde cientos de miles hasta varios millones de euros en las cuentas anuales de las empresas del sector, por lo que la mejora de la eficiencia energética afecta directamente a su competitividad. Los sistemas de producción de agua caliente y vapor, el frío industrial, los sistemas de climatización, los motores eléctricos y bombas de circulación, los hornos, el aire comprimido o la iluminación se encuentran entre los principales consumidores de energía.
Los avances en medidas de eficiencia dependen no sólo del conocimiento de las tecnologías y procesos técnicamente eficientes, sino que suponen un proceso que debe liderase por los responsables industriales, con capacidad de involucrar de forma efectiva a trabajadores cualificados. El éxito del uso extensivo de la eficiencia energética necesita de otros factores como el análisis e inclusión de todos los beneficios resultantes de la aplicación de las mejoras, la adecuada valoración de los beneficios económicos, el conocimiento de las mejores opciones para la financiación de las medidas y la consideración de la industria inteligente como una parte de la Smart Grid energética global.
El papel de los equipos directivos en el cambio de la cultura energética
Acción: Generar la información adecuada para aumentar el interés de la alta dirección de las industrias agroalimentarias en la eficiencia energética, que promueva planes con este objetivo y definición de indicadores que faciliten la valoración de los resultados de las medidas por la alta dirección. Las medidas de mayor envergadura solamente son posibles si existe el compromiso e involucración de los directivos de la empresa.
Una forma adecuada de involucrar activamente a los directivos de las empresas en los objetivos energéticos, facilitando el incremento de medidas beneficiosas para las industrias, consiste en la realización de entrevistas breves semiestructuradas para conocer sus prioridades en materia energética y el valor percibido de las medidas de eficiencia energética. Esta información, junto con el conocimiento de las políticas de la empresa, los planes de inversiones y las prioridades comerciales y de marketing, permiten proponer modificaciones razonadas en el comportamiento y la toma de decisiones.
La participación de los directivos en este campo genera, casi de forma inmediata, un cambio cultural y de comportamiento que contribuye de forma definitiva a la mejora de los objetivos energéticos de la empresa. A título de ejemplo, en el marco de las actuaciones específicas para directores de empresas con sistemas de vapor (iniciativa Steam-Up, www.steam-up.eu), un caso de éxito en una empresa industrial agroalimentaria tuvo como resultado el cambio paulatino y constante de la cultura de eficiencia energética “orgánicamente” a lo largo de los años, siendo los principales conductores las ayudas provenientes de los gobiernos nacional y regional, la reducción de costos de la empresa relacionados con la producción y la mejora de la gestión de los activos.
Reunión de dirección y expertos.
Cómo facilitar la aplicación real de las medidas de eficiencia energética
Acción: Traducir la información existente de medidas de eficiencia energética, incluidas las auditorías energéticas obligatorias, en actuaciones que se puedan implantar realmente en las empresas. Formar a los mandos e ingenieros en la gestión energética para la aplicación efectiva de las mejoras. Las medidas deben ser creíbles, ejecutables y medibles, y de este modo generar confianza dentro de la empresa y también externamente en otras empresas con sistemas energéticos similares.
Las medidas resultantes de los estudios de eficiencia energética, incluyendo las auditorías obligatorias (RD56/2016), se aplican en las industrias de forma parcial o incluso nula en la mayoría de las ocasiones. Dos de las principales barreras encontradas son la baja calidad en los resultados de algunos de los estudios realizados, por ejemplo, por asesores energéticos poco especializados en procesos agroindustriales, y la presentación poco eficaz de los resultados a todos los responsables de la toma de decisiones (director general, de producción, financiero, comercial, de ingeniería o de mantenimiento normalmente), que dificultan su entendimiento y ejecución.
Por este motivo se precisa formar a un gran número de expertos en eficiencia energética para disponer de profesionales altamente cualificados, que posteriormente apliquen esos conocimientos en su trabajo diario. Entre otros perfiles, es recomendable renovar las capacidades en materia de eficiencia energética de los directores de las empresas, gestores energéticos, consultores, operarios, mantenedores, gestores ambientales, así como todos aquellos perfiles que, de alguna manera, trabajan en un puesto relacionado con la energía. Organizaciones formativas internacionales, como la red de gestores energéticos europea EUREM, desempeñan un papel crucial en este sentido.
Los beneficios no energéticos
Acción: Cuantificar y poner en valor los beneficios asociados a las medidas de eficiencia energética adicionales al consumo eficiente de la energía, como son mejoras en la productividad de la fábrica, aspectos relacionados con la seguridad y salud, reducción del impacto medioambiental, aumento del compromiso de los trabajadores hacia las mejoras en la empresa o mejora de las relaciones entre departamentos.
