"El coste de un ECCN supone muy poco en comparación a las construcciones tradicionales. Si alguien se puede hacer una vivienda, se la puede hacer Passivhaus"

La evolución no siempre exige una transformación hacia lo complejo. No obstante, el progreso en muchas ocasiones reside en lo simple, en lo más básico. Es por esto que términos como sostenibilidad, eficiencia energética, rehabilitación o el aprovechamiento de nuestros recursos están a la orden del día y es allí hacia donde nos dirigimos. En este sentido, y dada la escasez de recursos a nivel global, el edificio pasivo (el que ahorra energía) es la nueva meta de los arquitectos y ya son numerosas las asociaciones y plataformas que están trabajando por hacer realidad esta nueva forma de construir. En el marco de Climar 2016 -la gran feria de la Climatización y Rehabilitación celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes) los pasados 16 y 17 de marzo-, Interempresas aprovechó su presencia para entrevistar a un socio de una de estas plataformas: Juan Manuel Castaño Salvador, miembro de la Junta Directiva de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP). A continuación, Castaño Salvador explica en qué consiste este estándar internacional, así como la multitud de ventajas que presenta un edificio que cuente con un certificado que aboga por el consumo nulo de energía.

El estándar permite construir edificios de consumo casi nulo con un altísimo grado de confort interior. Es decir, nosotros construimos edificios que casi no necesitan energía con instalaciones pequeñas y muy eficientes. Además, cuentan con un alto grado de confort. Lo que todos queremos es ahorrar con confort y vivir bien pero sin gastar energía.

El estándar es un protocolo de diseño y cálculo de edificios de Consumo Casi Nulo que permite que prácticamente cualquier técnico con algo de formación lo pueda diseñar y una empresa constructora lo pueda hacer. De hecho, el concepto de edificio de consumo casi nulo va a ser obligatorio a partir de 2020 para todos los edificios y a partir de 2018 para los nuevos de propiedad pública.

El certificado Passivhaus es aplicable a todo, tanto a obra nueva como a rehabilitación.

Ahora mismo se puede decir que está desarrollado en Cataluña, en el País Vasco, en Madrid… Ya se construyen edificios que no son viviendas, se ha trascendido de la pequeña escala. Ya se ha certificado Passivhaus, por ejemplo, en una biblioteca pública en La Rioja y en un edificio de oficinas en Valencia. En Sevilla se está desarrollando el proyecto de un edificio docente de 3.000 metros cuadrados que va a ser bastante emblemático. En Bilbao hay una promoción de más de 300 viviendas sociales, que pertenecen a la empresa pública de la vivienda de Bilbao, que van a ser Passivhaus. En fin, no se puede comparar con el nivel de implantación de otros países pero ya se ha trascendido de la escala pequeña, aunque en Andalucía estamos un poco más atrás.

Cataluña y País Vasco son las que están más desarrolladas y, últimamente, Madrid también.

El coste de un ECCN supone muy poco en comparación a las construcciones tradicionales. Es decir, si alguien se puede hacer un edificio, se lo puede hacer Passivhaus. ¿Cuál es el sobrecoste? Resulta que es un concepto subjetivo, depende con qué lo compares, por ejemplo, con la instalación que tuvieras puesta si no fuera Passivhaus. En general estamos alrededor de un 4%-5% que, además, se amortiza mucho antes de los 10 primeros años.

Realmente hay un dato que es muy interesante y es que en una vivienda de 100 metros cuadrados, por ejemplo, el gasto en euros aproximado (porque eso varía dependiendo de las tarifas energéticas), al año en climatización sería de entre 100 y 150 euros para 100 metros cuadrados. Entonces realmente el ahorro es tremendo y la amortización es muy rápida. Sobre todo, lo importante es que se obtiene un gran confort. Son casas muy confortables y con una calidad del aire muy alta.

La crisis ha supuesto un parón en seco del mercado de la construcción. ¿Qué ocurre ahora? Yo tengo la percepción subjetiva que ahora el que construye, como construye muy poca gente, lo quiere hacer mejor y se piensa más qué es lo que construye, por lo que la calidad es muy importante.

Por supuesto. Además, a partir de 2020 va a ser obligatorio ese concepto que España tendrá que definir, porque aún está sin definir.

Eso depende de la región. Por ejemplo en el País Vasco y en Navarra las autoridades están muy implicadas, muy concienciadas. Aquí todavía no. Por ello, el objetivo número uno de la Plataforma PEP es la divulgación tanto entre el público en general como entre la Administración. Hay que tener en cuenta que no se puede exigir lo que se conoce.

Nuestro acto estrella es la Conferencia anual PassivHaus, que este año se celebra en Pamplona, y donde se presentan los últimos edificios, avances y desarrollos del estándar en nuestro país.

PEP tiene una organización autonómica: hay responsables autonómicos que son los que organizan los actos de divulgación a nivel autonómico. Se hacen todo tipo de actos: charlas divulgativas, participación en ferias y exposiciones como en la que estamos ahora de Climar Sevilla, en otras ocasiones se ha hecho la apuesta del cubo de hielo... Esta última consiste en que se pone un cubo de hielo en el centro de una ciudad en verano con un envolvente Passivhaus y se apuesta a ver cuánto hielo se derrite (siempre se derrite muy poco). Este proyecto en Andalucía aún no se ha hecho, pero lo queremos hacer. Se ha llevado a cabo en Barcelona, en el País Vasco… En definitiva, se realizan diferentes actividades para acercarlo al público.

Estamos ya cerca de los 400, con lo que sí hemos notado un crecimiento en los últimos años. A día de hoy PEP es la segunda asociación más numerosa a nivel internacional, lo que constituye un éxito de la estrategia de divulgación que se ha llevado hasta ahora.

Buscamos llegar al máximo número de usuarios y de técnicos. Nuestro interés es siempre divulgar.