Un tablero de ajedrez tridimensional con vistas a campos de olivos
29 de junio de 2012
La comarca más despoblada de Portugal es la de Alentejo, entre Lisboa y Extremadura. Hacía falta introducir mejoras en la población de Alcácer do Sal, que ha pasado de los 26.000 habitantes que albergaba en el año 1950 a los actuales 13.000 habitantes. Entre estas mejoras, nada mejor que un hogar de 75 habitaciones, simples y dobles, para personas de edad avanzada, autónomas, que no necesitan hospitalización, y que no desean alejarse de su comarca. El edificio fue presentado por Francisco Aires Mateus en la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2010 y finalmente se ha construido en el solar Olival do Coronel, por la empresa constructora Ramos Catarino.
Alcácer do Sal sobresale por sus suelos ácidos, por sus alcornoques y olivos. En el monte sobrevive bien el lince ibérico, el clima es más mediterráneo que atlántico y el embalse de Alqueva suministra agua a las ciudades de alrededor.
El edificio construido es una especie de tablero de ajedrez tridimensional, de formas simples y monolíticas blancas, que recuerda a una serpiente. Esa variedad de orientaciones permite tener vistas variadas del paisaje de olivos. Un minimalismo que agrada a las personas de edad. No obstante, desde los primeros planos hasta su inauguración han pasado 10 años. El solar edificado tiene unos 120 x 60 m, más el jardín adyacente. La forma sinuosa del edificio encaja bien con la topografía del lugar. Únicamente se ha excavado lo indispensable para la cimentación. En uno de los extremos de ‘La serpiente’ se halla la puerta de acceso y la administración.
Nada de materiales nuevos, de alta resistencia, ni estructuras de geometrías complejas, propias de la era de la informática. Se ha buscado el equilibrio estético en la relación de volúmenes. Muros de ladrillo y cemento, recubiertos con polvo de mármol, estuco, baldosas de mármol de Estremoz para el suelo, PVC en las salas de baño, ventilación forzada mecánica para los días de subida excepcional de la temperatura. No hay aire acondicionado, 75 cajas colgarían de esta forma de la fachada. Las personas de edad soportan subidas cortas de la temperatura, no es un problema. Altavoces en el corredor. En los techos hay paneles fotovoltaicos.
Para las paredes interiores se ha elegido el estuco como pintura decorativa: una pasta de grano fino, compuesta de cal apagada, mármol pulverizado, yeso y pigmentos naturales. Para interiores encontramos cemento cola blanco, de buen poder adhesivo, buena resistencia mecánica, para la colocación de revestimientos cerámicos, azulejos y baldosas. Fácil aplicación, porque el tiempo de uso de la mezcla es de 30 minutos, clasificado como fraguado rápido. La adherencia normal es de 1N/mm2, un 0.1Kgf.
Alguien juzgará la residencia como demasiado audaz para la comarca de Alentejo, tan rural, pero es solo la opinión de una minoría. Sus inquilinos están satisfechos. Alentejo está a orillas del Atlántico, pero los arquitectos se han inspirado en el clima mediterráneo. Los principios bioclimáticos de orientación de las aberturas para regular la entrada de luz y calor no son ninguna moda, y concuerdan con la práctica constructiva de la comarca. La estructura de ladrillo y cemento es muy tradicional, sin aleros colgados. El motivo tridimensional de tablero de damas corresponde a las unidades de habitaciones con su balcón.
En los edificios de antes, los balcones eran muy visibles, aquí también hay, con su baranda de vidrio laminado, uno por habitación, pero a primera vista no se ven. Desde el balcón no se puede hablar con los vecinos, hay intimidad. Algunos balcones tienen una superficie de 10 m2. Los balcones dan hacia el norte y el este. Hacia el sur y el oeste no hay balcones, las aberturas de fachada son menores, para evitar excesos de luz natural, el sobrecalentamiento. El largo corredor que une las habitaciones tiene forma de serpiente, y aísla las habitaciones del calor del sur. El gran vidrio mural de la habitación forma un ángulo de 90º con la orientación del balcón. La fachada está formada por grandes placas, a base de polvo de mármol de Estremoz.
Los inquilinos son antiguos labradores, que cultivaban el olivar, y allí han disfrutado su vida, sin emigrar a la próxima Lisboa, Evora o Beja. Los arquitectos, los hermanos Aires Mateus también son originarios de Alentejo.
Cada habitación está muy iluminada, gracias a los grandes vidrios, en vez del oscuro tabique. En la planta baja se hallan los espacios de vida común: restaurante, sala de actividades manuales, el salón de la TV, con varias puertas de acceso al jardín. Unos prefieren la TV, otros la escasa sombra de los olivos, o alcornoques, la intemperie.
- Eristavi, Irakly. Keeping the concept alive. A10, p20-24 2011.
- Elisabeth Károlyi. Viellir en beauté.Foyer pour personnes agées.Ecologik 26 – 2012.
- Milano, Maria. Sculptural glass.A10, p.57-82- 2011