En los análisis energéticos, como es el caso de una auditoría energética, la lista de oportunidades de ahorro de energía normalmente incluye solamente los aspectos relacionados con la reducción de kWh. Sin embargo, cualquier acción en este campo está siempre conectada a algunos beneficios no energéticos (en inglés non-energy-benefits o NEBs), como la reducción de los costos de producción, menores necesidades de mantenimiento, aspectos medioambientales o mejoras en seguridad y salud.
Los NEBs resultantes de los estudios realizados en más de 20 empresas agroindustriales muestran que el valor monetario del ahorro energético puede incrementarse en un rango del 5% hasta un 250% si realmente se consideran estos otros beneficios. Por ejemplo, la mejora no energética que puede generar un equipo eficiente con un sistema de regulación moderno puede ser un rango más ajustado de calor o frío aplicado sobre un producto, que pasa a ser mucho más homogéneo y, de este modo, mejora la calidad del producto final.
Algunos otros NEBs en la industria agroalimentaria pueden ser el aumento del confort en las salas de trabajo, el aumento de la fiabilidad en la producción, la reducción de sanciones o la mejora de la imagen de la empresa hacia sus clientes.
Regulación obsoleta que dificulta la mejora de la calidad del producto.
La financiación pública y privada
Acción: Ofrecer información sobre financiación pública y privada que pueda utilizarse de forma efectiva para mejorar los planes de negocio de las medidas de eficiencia energética.
Una gran parte de las empresas agroalimentarias son PYMEs, con acceso limitado a la información o asesoramiento sobre todas las formas viables de financiación para las medidas de eficiencia energética. Tanto las PYMEs como las grandes empresas disponen normalmente de poco tiempo para dedicar a la búsqueda de recursos económicos externos y las particularidades que rodean a cada proyecto de eficiencia energética en las industrias dificulta la homogeneización de ofertas por parte de los organismos financieros.
Una forma de acilitar el acceso a la financiación es a través de la creación de ambientes de trabajo comunes entre los industriales y los organismos financieros, por ejemplo, en plataformas de financiación, talleres específicos de financiación de medidas de eficiencia energética o formación específica permite un mayor entendimiento entre las distintas partes. Las empresas de servicios energéticos fiables, que faciliten la ejecución de medidas de eficiencia energética, puede ser una solución factible en proyectos donde el empresario quiera transmitir parte del riesgo a una organización especializada en acometer mejoras de eficiencia energética o energías renovables.
Valoración económica mediante flujo de caja acumulado.
La industria agroalimentaria inteligente como parte de la Smart Grid
Acción: Generación de información útil para mejorar los procesos industriales de forma inteligente y, adicionalmente, óptima integración de la industria en la red energética nacional. Valorización de la industria como un estabilizador de la energía, que puede ser un generador, por ejemplo a través de las energías renovables, o formar parte del sistema de almacenamiento de energía para la mejor gestión de la red.
Las plataformas modernas para la gestión de información de procesos y energía se presentan normalmente como soluciones de almacenamiento en la nube, completamente funcionales y accesibles mediante PCs y dispositivos móviles. Una vez programados y customizados, la información se adquiere mediante medidores y sensores ya existentes o instalados ad-hoc para obtener información específica. La elección precisa de estos dispositivos y su instalación en los lugares adecuados es clave para obtener información útil que permita monitorizar los consumos más importantes y detectar medidas prioritarias de eficiencia energética.
La información proveniente de los distintos procesos, sistemas y equipos permiten realizar un seguimiento exhaustivo de la productividad y los consumos por cada área de producción. Esta información, analizada por un equipo de expertos, permite la mejora energética continua. Entre otras funcionalidades, los datos adquiridos permiten establecer indicadores útiles para los distintos departamentos, dando a conocer la evolución de los consumos antes y después de la aplicación de las medidas de eficiencia energética o verificando las estimaciones calculadas durante el diseño de las mejoras.
Asimismo, las industrias agroalimentarias presentan en la actualidad un papel relevante en las redes energéticas, por tener capacidad de generar y consumir energía tanto eléctrica como térmica. De hecho, las fábricas pueden llegar a ser centros netamente generadores de energía eléctrica o térmica en ciertos momentos del día, cuando la producción con renovables, cogeneración o energía convencional de sus instalaciones superan a la demanda.
Finalmente señalar que nuestras fábricas comienzan a formar parte de los nuevos sistemas de almacenamiento de energía, que favorecen la gestión y calidad de las redes energéticas. Los sistemas de almacenamiento de electricidad a gran escala, de varios megavatios, permiten reducir el coste energético para las industrias y evitan problemas de abastecimiento puntuales o de fiabilidad de la red. Por su parte, los sistemas de almacenamiento térmico en polígonos industriales pueden favorecer el balance entre las diferentes fábricas, mejorando la distribución y consumo, y optimizando los costes energéticos.
Almacenamiento de energía.