Seguridad, sostenibilidad y conectividad, retos de las infraestructuras viarias
Pablo Sáez. Presidente de la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX)
26/05/2023En los últimos años es frecuente hablar de descarbonización y digitalización como requisitos para lograr un nuevo modelo de movilidad más seguro, sostenible y eficiente. Los vehículos, cada vez más tecnológicos, permiten mejoras sensibles en la conducción y sus nuevos equipamientos de seguridad pasiva tienen un alto potencial para reducir considerablemente el número de accidentes y fallecimientos en las carreteras.
La seguridad activa, vía conectividad, es un tema poliédrico ya que son muchos los factores que influyen, siendo, a mi juicio, los más significativos la fiabilidad en las comunicaciones, el periodo de convivencia entre vehículos conectados y no conectados y la necesidad de aunar esfuerzos entre los distintos agentes para avanzar de forma coordinada. Y aquí es donde debemos trabajar.
No se está abordando la conectividad de la carretera aunando esfuerzos entre los gestores de la infraestructura, los proveedores de servicios y los fabricantes de vehículos para afrontar esta problemática. Deberíamos avanzar de forma coordinada para que el periodo en el que cohabiten vehículos nuevos y viejos sea el mínimo. El mejor enfoque para garantizar la seguridad efectiva es crear sinergias entre carreteras, fabricantes y operadores de telecomunicaciones que faciliten su operativa y competitividad.
El impulso de la movilidad sostenible es crucial para alcanzar el objetivo para 2030 de reducción de las emisiones de CO2. Cabe recordar que la carretera no contamina, sino los vehículos que circulan por ella y, a medida que avancen los combustibles, esto dejará de ser un problema.
La conservación y el mantenimiento de las carreteras constituyen una herramienta eficaz para combatir el cambio climático y tienen un papel fundamental a la hora de reducir las emisiones de los vehículos. En nuestro sector, invertir en innovación es fundamental para no perder competitividad y avanzar hacia una nueva movilidad más respetuosa con el medioambiente. Una de las líneas de investigación de las empresas de conservación es la recuperación de los materiales reciclados y sostenibles con un elevado potencial en la reducción del impacto ambiental en el ciclo de vida de carreteras.
Mantener el firme en condiciones óptimas de conservación, con buena regularidad superficial, llevando a cabo de manera periódica campañas de repavimentación, disminuye notablemente la emisión de CO2, además de la accidentabilidad, y proporciona una conducción más confortable.
La implantación de la tecnología 5G conllevará la comunicación en tiempo real con los conductores, y el llamado Internet de las Cosas (IoT) permitirá al usuario disponer de información tan relevante como la saturación del tráfico, avisos por trabajos en la calzada y presencia de operarios, riesgo de deslizamientos, etc. La mejora de la gestión del tráfico, con datos en tiempo real, facilitará a los gestores de la movilidad la toma de decisiones, adaptando la vía a las necesidades del momento, con el consiguiente aumento de la seguridad y la optimización de las inversiones en infraestructuras de acuerdo a las necesidades reales.
- El papel de la conservación de carreteras
La conservación de nuestras carreteras en este futuro será más necesaria que nunca y habrá que pasar de la conservación curativa a la preventiva, más eficiente y económica. Encontrar el modo de financiarla no es tarea fácil. Sin embargo, priorizar y asegurar, ya sea mediante viñeta, peaje por uso o vía presupuestaria, la inversión suficiente para conservar y mantener la totalidad de las redes de carreteras de España es y será imperativo. El problema real de conservación lo tienen las redes autonómicas, no la red de alta capacidad del Estado. Las autonomías apenas cuentan con recursos para las carreteras tras cubrir las partidas de sanidad, educación y servicios sociales. Pero son estas carreteras las que les permiten la movilidad a sus ciudadanos y la competitividad de sus economías. No podemos caer en el mismo error que en el siglo XIX con el ferrocarril, cuando se excluyó una parte fundamental del transporte, el de mercancías.
Y por supuesto, que el ingreso que se obtenga de la medida que finalmente se implante sea finalista, es decir, una tasa que vaya directamente a la carretera y no a la caja única.
Por tanto, queda claro que para alcanzar la descarbonización y que la tecnología más puntera se extienda por el conjunto la red de carreteras, se necesita el compromiso de todos los agentes implicados: tecnológicos, políticos, económicos y sociales, tanto públicos como privados. Desde el punto de vista de la conservación y mantenimiento de infraestructuras, resulta fundamental cambiar el paradigma y avanzar en la conservación preventiva como eje fundamental en la fase de explotación de la carretera. Solo así, entre todos, lograremos una movilidad segura, sostenible y conectada.