Opinión: Las otras marchas. Desafío Picos del Alberche
Por Carlos Grande - Cicloturista
Por suerte para la comunidad biker, nuestra geografía está repleta de eventos cada fin de semana que hacen que miles de ciclistas ocupen caminos, senderos y carreteras participando en alguna de las miles de marchas y carreras que tienen lugar. Este hecho también significa una noticia positiva para el sector, ya que genera actividad y consumo, y no sólo en el sector sino también en muchas otras áreas, en especial las relacionadas con el turismo.
De estas marchas, unas pocas cuentan con gran prestigio, ganado durante años, o con potentes marcas o empresas organizadoras detrás que hacen que las mismas cuenten con una altísima participación y efecto llamada. Por otro lado, tenemos un gran número de eventos organizados desde el entusiasmo de un club local o algún municipio para intentar dar a conocer su entorno.
Por mi parte, aunque me gusta participar en los grandes eventos reconocidos por todos como Quebrantahuesos, Soplao, Mussara, Monegros, etc., me encantan esas pequeñas joyas de organización y recorrido, en el que descubrimos parajes y zonas desconocidas y en las que nos encontramos tratados como en casa y sin los "agobios" que muchas veces hay que enfrentar en esos grandes eventos con alta participación.
Tenemos un gran número de eventos organizados desde el entusiasmo de un club local o algún municipio para intentar dar a conocer su entorno
El pasado 2 de junio participé en uno de estos eventos, la Desafío Picos del Alberche, una ultramaratón de mountain bike (recorrido de 120 y 75 kilómetros) que recorre el Alto Alberche abulense, tierra de ciclistas que ha visto nacer y pedalear a un ganador del Tour de Francia como Carlos Sastre, así como a ciclistas importantes de todas las épocas, como Julio Jiménez, Angel Arroyo, "Chava" Jimenez o Paco Mancebo. Una comarca con "heritage" ciclista, de hecho en la localidad abulense de Navaluenga, una por las que transcurre la prueba, se celebra una de las carreras más antiguas del mountain bike español en la que en sus inicios pedalearon algunos de los impulsores de este deporte en España, y equipos míticos como el Coronas o el Liberto.
La marcha recorre buena parte del Alto Alberche, recorriendo el valle y cruzando 7 pueblos, ascendiendo a varias de las cumbres de la zona, pues no en vano supera los 3.000 metros de desnivel en su opción más larga, permitiendo disfrutar del típico paisaje de la vertiente norte de Gredos donde se mezclan bosques de robles y pinos, con roquedales, prados, páramos y dehesas, un lugar perfecto para el mountain bike, en el que encontramos un poco de todo, pista, sendero, trialeras, etc., pero siempre dentro de la ciclabilidad y sin obligarnos a desmontar, lo cual es agradecido por el ciclista.
Los club locales de los diversos pueblos por los que transcurre han diseñado un exigente recorrido en el que se mezclan diferentes terrenos y desde el que poder disfrutar de toda la belleza y perspectivas del valle, así como de los picos que le rodean que alcanzan los 2.000 metros de altitud, y ponen toda su entusiasmo en atender a los bikers que se animan a conocer su territorio de "batallas ciclistas".
Desgraciadamente, para muchas de estas pruebas impulsadas por clubs locales o pequeños municipios es todo un hándicap lograr una participación aceptable para sostener su continuidad, y muchas veces a pesar de que el feedback de los participantes es positivo dejan de celebrarse ante la dificultad para lograr patrocinadores que apoyen el evento e impulsen un número de participantes que justifique la ingente tarea de desarrollar un evento de este tipo.
Hay multitud de eventos que pueden ofrecer a marcas del sector un idóneo marco para impulsar su imagen
En mi humilde opinión, es una pena que se pierdan estos eventos que promueven actividad física y turismo deportivo, y dan a conocer zonas interesantes para la práctica de nuestro deporte. Creo que hay multitud de eventos que pueden ofrecer a marcas del sector un idóneo marco para impulsar su imagen, más allá de las marchas archifamosas o los grandes eventos que se replican de manera incansable tras el éxito de alguno de ellos, e incluso pudiendo ligar la imagen de la marca a lugares con gran tradición ciclista, como es el caso de la citada marcha de Ávila.
Sin duda, su apoyo e implicación provocaría una mayor difusión de las mismas que, en general, es el gran hándicap de muchos de estos eventos, la comunicación, el lugar donde radica su talón de Aquiles y que en gran número de ocasiones acaba derivando en la desaparición de las mismas. Si muchas veces no sucede es debido al ya citado entusiasmo de clubes locales y al apoyo del comercio e industria de proximidad, incluidas las tiendas de ciclistas, que generalmente apoyan este tipo de eventos en su área de influencia, realizando, muchas veces, incluso la prestación del servicio mecánico de la marcha de manera altruista.
Desde aquí invito a marcas y distribuidores a apoyar toda esta capilaridad de marchas que vertebran la actividad ciclista en España, así como a los bikers a buscar y asistir a estas joyas que están diseminadas por nuestra geografía y que a buen seguro colmaran sus expectativas tanto o más que las grandes citas del calendario.