"¿Ralentización?", la opinión de Jaume Ferrer
"¿Ralentización?"
Editorial. Jaume Ferrer.
Analizando el ultimo Clima Empresarial del Sector Bike parece claro que el sector está sufriendo algunos síntomas de ralentización. Desde hace muchos meses, incluso antes de que llegase la pandemia, las sensaciones eran muy buenas y los principales actores del bike, tanto tiendas como proveedores y representantes, se mostraban muy optimistas con ese presente y, sobre todo, con el futuro de este universo. Y el de sus empresas.
Estas buenas sensaciones se acentuaron todavía más en plena pandemia, cuando, tras el encierro, la práctica deportiva se disparó y el bike se convirtió en uno de los deportes preferidos por los españoles. Las ventas se multiplicaron exponencialmente y el sector disparó su optimismo para el corto y el medio plazo.
Las cosas, sin embargo, están cambiado mucho en los últimos tres meses. El optimismo ha dejado paso a una fuerte preocupación sobre ese futuro inmediato. Mientras el multideporte hacia el camino inverso, pasando de un fuerte pésimo en plena pandemia, a unas sensaciones mucho más positivas cuando deportes como el running, el pádel o el fútbol han vuelto a coger ritmo, el bike ha visto como la falta de producto y, sobre todo, las pocas perspectivas de que la cosas cambien en los próximos meses, están generado grandes dudas.
Esta sensación de no poder aprovechar las oportunidades está provocando muchos cambios en todo el sector.
Los motivos de este cambio de sensaciones están perfectamente definidos y tienen que ver, como hemos dicho, con la falta de stock y, sobre todo, con la evidencia de que las cosas no van a cambiar a corto plazo. Y puede que tampoco a medio. No hay materia prima y la cadena de suministros esta hiperralentizada desde el origen. Y claro, sin producto, sin perspectivas de que haya y, encima, con los problemas de transporte que hay a nivel mundial, la situación no invita al optimismo. Y, por si fuera poco, esto sucede justo cuando hay un pico de la demanda. Pico que nadie puede asegurar que se vaya a sostener en el tiempo.
Esta sensación de no poder aprovechar las oportunidades está provocando muchos cambios en todo el sector. Tanto en los proveedores, que tienen que limitar sus entregas -y generalmente lo hacen segmentando clientes y/o primando a las grandes cuentas-, como en las tiendas especialista, que ante la falta de producto se han visto obligadas a buscar nuevas marcas para poder ir respondiendo, con cuentagotas, a su demanda.
Y, por si fuera poco, llega el Black Friday. Este día -convertido en semana por muchos-, tenía su lógica cuando los almacenes de las tiendas -y las marcas- estaban sobrados de stock, pero tal y como está el patio, que alguien se atreva a hacer grandes descuentos es un atrevimiento. Y sin embargo los hay. Y ya hemos podido ver a varios operadores anunciando, a bombo y platillo, cientos de ofertas en textil, complementos, accesorios y, también, en componentes y bicicletas. ¿No ha habido stock para vender con un margen decente y lo va a haber para el Black Friday? ¿Realmente alguien ha estado reservando stock para sacarlo en el Black Friday? Si es así, hay poco que decir. Pero es que la cosa aún podría ser peor: que haya quien anuncie productos que realmente no tienen en stock. Algo que, por cierto, también están hacienda otros sectores como la electrónica, los móviles o las nuevas tecnologías.
Las patronales del sector tienen que hacer una profunda reflexión sobre este tipo de prácticas -y, sobre todo, de las malas praxis- en un entorno tan complejo como el actual. Si somos incapaces de gestionar -como sector- estos problemas de suministros, lo más probable es que, más pronto que tarde, se nos vuelva en contra y perdamos todo lo que generosamente nos ha dado la pandemia. Y entonces este pesimismo que detallistas y representantes expresan se acabará convirtiendo en una cruda realidad. De momento se está haciendo muy poco…
Jaume Ferrer, editor de Tradebike